20190413

Nueva crónica del reino - cuarto episodio






Nuestro arribo al terminal o terrapuerto de Puno fue otra forma de prodigio, esos minúsculos prodigios de cada día, esos que por lo general no vemos o no sentimos por tener la mente ocupada con muebles viejos, con muebles innecesarios, o con cachivaches inexistentes. Como Manamarie tenía ganas de ir al ñoba, rápido vamos, aquí estamos, aquí te espero digo. Miro distraído, ensoñador, los vistosos letreros de las agencias de transporte, el movimiento del terrapuerto, los vendedores de chicles y gaseosas, de chocolates y cigarrillos, la gente sentada esperando. Lo que más acapara mi atención, son los nombres de las agencias de transporte, mi placidez les confiere notas poéticas: Flores (el universo de las flores, las flores de la hacienda San Lorenzo), Cruz del Sur (nombre de constelación), San Luis (un santo homónimo de Clovis, Lovis, Louis, Luis, el primer rey merovingio cuya esposa se llamaba Clotilde como mi abuelita), y esos dos nombres que recuerdo de cuando era habitante del Reino, Ormeño y Tepsa. « Soy turista en la patria » de nuevo pienso. En ese momento, como salido de la nada, un paisano llamado Juan como el celebérrimo evangelista, se da cuenta de mi status, aunque no sabe que soy un turista del ser y la nada, me aborda, me palabrea, me seduce con grandiosas e irrepetibles ofertas, Inka Travel agencia de turismo para servirlo, paisano, dice campechano ¿de Chimbote? ¡Qué coincidencia! ¡La mitad de mi familia emigraron a Chimbote, paisano! ¡Es que los puneños somos grandes navegantes! ¡El lago es nuestro mar! ¡Allá en su tierra necesitaban navegantes por esa época! ¡La época de Banchero Rossi! ¡Yo estaba chiquito pero me acuerdo! Yo soy un descendiente directo de los uros, paisano. Mis padres nunca aprendieron el castellano. Ahora tengo mi propia agencia turística, mi propio hotel, nosotros trabajamos en familia, paisano. Ustedes quieren ir al lago, ¿verdad? ¡Nosotros ofrecemos los mejores servicios! Hospedaje, transporte, visita a las isla flotantes donde viven mis ancestros, visita a Taquile, ¡antes del anochecer ya están de regreso! ¿Usted es gringo, paisano? No, digo, no, dice, quiero decir si su esposa es gringa y tiene usted la nacionalidad gringa como tanto paisano, no digo, mi mujer es francesa, yo vivo en Francia hace muchos años pero no tengo la nacionalidad francesa, con la peruana me basta y me sobra, digo, ¡felicitaciones, paisano! casi grita Juan, ¡bienvenido a su patria! ¡Y además usted habla como si nunca se hubiera ido de acá, de su tierra, de la tierra que lo vio nacer! Yo he conocido un montón de paisanos que ya son como gringos… ¡Algunos ya casi no hablan castellano! Vea, sólo por ese gusto le voy a hacer un buen precio, eso incluye el hospedaje en mi hotel, como ya le dije trabajamos en familia, somos solidarios y comunitarios como nuestros ancestros directos los uros, tenga, mire. Y mientras miro y admiro el lujoso folleto brillante, plastificado, que reza Don Tito Inn, un lugar de altura, jirón los Incas 236, sale Boconcita de los servicios dizque higiénicos como salir de los más profundos infiernos, con una máscara de asco en su carita, ¿francesa? pregunta Juan de pronto ¡Uy! ¡Son bien jodidos los turistas franceses! ¡Mejor me voy! No, le digo, espera, Juan, me gusta tu propuesta. « C’est les chiottes les plus dégoutants du monde ! » dice mi hembrita contrariada « Il n’y a même pas d’eau ! Il y a le lac en face et dans les chiottes il n’y a pas d’eau ! » Yo me río ante su ocurrencia. Este es mi amigo Juan le digo, vamos a ir a su hotel y mañana estaremos flotando sobre la piel del lago sagrado, ¿hotel? ¿Cuál hotel? pregunta ella desconfiada, ¡primero quiero verlo! Luego dice que los baños del terrapuerto eran muy bonitos, muy modernos, mayólica, espejos, amplios ventanales, cañería reluciente, ¡pero no hay agua! ¡Olor de orines! ¡Marineros marrones flotando! Tranquila mi amor le digo, se cierra el expediente, vamos al hotel de Juan, ¡yo quería ir a un hotel frente al lago! medio grita vencida, y yo repito, tranquila Boconcita, ven, vamos. Juan nos conduce a su oficina en el terrapuerto para el viaje a las islas, barato, super barato, el precio del hotel para nuestra recámara nupcial, también super barato, y eso que ahora la patria tiene una de las economías más sólidas de nuestras Américas, un euro = tres punto siete euros, ¡Tá caro el Reino! Juan nos hace subir a un taxi. Y aquí estamos. En el jirón los Incas 236, prácticamente frente al super mall Plaza Vea. Algo sorprendido pero no tanto, constato que el hostal Don Tito Inn en carne y hueso, en cemento, fierro y ladrillo reales debidamente maquillados, difiere del super local de la super publicidad casi plastificada, brillante, laqueada, donde el super edificio luce adornado por las banderas de Japón, de Francia, de USA, de Italia, de Alemania, bajo un cielo de záfiro o de topacio con su respectivo cóndor volando sobre fascinantes ruinas pre incaicas de la cultura Tiahuanaco. Manamarie, obviamente, pitea. Yo, caballero. En verdad, para mi gusto está bien, si consideramos el precio. Amplia habitación, cama matrimonial, otra cama, agua caliente, cortinaje marrón, vista a la calle, el lago deben verlo los del último piso, pero ella es franchute y está malacostumbrada, quiere más confort, por eso pitea, y además al conectar su celular para cargarlo hay problemas, el tomacorrientes casi se sale de la pared. Pero todo tiene remedio, todo tiene solución, salvo la muerte. Ven vamos a pasear digo, salgamos a explorar, yo soy tan turista como tú, vamos a la Plaza de Armas, y de pronto el buen humor se instala. Deben ser las cinco, las seis de un día especial y cualquiera, como cada día, por cierto. Caminando hacia el centro le cuento que del gran lago, según nuestros mitos y leyendas, surgieron el padre Manco Cápac y la madre Mama Ocllo para educar a nuestros ancestros y para fundar el imperio. Al decir esto, vuelvo a ver con los ojos de la mente ese lienzo de Enrique Polanco llamado « Manco Cápac y Mama Ocllo en La Victoria », vuelvo a ver el libro que amablemente me mandó Juan Zevallos Aguilar de USA, cuando comentaba lo del Movimiento Kloaka a comienzos de los ochenta. « También hay una hermosa leyenda digo, la leyenda de los hermanos Ayar, pero ya no me acuerdo muy bien, la busco en internet y después te la cuento ». Por ahora, el estuche tiene ocho años en la máquina de la memoria, es decir en la máquina del tiempo, está en aquellas aulas del Colegio Raimondi antes del terremoto, quien habla es el profesor Baca, nuestro querido y recordado Oswaldo Baca, mi yo aquel ve la película de Manco Cápac y Mama Ocllo, pero sobre todo la película de los hermanos Ayar, las grutas en los cerros, todos los cursos de historia de aquel pleistoceno los veía como ver películ as, transcurría una verdadera película en el cinema de la mente, sigo hablando de esto instalados en un restaurante, naturalmente turístico, del jirón Lima, donde Boconcita, todavía temerosa de un eventual malestar estomacal, se limitó a un polluelo a la plancha, yo a una pieza de alpaca a la plancha, me gustan los sabores nuevos, inéditos, papas al horno con papas de Puno jamás antes degustadas, legumbres cocidas criadas en estas altas huertas, no nos vaya a dar la bicicleta, la turista, después cómo hacemos, aunque tenemos pastillas, pero en fin, el gran trozo de alpaca perfecto, prueba le digo, ella probó y le gustó, volvió a probar y le volvió a gustar, una Coca-Cola, una chela, y ya.Al salir, cientos de danzarines, un desfile interminable de danzarines y danzarinas, de bandas de música, ¿estaban entrenándose para la gran fiesta de la Virgen de la Candelaria?, música folclórica en la noche de Puno, trajes típicos, sombreros y disfraces, bombos y platillos, tubas y trompetas, sólo faltan las waripoleras, el gran cortejo avanza hacia la Plaza de Armas, es verdaderamente interminable, Boconcita feliz toma fotos y fotos, ¿o será la diablada de Puno?, en todo caso nada que ver con el universo mental llorón, quejoso y culpable que hemos heredado de los encapuchados, fotos por aquí, fotos por allá, despacio avanzamos de regreso al hostal, yo contento de que le haya gustado la carnita de alpaca, vamos, ma chérie.« Sobre la montaña Pacaritambo aparecieron los hermanos Ayar, después del gran diluvio que había devastado todo. De la montaña llamada Tampu Tocco partieron cuatro hombres jovenes y vigorosos, y cuatro mujeres jovenes y bellas, hermanas y esposas de ellos a la vez. Eran: Ayar Manco y Mama Ocllo; Ayar Cachi y Mama Cora; Ayar Uchu y Mama Rahua; Ayar Auca y Mama Huaco. » ¡Esposas y hermanas! ¡Como los egipcios! ¡Como otras culturas solares tan antiguas que ya nos olvidamos de ellas! ¡Cuánto y cómo se vacilaría en su consultorio de Viena el doctor Freud con estos elementos! ¡Y don Carl Gustav Jung! ¡Y el doctor Lévi-Strauss!« Enviados por el dios sol, Manco Cápac y Mama Ocllo, hermano y hermana, emergen de las aguas del lago Titicaca, para fundar un imperio… ah, la imaginación, esa diosa mayor… hay un lugar próspero para hundir el cetro de oro de papá Sol… el lugar propicio para fundar un gran imperio por estos lares de la Tierra que sigue dando vueltas… Manco Cápac va hacia el norte… Mama Ocllo a sur… Manco Cápac tiene el cetro fabricado con el sudor del Inti… El cetro se hunde en el cerro Huanacaure… »En nuestra recámara nupcial del Don Tito Inn, casi aplastados por el peso formidable de tres frazadas, nos deslizamos en las aguas del sueño. Toma tu mate de coca, ma chérie, le digo a las seis, cuando traen el desayuno en bandeja, pan, café, jugo de naranja, mantequilla y mermelada, toma tu mate de coca para que no te ataque el demonio de las alturas, el soroche, ¡es ese dolor de cabeza que tienes! A las siete llega la enviada de Juan para nuestro transporte al puerto, y aquí estamos, ahora a bordo del barco « Zumaya », qué nombre tan bonito, ¿será el rey o la reina del lago? Un nítido, acariciante olor a combustible penetra por nuestras fosas nasales cuando avanzamos medio saltando entre otros barcos rumbo al « Zumaya », día claro, bueno, relativamente claro, pocas nubes, al lado del « Zumaya » hay un navío llamado « El Aventurero », yo respiro con deleite porque mezclado a ese olor de gasolina viene el olor de la piel del lago, de pronto el cielo bruscamente nublado, tan rápido, qué increíble, así es la mente, pienso, el « Zumaya » calienta motores, salen borbotones de humo gris cielo tirando pal negro, esa mezcla de gasolina, olor del lago y anhidrido carbónico me parece alucinante, suben otros turistas continentales y transcontinentales, el guía que habla muy buen inglés se llama Giovanni, sus padres son uros, sus abuelos son uros, toda su genealogía es de árbol uro, como su primo Juan, por cierto, el capitán de la barca se llama Saturnino, uro también, como su esposa y copiloto, vamos pues rumbo a las islas flotantes… En verdad, Juan y Giovanni son el mismo nombre pienso… ¿Cómo se dice el evangelio según San Juan en italiano? Il vangelo di Giovanni!, pienso y me río solo, y la ópera de Mozart así llamada, Don Giovanni, se refiere al mítico seductor, al gran irresponsable, al destructor de la ley judeocristiana, ¡Don Juan! ¡Don Juan en los infiernos! ¡El poema de Baudelaire! ¡Y Casanova saltando y huyendo por los techos de Venecia! ¿Y cómo se llamaba Casanova? ¡Giacomo! ¡Jacobo! ¡Jacques como Jack el Destripador! ¡Jacobo de Zebedea! ¡Uno de los doce apóstoles! ¡Y hermano de Juan Giovanni, el poeta delirante del Apocalipsis! ¡Y todos aquí, en el « Zumaya »! Por cierto, Saturnino viene de Saturno, o sea Cronos el gran devorador de sus infantes… A quoi tu penses? me dice de pronto Manamarie, regarde! plus de nuages ! Inducido por mi capacidad de asociación y delirio, yo pensaba en Tirso de Molina… ¡Don Juan! ¡El Burlador de Sevilla! ¡Y en Molière, de paso! Bien pendejo ese Juan, le digo, pero caballero, es su negocio y además trabaja en familia, hay que apoyarlo, y es uro cien por ciento, en fin, uro bajo el imperio de los encapuchados, ¡lo único que faltaría es una iglesia de esas sobre las islas flotantes! De pronto de nuevo me acuerdo y de nuevo me río… ¡Don Tito Inn! ¡Hostal inolvidable por siempre! ¡Se los recomiendo, amigos! Lo único que ahora cuenta, en verdad, es que estamos navegando sobre la piel ancestral del lago, ¡y eso gracias a Juan! le digo ¡Son tus compatriotas! dice ella ¡tú siempre defendiéndolos ! ¡No seas cojuda! le digo ¡estamos navegando sobre el lago! ¡El lago Titicaca! ¡Titikaka! ¡Titijaja! ¡El lago navegable más grande y más alto del mundo del planeta que no para de dar vueltas! ¡Ya puedes contarlo! « Aquí el verano es la estación de lluvia » dice Giovanni que seguro ha vivido en Nueva York, en Miami o en Chicago, de pronto en San Francisco, nombre del poeta, « empieza en octubre y termina en abril, el invierno es de mayo a setiembre, es la estación seca » « O sea que estamos en invierno » pienso « Mamacocha quiere decir la madre lago » dice Giovanni de Puno y de Patmos, tiene brillantes ojos marrones, ha vuelto del extranjero para ayudar a su familia en esto del transporte de turistas, la barca corcovea y echa humo sobre la piel del lago, pronto llegaremos a las islas flotantes de los uros, dice, kamisaraki quiere decir hola, ¿cómo estás?, y waliki quiere decir bien, y yuspakara muchas gracias, así hay que saludarlos, eso hay que decirles, se van a poner muy contentos… Los uros o urus en las islas flotantes… ¿Cuántas? ¿Ochenta? ¿Cien? ¡Uros! ¡Los de la aurora! ¡Los hombres de agua! ¡Los hombres del lago! ¡Raza primigenia de América! ¡Pesca del carachi, del pejerrey y la trucha! ¡Pejerreyes salados secos al sol! ¡Aquí estamos! ¡Caminando sobre bloques de raíces de totora que al entrar en descomposición producen gases! ¡Que al quedar atrapados en la maraña de raíces ayudan a la flotación! Titijaja quiere decir puma gris, puma plateado o puma de piedra, explica Giovanni, los habitantes felices porque llegan los turistas, luego da vuelta a una ilustración del Titicaca, Titikaka o Titijaja, Titijaja en aymara dice, así se pronuncia, aquí podemos apreciar, dice sosteniendo la ilustración de cartulina, aquí se ve al puma y al hombre, probablemente un guerrero arrodillado. La trilogía de nuestra mitología está compuesta por el puma, el cóndor y la serpiente. Son símbolos, por supuesto… Aquí yo paro la oreja… El puma, el cóndor y la serpiente están en el cuerpo humano. El puma es el corazón, la serpiente la columna vertebral, el cóndor la mente… Yo escucho y anoto… Después habla de un « pez-gato », y en ese momento veo cabezas de felino en las proas de las barcas de totora donde pronto subiremos para visitar otras islas, son cabezas de puma gordo, de gato gordo con los cachetes inflados, y en ese momento pienso en mi gato de Lambesc, allá en las Galias. Seguimos caminando, visitando, estamos sentados en semicírculo. Aparece el presidente de los uros y las islas flotantes. Nos da un discurso de bienvenida en aymara, que Giovanni traduce, pero yo admiro maravillado al señor presidente, tiene aureola, es un hombre sin edad, o de edad incierta entre setenta y mil años, rebosante de salud, feliz como nadie en este momento, sonriente. Seguimos visitando la blanda isla flotante, de agradable blandura. Entramos en las viviendas de los habitantes. Fotos por aquí, fotos por allá. Lo que más retengo, es la sonrisa casi budista del presidente y la atmósfera de bienestar general, la nube de cordialidad en la que estamos inmersos, la amabilidad, la benevolencia, no sé qué sienten los otros turistas, o qué siente mi hembrita, pero yo siento esto que cuento, soy muy sensible a lo mejor que un ser humano puede darle a un semejante, vapores de afecto, clima de amistad, gentileza. Manamarie nada dice pero estoy seguro, ahora, mirándola, de que también es sensible al fenómeno de la benevolencia. Mientras tanto, nuestros pies se hunden y salen del colchón de junco. Llega la hora de las compras. Ella compra esto, compra aquello. Compra un tejido y souvenirs muy lindos, todos de vivos colores. Con la excepción de una pareja de franceses y de ella, los demás somos turistas sudacas. Argentinos, colombianos, chilenos. Aparte de Giovanni, de los hombres de la aurora y del lago, el único nacional es el escriba. Del reino de las Galias, como ya dije, hay dos compatriotas franceses, que Boconcita identificó cuando veníamos a bordo del « Zumaya ». Como lo dijo medio disgustada, yo tuve la impresión de que ella ha venido aquí, al Reino, como huyendo de Francia y de sus compatriotas, los franceses. Dos de ellos flotan con nosotros sobre la piel del lago sagrado, se llaman Patrick y Nicole, son originarios de la ciudad de Estrasburgo, ella es muy habladora, él muy callado… Ahora subimos a los barcos de totora con cabeza de felino cachetón… De pronto me doy cuenta que el pobre Patrick, Patrick como el santo patrono de Irlanda, es carcomido por el mismísimo dios Pan, el dios del pánico. « Patrick le tiene horror y fobia al agua » dice Nicole « hemos venido a visitar a nuestro hijo que se siente muy feliz aquí, es ingeniero en Lima, se ha casado y ya no quiere volver a Francia » Patrick de Estrasburgo suda la gota gorda, tiembla, mientras que yo me siento en estado de contemplación sobre este gran barco de totora con cabeza de puma cachetón, con cara de chino gordo como mi gato. Suben unas niñas vestidas con ropas de colorines exaltantes, rojo, fucsia, verde, amarillo, que cantan y nos alegran. Patrick, el hidrófobo de Estrasburgo, está en un estado próximo a la catatonia, transpira y transpira, resuella y resuella, por momentos tiene accesos de hipo, yo le hablo de esto y de lo otro « ¡Mi hijo ya no quiere volver a Francia! » casi grita « ¡Y es un sádico! ¡Sabe cuál es mi problema y nos ha mandado aquí, al lago Titicaca! ¿Dónde hay más agua? ¿En el mar? ¡Yo nunca volveré a ir al mar! » dice casi llorando « pero no entiendo por qué no quiere volver a Francia… ¡Ya no le gusta Francia! ¡Hemos venido aquí para saber lo que le ha pasado! » Y seguimos navegando, el « Zumaya » rompe suavemente, respetuosamente, como acariciándola, la piel azul del lago, la piel gris, la piel plateada, la piel verde claro del lago padre-madre, patria de los pejerreyes, patria de los carachis, patria de las truchas, patria de la totora… ¡Flora y fauna del lago! ¡Eso quisiera enumerar! ¿Será verdad que hay ranas del tamaño de un Renault allá abajo? Allá, en el horizonte por el lado de Bolivia manta, un sistema peninsular de nubes toca la piel del lago, parece flotar como acariciándola. Y este azul inédito de un cielo inédito. « De aquí salieron Manco Cápac y Mama Ocllo, esposos y hermanos, cabalgando sobre la espuma, cogiditos de la mano. » Más tarde, de nuevo a bordo del inolvidable « Zumaya », el cielo cambia y cambia, las nubes cambian, cambian los colores de la piel del lago, avanzamos, y al cabo de hora y media llegamos a la famosa isla Taquile, donde otra prueba comparable a los trabajos de Hércules le espera a Patrick el hidrófobo: saltar del barco al muelle, entre el muelle y el barco el agua temible, voraz, quiere aspirarlo y tragárselo para siempre, sus ojos impregnados de pánico miran las aguas como si fueran lenguas de monstruos que se aprestan a devorarlo. SIN VéRTEBRAS. CíRCULO D.M.