20190617

Nueva crónica del reino - octavo episodio










Poco a poco anochece,  brochazos lilas y bermellones en el lienzo del cielo, partimos a las seis y veinte, y no a las cinco y veinte como previsto, el articulado y viejo culebrón de fierro avanza despacio por los rieles, ya es de noche, se prenden las luces del tren, lucecitas esporádicas por las rápidas ventanas, bueno, rápidas ni tanto, creo que avanzamos a 30 kilómetros por hora, como mi estuche en sus mejores tiempos surcando en bicicleta las carreteras del sur de Francia, y además hay un contratiempo que nos obliga a esperar un rato, una cuestión de cambiar las agujas de los rieles, otro culebrón de fierro articulado pasa en sentido opuesto. Tipo ocho, ocho y media, llegamos a Ollantaytambo… Yo emocionado ahora no sé por qué… De nuevo me acuerdo, gracias a la resonancia de la palabra Ollantaytambo, de las aulas de la infancia en el Colegio Raimondi y de las maravillosas películas históricas que nos contaba el profesor Baca… Valle de Urubamba… Otros ríos bajan, se abren paso desde los flancos abruptos de los Andes… ¿Son ríos que suben? ¿O son ríos que bajan? El más importante eres tú, turbulento culebrón de agua color café con leche, ¡oh Urubamba de los ancestros!... El Valle sagrado de los Incas… ¡Sagrada y antigua ciudad de Ollantaytambo en la noche de hoy, 18 de diciembre! Las películas que veía gracias a los relatos del profesor Baca, que a veces los escribía en el pizarrón con letra impecable y caligráfica, con letra magnífica, y que nosotros, bueno, nuestros estuches de entonces tenían que copiar en sus cuadernos, de nuevo aparecen como flashes fotográficos… El culebrón de achacoso fierro avanza lamiendo los rieles… Pero resulta que ya no somos los mismos, que nunca hemos sido los mismos, que nunca seremos los mismos, felizmente que los estuches son elásticos, somos ríos simplemente, el agua pasa y pasa y parece la misma pero no es la misma… En verdad, uno podría cambiar de nombre si se nos antoja en cada etapa de la vida, infancia primera y segunda, pubertad primera y segunda, adolescencia primera y segunda, adultez primera y segunda, vejez primera, segunda y tercera, articulo mortis… Los nombres tienden solamente a fijar la ilusión de fijación… De que nada se mueve cuando en realidad todo se mueve y cambia, como los ríos, avive el sexo y despierte, ¡nuestras mentes y nuestros estuches son los ríos! le digo a Boconcita que me mira admirativa pero que, felizmente, no me hace caso, que de pronto no entiende… En esto del ser y del no ser, decir la nada es una cojudez, como su nombre lo indica la nada no existe, bueno, en esto del to be or not to be soy radical e inapelable… Estoy convencido de que el estuche que fui ayer apenas, que murió al dormir y que resuscitó al despertar, ya no es el mismo, ma chérie, he perdido como mínimo diez millones de células, ¿quién puede vanagloriarse de ser el mismo, este estuche, después de haber perdido diez millones de células, eh?... Vanidad, vanidad, por tu culpa he perdido un amor vanidad… En cuanto a la gloria no hay gloria mayor que disfrutar del placer del estuche en su frotación con otro estuche… En cuanto al amor, precisamente si lo hay, el sexo no importa… Además, ¿que relación hay entre el niño que sabía de memoria los nombres de los catorce incas, el púber de la urbanización Buenos Aires, el joven que estuvo en Venezuela cuando el oro negro, el segundo joven que disfrutó al máximo la república independiente de Sex-en-Provence, y este gordito pelicanizo actual medio quejoso además? En verdad, nada, ma chérie. Sólo la memoria. Sólo esa la cavidad repleta de ecos, de huecos y baches, esta Panamericana de la memoria con sus trepanaciones craneanas, con sus olvidos y falsos recuerdos… Mira por favor qué dice Wikipedia, recuérdame los maravillosos nombres de los catorce incas… Esto pasa y estamos perforando la oscuridad rumbo a Ollantaytambo… Estos fueron los catorce incas, amigos restituídos a la vida sideral gracias a la mágia de la era cibernética… Amigos de ayer y de hoy, ayer es hoy y hoy es siempre… Saquen sus cuadernos y apunten… 1) Manco Cápac, Rico Señor de vasallos 2) Sinchi Roca, Guerrero Magnífico 3) Lloque Yupanqui, Zurdo Memorable 4) Mayta Cápac, El Melancólico 5) Cápac Yupanqui, Supremo Soberano Contador 6) Inca Roca, Supremo Soberano Valeroso 7) Yahuar Huácac, El que llora sangre 8) Inca Wiracocha, Espuma del Mar 9) Pachacútec, El que cambia la Tierra 10) Amaru Inca Yupanqui, Supremo Soberano Sagaz 11) Túpac Inca Yupanqui, Soberano Rey Resplandeciente 12) Huayna Cápac, Joven Valeroso 13) Huáscar, Hijo de la Dicha 14) Atahualpa, El Ave de la Fortuna… ¡Mil gracias Google! ¡Mil gracias Wikipedia! ¡Gracias era cibernética!... Ma chérie, desde hoy me puedes llamar Huáscar… ¡Hijo de la Dicha! Pienso que la susodicha dicha fue la que sintieron sus progenitores al concebirlo, o sea, el talcazo… Si la dicha es recíproca, todos podemos llamarnos Huáscar… También puedes llamarme Huáscar por mi capacidad de dicha y mi capacidad de huasca… Ella se ríe, entiende y no entiende, il y a un problème, mon chéri, dice, así es, ¿qué pasa?, el tren culebrón de fierro viejo se para en seco, bueno, casi en seco, esto ya lo conté, pasa otro culebrón de fierro de las épocas de los ingleses, nuestro culebrón similar arranca, suena el pito, echa humo negro la chimenea, la caldera es alimentada a punta de pala, tútúuuu, tú túuuu, y al cabo (¿cuál cabo?, ¿qué cabo?, ¿la extremidad de algo?) de otro mordiscón del Viejo Cronos también conocido como Saturno, llegamos a la histórica ciudad de Ollantaytambo medio devorada por la niebla, ¿es niebla o qué es?... Humo, nube, gas, neblina, niebla… ¿Qué es? ¡Es agua dividida en partículas, moléculas, átomos! Eso dice precisamente Boconcita, c’est de l’eau dans l’air mon chérie, je suis un peu fatiguée et j’ai faim aussi… Allons-y digo… Así avanzamos los turistas, casi dando manotazos, en la muy agradable jungla de oscuridad llena de agua de Ollantaytambo… Aparecen empleados de las agencias con letreros, taxis y colectivos ofrecen servicios, no gracias digo, seguimos avanzando y rechazando las grandes ofertas de transporte de primera, los nombres, ah los nombres, nombres de humano, nombre de lugar, nombres de país, siempre los nombres, ¡casi todos nuestros nombres provienen de la Escritura! Bueno, el noventa por ciento… ¡A Túpac Amaru Segundo le pusieron por nombre José Gabriel los encapuchados pendejos! ¡José como el papá putativo de Jechu según la literatura neotestamentaria! ¡Y Gabriel como el arcángel! Los celebérrimos arcángeles somos, por decirlo así debido a los nombres, los rafaeles, los gabrieles y los migueles, hay un cuarto arcángel o categoría mental, pero no recuerdo, precisamente, su nombre… De pronto gritan nuestros nombres, o mejor dicho mi nombre y apellido ¡Miguel Rodríguez! ¡Miguel Rodríguez! ¡Tierraaa! ¡Tierraaa! ¡Tierraaaaa! grita mi ancestro hispánico Rodrigo de Triana al ver las costas del nuevo continente… ¡Tierraaa! ¡Tierraaa! ¡Tierraaaaaa!... Para honor de nuestras genealogías si a alguien esto interesa, los Rodríguez, prácticamente sinónimos de piedras en las Américas, somos descendientes de ese Rodrigo que vio nuestra tierras, « ez » quiere decir « hijo de », hijo de Rodrigo, ma chérie, est-ce que tu comprends?... Aunque el ancestro por excelencia vía Hispania podría ser, agárrate para que no te caigas, ¡el Cid Campeador! ¡El famoso Matamoros! ¡Don Rodrigo Díaz de Vivar!... ¡Tierraaa! ¡Tierraaa! ¡Tierraaaaaa!... Tu parles comme si tu étais saoûl dice mi hembrita… Qu’est-ce que t’arrive, mon chéri?...  ¡Mira! le digo ¡Esa es Ruth, la perucha que le cortó la cabeza a Holofernes! Vengan por aquí dice Ruth, y yo veo y admiro los kioskos donde los agachados sorben suculentos y grasosos caldos de gallina, allí está el limocito para cortar y disolver la película de grasa sabrosa, allí está el rocotito en láminas finas, los kioskos de artesanía, la tristona luz de los focos, esa lucecita aceitosa y amarillenta que sigue rebotando en los pasadizos de mi memoria de perro viejo, de nuevo los olores, esos olores del Reino, la niebla, la neblina, las partículas de agua en el aire, las moléculas, los átomos o lo que chucha sea, me siento muy emocionado en Ollantaytambo, las siluetas de los turistas, de los taxistas, de los mercachifles, de los colectiveros aparecen y desaparecen, como en Machu Picchu, ahora aparece Ruth con la cabeza de Holofernes en la mano derecha, con la izquierda dice vengan por aquí, y aquí estamos, otra vez en el minibús japonés, de regreso al ombligo del mundo.
      Misión cumplida en Cuzco, comemos un sanguchito fabricado por nosotros mismos, sólo el tiempo del sueño, de nuevo sueño con serpientes de mar, largas, transparentes. Al día siguiente, antes de dirigirnos al aeropuerto Velazco Astete de la ciudad imperial, aquel 19 de diciembre, estamos tomando excelente desayuno con jamón, jamonada, huevos fritos, jugo de sandía, jugo de piña, pan, té, café en el idílico hostal Qolqampata que recomendamos, por supuesto, situado, como me parece ya dijimos, en la avenida Don Bosco, frente al Colegio Salesiano. Aquí estamos este último día del año 2018, aquí en Cuzco. En lo que me concierne, estoy convencido de que si no vuelvo a Cuzco en vida, volveré con otra vida. Y aquí mismo volveré, hasta ti volveré, belleza de bellezas, hostal Qolqampata. Hasta tu balcón.  Desde aquí apreciamos la ciudad como desparramada a nuestros pies, sus techos de tejas color ladrillo, sus casas, sus calles, sus plazas, sus iglesias… ¡Chau, Hostal Qolqampata! A la prochaine!
      Volaremos rumbo a Limonta a las 11h35 en un palomón de aluminio de Star Perú, vuelo 217… Saludos y recuerdos a esa bella persona impregnada de humanidad, el taxista que nos trajo, su hijo mayor se graduó de médico en Bolivia, en Cochabamba donde hay una excelente facultad de medicina frecuentada por estudiantes uruguayos, paraguayos, chilenos, peruanos, argentinos… ¡Buen viaje! dice y todavía lo estoy viendo... ¡Sorpresa llegando al aeropuerto! ¡Star Perú ya no existe! ¿Y ahora? Pregunto a diestra y siniestra… ¡Nuestro vuelo sí existe! ¡Star Perú ha sido asimilada a Peruvian Air Line, nos informan! ¡Uf! Como son apenas las nueve y media de la mañana, tenemos lonjas y biftecs de tiempo para regalar, nuestros pequeños maletines no necesitan registro. Visitamos despacio la totalidad el aeropuerto. Hay una oficina de correos, de modo que Boconcita aprovecha para mandar tarjetas postales. Mientras tanto, yo me intereso en el genio y figura del intrépido piloto Alejandro Velazco Astete, un jovencito que participó en la Primera Guerra Mundial, y que fue el primer piloto en atravesar los Andes, y que murió todavía jovencito, a la edad de 28 años, esto dice el diaporama que lo conmemora, y eso le cuento, su avión se estrelló en Puno en la maniobra de aterrizaje, y le cuento también que el máximo héroe de la aviación civil, Jorge Chávez Partnell, era franco-peruano, ¡Arriba! ¡Siempre arriba! ¡Hasta las estrellas! Pasa el tiempo como una materia estirable. Anuncian un retraso de media hora, luego de una hora, le aviso a Joel que vendrá a buscarnos al aeropuerto allá en Limonta, qué tremendo placer utilizar una cabina telefónica, especímen ya desaparecido en las Galias, hay atraso de hora y media por lo menos le digo, no importa yo los espero dice, por fin subimos al palomón que pronto se mueve, rápido se prepara para el despegue, ¡pero el motor no arranca por completo! ¡Hay que volver a la base para utilizar un dínamo externo! ¡Arranca y despega por fin el palomón! ¡Chau Cuzco! Arrivederci! Adeus! A la prochaine!
      En el avión palomón, revisando mis notas, me doy cuenta que hemos realizado una pequeña gran hazaña, lo logramos, fue rápido pero lo hicimos, visitamos Arequipa, Puno y Cuzco en menos de una semana, ¡ahora sí prepárate, ma chérie! ¡Pasado mañana rumbo al norte del Reino! ¡Al rico Chimbote! ¡A Trujillo! ¡A Máncora!... Por ahora, de nuevo en el Sol de la Molina, de nuevo en la paz, de nuevo en la calle Colán, de nuevo en esa esfera de risa, de conversación, de aprecio y afecto… Fluyen las anécdotas… « En Arequipa, una vicuña o mejor dicho un vicuña macho la escupió »  « la vigogne m’a craché sur les lunettes, j’ai dû les enlever pour les nettoyer, je ne voyais plus rien » dice Manamarie « que le escupió en los lentes y tuvo que sacárselos para limpiarlos, no veía nada » traduzco, reimos todos « A mi entender el vicuña macho estaba furioso porque lo habían aislado, lo habían separado de las hembras » ¡Gracias! ¡Estuvo riquísimo el seco! ¡Hasta mañana!
      Al día siguiente, visita al hipódromo de Monterrico y búsqueda de una maleta específica. Los increíbles centros comerciales de Monterrico superan a los increíbles centros comerciales de las Galias. En primer lugar, por lo inmensos. Los centros comerciales pueden ser considerados como una versión del paraíso de la sociedad de consumo, como dice el filósofo, pienso… Buscando un sitio en el estacionamiento de película, vemos, como en la Costa Azul del sur de Francia, coches Porsche, Porsche Carrera, otros super coches, sólo faltan los Ferrari, los Maserati, pienso y le digo, ¿ya ves? Todo es contraste, pero contraste descomunal, muy ricos y muy pobres, la era cibernética y la era de los ancestros, los Porsche Carrera y las carretas jaladas por burros, las dos caras de la moneda, el día y la noche, así es el movimiento, je suis la plaie et le couteau! je suis le soufflet et la joue! je suis les membres et la roue, et la victime et le bourreau, como dice Baudelaire, así es el mundo, así es el Reino. Y así somos tú y yo, ma chérie. Día y noche. Luz y tiniebla. A veces separados. A veces juntos y revueltos… Aquí en el hipódromo me siento feliz como en la primera juventud de mi estuche, cuando venía con Coco y otros patas, una vez vinimos con los hermanos Ormeño, para botar adrenalina y apostar. Los caballos en general y los caballos de carrera en especial son seres particularmente hermosos, aunque hermosos son todos los animales superiores e inmortales… Joel trabaja para un pata que tiene caballos, por eso estamos aquí, y por eso veo y admiro, como ver y admirar al Pegaso del Monte Helicón, la estatua de cobre casi viviente que inmortaliza al caballo Santorín… C’est lui, ma chérie! C’est Santorin! Ella me recuerda que es el nombre de una isla griega. Bueno, digo, cuando viajemos a Grecia, hasta esa isla iremos… ¡Hasta la isla de Santorín! ¡El Pegaso del Reino que ganó en el hipódromo de Palermo por catorce cuerpos! D’accord, mon chéri, dice ella.
      Otra vez en el Sol de la Molina. Nueva visita a la tía Aurora, al tío Nico, a Magda… Ahora estamos de nuevo almorzando muy rico, minisiesta, luego una excursión al supermercado Wong pródigo en todos los productos que prodiga el Reino… Los choclos, los zapallos, las caiguas, las papas, los camotes, los repollos, las yucas, los ollucos, los ajíes y rocotos en el sector vegetales diversos, las paltas, los limones, los mangos, las uvas, los maracuyás, las chirimoyas, las sandías, los mameyes, las ciruelas, las granadillas, las oconas etc. etc. en el sector frutas diversas, y eso sin hablar de la uña de gato, de la linaza, de la valeriana, de la yerba luisa, de la cancha, de los chifles, de la maca, de la papa seca, de la carne de alpaca deshidratada etc. etc. « Sólo faltan la pusanga, el san pedro y la ayahuasca » pienso.
      El día 21, desayuno tropical con mango, piña, platanitos de la selva, jugo de naranja, café, pan y queso. Divertido, me entero de que en esta casa existió un gato llamado Julius, y que fue registrado como Julius Sáez en la alcaldía, en el sistema familiar, como un miembro de la familia, y que lamentablemente un día desapareció. Julius, así bautizado por Claudia, en homenaje al protagonista de la famosa novela de Alfredo Bryce Echenique, era, pues, mi sobrino felino. Más tarde, vamos todos al supermercado. El principal objetivo es la adquisición de nuevas frutas y de nuevos vegetales, de arroz y tallarines, de café, pero también de variadas carnes, de res, de chancho, de cordero, y también de la adquisición de una super gallinácea para el ají de gallina, para el seco de cordero que serán confeccionados, más tarde, por las respectivas artes de Aída (ópera en cuatro actos de Giuseppe Verdi) y de Elba (paradisíaca isla en los mares de Italia, donde fue exilado Napoleón Bonaparte), me informa, ahora cuando escribo, la memoria inagotable de Wikipedia. SIN VéRTEBRAS. CíRCULO D.M.