20191028

Nueva crónica del reino - dieciseiseavo episodio









« Empieza la cuenta regresiva » de nuevo pienso durante un paseo con Ross por la nueva inmensidad poblada, las Casuarinas, Nuevo Chimbote que al inicio se llamaba Bruces, increíble, hace apenas cincuenta vientos no había prácticamente nadie, ahora lo que fue pampa y desierto está super poblado, ese es el gran centro de salud Yugoslavo le digo a Boconcita, un generoso aporte de la época del Mariscal Tito, cuando todavía existía Yugoslavia, alrededor todo era desierto, te hablo del pleistoceno de finales del 60 y comienzos del 70, el presidente de entonces era el Chino Velazco, en Europa del Este todavía existía la cortina de hierro, después vinieron muchos yugoslavos, muchos llegaron durante el boom de los 60… Al día siguiente, otro peregrinaje, esta vez al país de nuestros queridos desaparecidos, luz de la prolongación Pardo, una luz brillante y envolvente, no lejos se encuentra el nuevo cementerio llamado Camposanto Lomas de la Paz, por aquí empezamos, gras verde, cementerio estilo inglés, inmersión en la tierra, aquí está mi  sobrino José André Vega Vera, visionario efímero de días de sol el año del 2009 en este mundo que gira y gira… Ahora el carro de Curry avanza rompiendo los bloques del calor hacia el cementerio Divino Maestro en las afueras de la ciudad, tierra, terrales, cerros a lo lejos, los lejanos cerros como comidos por casitas ascendentes, carteles de personas altisonantes, por si acaso en griego persona quiere decir máscara, bullicio, de nuevo el sonido y la furia del recuerdo, compramos flores, pero resulta que no podemos ponerles agua, está prohibido, aquí proliferan los mosquitos transmisores de terribles enfermedades como el dengue, flores en arena mojada, flores pronto calcinadas, avanzamos quemados y empujados por el sol, buscamos las tumbas o mejor dicho los nichos de nuestros familiares, de nuestros ancestros inmediatos, de pronto imagino un frondoso y fantástico árbol genealógico, pero mis referencias se acaban en mi abuelo paterno, por una rama, y en mi abuelo materno por la otra, después el vacío memorial, el río de los genes en el río de la vida, las generaciones de hojas, las generaciones de hombres, pronto una sombra serás y qué, tal es el ciclo, memento homo quia pulvis est et in pulverem reverteris, yo pienso que nuestros estuches vienen de otras formas de vida y hacia otras formas van, aunque sea en forma de minerales diluídos, no del polvo y hacia él, aunque el famoso polvo tampoco es materia muerta, ni nada lo es por cierto, porque nada puede ser destruído, ni siquiera un grano de arena, transformacion de transformaciones, permanente resurrección de resurrecciones, y que al final todo vuelve a la respiración, al silencio y al movimiento eterno del universo, el quia pulvis est proviene del Libro del Génesis 3, 19, no polvo insuflado, en fin, seguimos avanzando, pero como es una citación en latín, sigo pensando con botadera personal, procede necesariamente de la Vulgata de San Jerónimo, de donde proceden todas las biblias de Occidente, vulgus igual multitud, vulgata accesible a la multitud, libros del antiguo testamento traducidos directamente del hebreo, libros traducidos directamente del griego koiné del nuevo testamento por ese genio… ¡San Jerónimo!... Y nosotros seguimos buscando los nichos, primero el de mi querido viejo, la memoria tiene grandes movimientos en el espacio y en el tiempo, me acuerdo que era por allá, digo… « Es arriba, más arriba, a mano izquierda » dice Curry, seguimos subiendo, y encontramos… En el bloque San Isidro, observado por Segundo Sevillano Paredes, fallecido el 17 de junio de 1980, vigilado por David Lucar Ponce, fallecido el 13 de agosto de 1980, admirado por Martha Morillo Zavala, fallecida el 17 de noviembre de 1989, y protegido por Justina Mendoza Concepción, fallecida el 5 de agosto de 1980, está el polvoriento nicho, con su lápida crística, del poeta ateo, de modo que de nuevo avivo el seso y de nuevo despierto, carpe diem, Horacio, la rosa, Ronsard, la rosa del día, el fruto y la flor de cada día, avive el sexo, avive el amor, avive al hombre interior sobre todo, es decir la vida, y despierte, y seguimos avanzando, cada quien en su sintonía por supuesto, ellos normalmente, yo como caminando por la piel de Saturno, como dándole patadas a las protuberancias del pellejo del viejo Cronos, ahora llegamos a otro hito gracias a Curry, gracias a las informaciones de mi tía Edith, he aquí el bloque San Nicolás donde, desde el año de 1993, se disgregan y son absorbidos por la divina Natura los restos de mi abuelita, la Temible, Clotilde Paz viuda de Rodríguez… « ¡Ven aquí, muchacho mataperro! » « Abuelita » le digo « ¿sabes que Clotilde es un nombre de la dinastía de los reyes merovingios de Francia, que al inicio eran bárbaros de origen germánico, los francos? ¡Te llamas como la esposa de Clovis, el primer rey de Francia! ¡Te llamas como esa princesa de los burgondos o borgoños, uno de los primeros pueblos bárbaros cristianizados! » Y seguimos avanzando sobre las avenidas del polvo y la disolución, sobre los bulevares de los microbios y de las bacterias, de los átomos, de las partículas elementales, de los protones y los neutrones, por las calles de la absorción, la filtración y de nuevo la evaporación, avanzamos y como siempre cada quien en su propia película, en su propia sintonía, qué pensará Curry, qué pensará Ross, qué pensará Boconcita, yo de nuevo vuelvo al carpe diem, mi nombre es Horacio, Quintus Horatius Flaccus, soy el autor de las Sátiras, con estilo propio pero inspiradas en Lucilus, de las Odas, más inspiradas en Anacreonte que en Píndaro, de las Epodas, inspiradas en mi venerado maestro Arquíloco, y de las Epístolas, inspiradas en la filosofía de Epicuro, disculparán la pequeñez… « ¡Carpe diem! » le dije esa tarde, en el jardín de su mansión, a Mecenas « ¡Recolta el día! ¡Y si eres capaz de recoltar cada respiración, pues recóltala! » Te presento a mi pata Virgilio, sigo diciendo, está furioso porque Augustus Imperator le pidió o mejor dicho le exigió componer un poema a la gloria de Roma… ¡Roma! ¡Lo que el viento se llevó! ¡La voz del gran viento! « Mi caro Mecenas, mira de nuevo tu gran jardín, mira tu piscina de mármol, mira la totalidad de tu gran propiedad, mira el fasto, mira la inmensa mesa del banquete, mira quienes llegan, Cassius, Lucius Varius, Caius Cornelius Gallus, los hijos de Marcus Junius Brutus, Augustus Imperator, pero mejor admira las rosas y sé más sensible al viento, a la voz del gran viento »… Seguimos avanzando, Curry llama a mi tía Edith, pide detalles o mejor dicho precisiones, ahora estamos buscando el nicho de mi tía madrina Irma, por fin lo encontramos, Irma Rodríguez Paz, fallecida el 29 de diciembre de 1989, aquí está, en el bloque San Fernando, con ella, secretamente, hablo de Alexandre Dumas.
     Al salir de la necrópolis, de la ciudadela de los muertos, miro pensativo las casas desperdigadas como cientos de dados en la arena de los cerros… Fotos por aquí, fotos por allá… En la parte delantera van Curry con Ross, nosotros atrás cogiditos de la manito, medio aturdidos por ese fenómeno llamado muerte, ese otro proceso de la       vida, la otra rueda del mismo coche, yo me acuerdo de mis estudios en Francia, de los cursos en la universidad de Teología comparada, luminosos locales detrás de la ciudad universitaria Les Gazelles, había un sendero por allí que conducía a otra ciudad universitaria cuyo nombre no recuerdo, pero me acuerdo de los inolvidables cursos sobre la Biblia de Jerusalén en la universidad de Aix, me acuerdo sobre todo de la erudición y la inteligencia de Madame de Bozzetto, yo salía como flotando, como hipnotizado… Con Ross algo conversamos sobre la supuesta naturaleza –ya estamos en plena literatura fantástica– del dios hebreo, de sus virtudes, de sus características, de sus atributos, la omnisciencia por ejemplo, esa que domina la vida de Julia y que también me aflige de rebote, recién me doy cuenta que es una forma de delirio, al menos ya lo sé, también de las virtudes teologales, de los sacramentos, atravesamos el barrio El Progreso, el puente Gálvez… « ¡Tú no vas a saber más que yo! » grita Julia y me doy cuenta que ese es el único drama del planeta, bueno, de este lado, de la tribuna de Occidente… También me acuerdo con cariño y admiración de René de Chateaubriand, de Paul Claudel, de Léon Bloy, de François Mauriac y, otra vez, de ese libro que Julia nunca leyó, Une vie de Jésus, de Ernest Renan… « ¿Y cuáles son los atributos del cuerpo glorioso, ese que tendremos después de la resurrección? » pregunto de puro pendejo « No, no, nada tengo contra el genio del cristianismo, es parte principal de nuestra cultura, por cierto » « aunque no estoy de acuerdo con la superstición, ni con la idolatría, ni con el dogmatismo, ni con la autoridad, ni con el anacronismo, ni con el dolorismo, ni con el espeso plomo de la tradición repetitiva, la vida es un ligero río siempre movedizo y fluyente » pienso pero no lo digo, y el doctor Vega guía nuestra nave por la prolongación Pardo rumbo al paraíso perdido de la urbanización Buenos Aires… Al llegar, el olor a cabrito preparado afectuosamente por Aurelia, esto es lo que siento, me redime de tanta necedad… ¡Salud por eso! ¡Carpe diem! ¡Salud, Arquíloco! ¡Salud, Anacreonte! ¡Salud, Píndaro! ¡Salud, Epicuro! ¡Y salud contigo, Virgilio! ¡Publius Vergilius Maro! ¡Salud con tus maestros! ¡Salud, Teócrito! ¡Salud, Apolonio de Rodas! ¡Salud, Homero! ¡Y salud contigo, mi querido viejo! ¡Amigo y maestro!
      Como acordado con Panchito en Trujillo, llamo a Pedro Miranda para concertar una cita, y al escribir esto pienso, pero, carajo, ¿qué tienen que ver las citas con los conciertos?... En fin, debo permanecer de manera constante atento al asedio insidioso de la literatura, hola Pedro digo, soy Miguel, Panchito me dijo que te llame, tú dirás, cuándo nos vemos, tiene que ser hoy o mañana, después viajamos de Limonta rumbo a Cabo Cañaveral digo, ja ja ja, qué gusto Miguel dice Pedro, sí, me hablé con Panchito, ¿qué tal si nos vemos esta noche a las ocho en el hotel Chimú, somos la asociación Centenario, te parece? ¿Y no podemos vernos hoy o mañana a mediodía, Pedro? Esto digo porque de nuevo quiero ver a Pocius y a los muchachos de la promo, voy a llamar y te aviso dice Pedro, bueno digo, así quedamos, « apenas sepas me pasas el yaraví, Pedro » pienso pero no lo digo… Salgo un momento al patio, qué digo, a la azotea o sistema de azoteas del último piso del castillo de Curry, ropa secando, flameando, recojo medias, recojo calzoncillos, miro a derecha e izquierda, a oriente y a occidente, y veo la nueva topografía, las nuevas urbanizaciones, la super población, me acuerdo nostálgico de los años 70 cuando éramos los señores de este reino, los señores del aire, los señores de las lagartijas, los señores de los alacranes, los señores de los sapos, los señores de los pajaritos, los señores de las nubes, los señores del desierto, ya escribí esto, repito pero no importa, la respiración también es una repetición y algo totalmente nuevo, el que tenga orejas de murciélago que entienda, y cada día que pasa también, falsa repetición y nueva renovación, ahora bajo pensativo, ¿ porqué vuelvo a pensar en serpientes, en serpientes largas, transparentes, esta vez de vuelta al Reino?... Ya no disponemos de lonjas ni de perniles de tiempo, el viejo Cronos muerde y muerde, él nos saca pedazos y lonjas, ahora de nuevo estamos con Ross, gira turística, Chimbote centro… Regarde! le digo a Manamarie al parecer inalterable a los ataques de Cronos, del viejo Saturno devorando a sus hijos como en el cuadro de Goya… Ça c’était la maison familiale! ¡Jirón Guillermo Moore 472!... Y la nave de Ross flota, y rápida avanza, Antúnez de Mayolo, luego la gran ciudadela de hierro, la ciudadela de Hefaistos, la ciudadela de Vulcano, el Malecón, manchas y ejércitos de bolicheras, vayamos al Vivero Forestal sugiero… Y aquí estamos… De vuelta a la eterna infancia, al asombro, a la capacidad de maravillarme de todo, a la capacidad de ver el mundo por primera vez, el burródromo, el fuerte ya no existe, el trencito, la laguna y los botecitos… ¡El gran restaurant Los Pinos! ¡Aquí tuvo lugar nuestro baile de Promoción!... Puede que lo paleóntologos del futuro duden, puede que los geólogos del futuro duden, puede que yo vuelva aquí como Charlton Heston en el Planeta de los Simios, ahora transformado no en mono sino en anfibio, en anfibio mutante, anfibio en el movimiento de millones de años de evolución y transformación, con poder pulmonar, con poder branquial, el Vivero Forestal está bajo el océano que subió, ya nada existe, o mejor dicho todo está de nuevo bajo el agua de los comienzos, pero allí, bajo el agua, medio comido por las algas y como coronado de madréporas, está el gran restaurante Los Pinos de mi primera juventud en este planeta, ah, ¡qué matrimonios! ¡Qué promociones! ¡Qué fiestas de quince años! ¡Qué fiestas! ¡Lo que el viento se llevó! En verdad, nada se lleva el dios viento, ni el tiempo, ni la memoria, ni nada, somos nosotros los pasajeros de la lluvia, y qué, ahora este antiguo templo se llama Mi Ranchito, aquí va la prueba…

Mi Ranchito / Restaurant Turístico
Panamericana Norte sin número
Vivero Forestal
Chimbote Santa Ancash
Comidas típicas
Ceviche de pato, cuyes, adobo de chancho, cecinas, pepián de pavo
Sazón Calidad Higiene

      Anote, señor anfibio, dirección planeta Tierra, ¿qué desea? Chicha morada para las señoras, qué digo, para las chicas, una chela Pilsen Callao para la sed inmemorial del anfibio, se acaba el viaje, ya pronto regreso a las Galias como Periquito, poquito a poquito, ¿no almuerzan con nosotros? pregunta Ross, no digo, mil gracias, un duchazo y regresamos al centro, vamos al Diario de Chimbote, es la ocasión de ver a los muchachos, el tiempo quedó cortina, de modo que duchazo, colectivo y de nuevo al centro, jirón Elías Aguirre, Pocius promo nos recibe sonriente, casi sincrónicamente llega Walter promo, empiezan a circular las chelas Pilsen en tarro, te presento a mi nueva compañera dice Pocius, luego nos muestra su arsenal de trago, su papá don Wili nos mira feliz desde el recuerdo y desde el tiempo detenido de la foto, ah carajo, me saludarás a Canito, a Ticius, a Wili junior, Boconcita nada dice pero, algo inquieta, observa, nosotros hablamos, reimos, brindamos, la Plaza Roja desierta, alma corazón y vida, yo con relativo entusiasmo según Walter, nada dice pero yo siento el inicio de los borborigmos de lava en mi hembrita, Durris dice Pocius, ¿qué tal si mañana vamos a Nepeña? ¿A Nepeña?... La verdad me parece una buena idea… ¡Un almuerzo en la campiña! ¡Un almuerzo en Nepeña! ¡Vamos a Nepeña! Digo como poseído de entusiasmo, y ahora veo que este proviene del simple hecho que nunca he estado en Nepeña… Aquí, en los locales fortificados del Diario de Chimbote, chelas van, chelas vienen, bueno Durris dice Pocius, ¿qué quieren? Hay que pasar el pedido, ¿cuyes? perfecto digo, ¿arroz con pato? perfecto digo ¿Cebiche? perfecto digo ¿Sudado? perfecto digo y no me canso de tanta perfección, pasamos a buscarlos a las nueve de la mañana dice Pocius… « A neuve heures du matin? Et vous allez commencer à picoler à partir de quelle heure? » Ya veremos digo, ¡de pronto a partir de la diez y media! Mientras tanto, Amparito hace los pedidos por teléfono, bueno Durris dice Pocius, ahora vamos a comer un cebichito, vamos digo, subimos a su nave, avenida Meiggs, bifurcación a la izquierda, bulevares de tierra, en este momento nos encontramos en El Marinero Bar Cebichería en la esquina del jirón Moquegua y la prolongación Ladislao Espinar, espléndida cebichería, grandes locales soleados y ventilados, nosotros inmortalizados por una finísima película de polvo del puerto, algo transpirantes y muy contentos, pero Boconcita, medio preocupada, observa… La verdad verídica es que, como ya dije, por poderosos motivos de salud física y mental, el anfibio ya no puede chupar como antes, y eso es lo que está pasando en este momento, ¿cómo decirle la terrible verdad a los muchachos? ¿Que ya no puedo chupar como ellos? ¿Adiós muchachos, compañeros de mi vida, barra querida? ¡Ni cagando! Manamarie está sentada sobre la movediza yegua de su contrariedad. En verdad, me está cuidando… « Après tu vas être complètement malade! » « Complètement malaaade! » canto medio burlándome, ya está, ya la cagué, ya tengo al dios adentro… ¡Salud! ¡Salud! Hay que llamar al doctor Angel Angulo, Durris, dice Pocius, y también hay que llamar al coronel Méndez digo, ya lo llamé dice Pocius, dice que ya viene, qué maravilla, la atmósfera es de alegría y exaltación, ¡Salud, promo! ¡Salud!... Circulan los cebiches, las parihuelas, los pescados a la plancha, las chelas circulan y se acaban a ritmo frenético, el anfibio envidia la formidable salud de muchachos, hablamos de todo siempre riendo, de nuevo tenemos doce o trece años, hablamos de mamelucos, de sentadas chinas, de chiquifrey, de servicio completo, ja ja ja, llega nuestro pata promo Angel Angulo, la verdad es que la vida de cada quien es una, dos y tres novelas por lo menos, instigado por Pocius estudio la posibilidad de realizar una biografía de Angel que ha tenido muchas vidas y ha sido capaz de vencerse a sí mismo, ¡Salud! ¡Salud!... Llega el toyo a la plancha, llega la fuente de cebiche, llega el jugoso, empieza la gran actividad de los tenedores, qué digo, de las cucharas, ¡Mozo! ¡Dos más por favor!... Y cuando llega sonriente el antiguo Telly de Miramar, el actual coronel Méndez, nosotros ya tenemos veinte chelas en el buche, por eso Boconcita se raya…  « On a rendez-vous ce soir! » dice furiosa, palabra que viene de furia, esas que atacaron a Orestes  « C’est un rendez-vous important! Tu veux arriver complètement bourré? Moi je m’en vais! Et puis tu vas tomber malade! »… Medio nos peleamos verbalmente en el galo idioma, ya me puse necio y lo propio del necio es querer tener a la pobre razón cogida del pescuezo, los muchachos medio divertidos pero no tanto, Boconcita rayada es una gorgona al cubo, una divinidad griega primordial, una síntesis de fieras… « Deux autres bières et on s’en va, ma chérie! » digo y todavía no me doy cuenta que me protege… « Mais vous avez déjà bu une cinquantaine de bières! Tu te rends pas compte! Comment vous faites? »… pero, como ya dije, nadie más necio que Johnny Pacheco, en momentos así me convierto en un sabio al revés… « Et ton rendez-vous de ce soir? » « ¡Mozo! ¡Cuatro más por favor! ¡Han llegado los patas! » « Moi je m’en vais » dice la habitante de mi Erebo personal, de modo que, caballero, un seco y volteado y me sacudo, Amparito consternada nos lleva a Buenos Aires en la nave, qué pena dice, lo siento de verdad digo, mi mujer está furiosa porque se me pasó la mano, yo la he autorizado a controlarme en caso de que esto suceda, ¡pero hoy estábamos tan contentos que no me di cuenta! ¡Mañana no venimos al almuerzo en Nepeña! » « Ella te cuida bastante » dice Amparo « Es mi cancerbero » digo « Muchas gracias por todo, ¡me saludas a Pocius y a los muchachos! » Después, tremenda siesta, pero mis propios ronquidos me despiertan, depués de nuevo caigo en el tórax de Hypnos, después en los brazos de Morfeo, su hijo predilecto. SIN VéRTEBRAS. CíRCULO D.M.