O.
Por Miguel Rodríguez.
Para consagrarse a nosotros, hoy el doctor no trabaja por la mañana. En verdad, el gran Curry debería tener cinco cuerpos, uno para el hospital, otro para su consultorio, otro para su familia, otro para mi tía Edith y mi tía Julia, bueno, hoy el quinto es para nosotros los viajeros… « Pienso que Julia ya está jugando los descuentos » digo « yo no estaba en condiciones de venir, pero he venido por arte de magia, es decir gracias a Anne-Marie » « Has hecho muy bien,Curry ».
Por la preponderancia de sus virtudes, y sobre todo por su ilimitada capacidad de dar amor y afecto –capax dei–, yo admiro al antiguo Blue Demon. Pese a ser ateo, en su trato con el prójimo practica la enseñanza del Christos… A decir verdad, los dos estamos como obstinados en practicar la famosa bondad, la famosa solidaridad, el famoso amor, estamos jodidos, Curry, el mundo es natural y despiadado, somos seres perfectamente idénticos al día y la noche, también a las zonas intermedias, el mundo es un revoltijo de bien y mal, todo junto, todo revuelto… « Está muy delgadita sobre todo, no tiene fuerza, por eso no hace su terapia, necesita alimentarse mejor, necesita proteínas y complementos. » La verdad, los dos sabemos perfectamente que Julia, la ex integrante y secretaria de la Legión de María, está jugando los descuentos. La verdad, creo que Curry no la sabe. Julia rechaza los alimentos porque no los prepara ella, o mi abuelita, o mi tía Edith, que ya no está en condiciones de hacerlo. Si nuestra abuelita resuscita y le prepara su comida, en una semana Julia se repone, es la comida que más extraña… Pero si la prepara ella, que recibió la enseñanza culinaria de la fuente, y que le dio su toque personal, en menos de un mes aparece bailando el mambo. A propósito, si se la prepara mi tía Edith, apenas se reponga se compran un pasaje y se van las dos al México D. F. de los años cincuenta, a un concierto del genial Pérez Prado, el chaparrito con cara de foca. Por ahora, si de comer se trata, Julia sólo quiere cebiche de lenguado o de corvina. Quiere cuy frito, pero sólo la patita. Y lo más increíble es que sólo quiere alitas de pollo crocantes, pero no cualquiera, tienen que ser adquiridas en KFC. Aparte de esto, como ya dije, Julia es omnisciente. Por momentos, Julia es prácticamente omnipresente. Julia es la verdad absoluta, por eso es tan terca. Julia no es omnipotente, pero practica la omnipotencia. Julia siempre estuvo convencida de ser santa, justa, amorosa y sabia. El único libro que leyó es la Biblia, porque la Biblia es infalible. Julia es, pues, la encarnación femenina de esa vieja entidad hebrea, el viejo colérico, vengativo y mandón, YHWH, el tetragrama hebreo del Antiguo Testamento. He tenido que venir al Reino para darme cuenta de esto. Algo triste también me doy cuenta que de esos terribles genes estoy compuesto. Por momentos, yo también tengo algunos atributos del dios hebreo, por eso no le hago caso a nadie. Soy el que soy, dizque. Soy el que sabe, dizque… ¡Y además soy un artista creador, dizque! Pero felizmente no soy sádico ni castigador… Ah, querida Julia, ¿por qué no lograste la omnipotencia? ¡Ya estuviera yo redactando el discurso de agradecimiento por la atribución del puto Nobel!
Durante el óptimo almuerzo preparado por la señora que trabaja en la casa –escabeche de llopo, lecho de lechuga, rodajas de huevo duro y aceitunas–, observo a los hijos de Curry y me alegro, son las nuevas generaciones, pronto crecerán y tendrán sus propios hijos, que también crecerán y tendrán sus propios hijos, y así sucesivamente, así como las generaciones de árboles, así las generaciones de humanos, el río de la vida, el agua que pasa parece la misma pero no lo es, avive el seso y despierte… Manuel, Curry y el suscrito pertenecemos a las generaciones intermedias, Julia y Edith a las generaciones precedentes, es verdad que estamos fabricados con el mismo material que los sueños… Esto de comparar las generaciones de las hojas de los árboles con las generaciones de bípedos implumes, es de Schopenhauer, el viejo y sabio felino germánico… Hablamos y hablamos… mi sobrino Benjamin o Benja (del Antiguo Testamento) me informa que ha leído Aurora, el Nacimiento de la tragedia, la Gaya Ciencia, Ecce Homo y Así hablaba Zaratustra… ¿Y de Schopenhauer? Aforismos sobre la sabiduría en la vida, Parerga y Paralipomena, la Metafísica del amor y de la muerte… « Hay un exquisito libro titulado Ensayo sobre las mujeres » digo « ¡Todos los libros de Schopenhauer son fundamentales! ¡Apenas regrese a Francia me leo Del mundo como voluntad y representación de cuerpo entero! » Al decir esto me doy cuenta de que hace años y años ando aplazando este formidable proyecto, ahora sí lo hago pienso, soy millonario en tiempo, y de paso releo Ecce Homo y la Gaya Ciencia… Esto digo y esto pienso y no sospecho que, de regreso a las Galias, el sabio felino germánico me está esperando junto al cerezo, en el jardín del castillo de Lambesc… « Mi mami también está un poco delicadita » dice Curry « el problema con mi tía Yuli es la alimentación, es que no quiere alimentarse, no le gusta lo que le traen, ahora mi mami ya no puede cocinar, la comida viene de afuera » « Ahora hay que ocuparse más de mi tía Edith » digo « Y también he leído libros de Vargas Vila » dice Benjamin « ¿Vargas Vila? » Curry ha leído libros de Vargas Vila, de pronto influenciado por mí o por mi papá, y Nietzsche, y Schopenhauer, por eso somos ateos, por esos somos panteístas y spinozistas, gracias al olvidado genio de José María Vargas Vila… Curry ha logrado salvar algunos especímenes de la gran biblioteca de mi querido viejo, fanático de Vargas Vila, fanático de Nietzsche, fanático de Schopenhauer, fanático de Spinoza, de modo que la historia se repite, hasta la joven y curiosa inteligencia del sobrino Benjamin (del Antiguo Testamento) ha llegado el principal legado de mi querido viejo… « Dice la señora Edith que la señorita Yuli sólo quiere comer alitas de pollo crocantes » vuelve a decir Ross medio riendo… « Mi vida hubiera sido totalmente distinta de no haber leído los libros de Vargas Vila » pienso. En la casa primigenia del jirón Guillermo Moore existía una biblioteca con cerca de dos mil volúmenes, buena parte de ellos devorados por la polillas, llamada Biblioteca privada José Carlos Mariátegui de mi querido viejo, que cuando murió legamos a la alcaldía de Nuevo Chimbote… Ya nada existe, en verdad… ¡Sólo la memoria de los grandes acontecimientos! ¡Vargas Vila! ¡Mi estuche tiene doce años cuando empiezo a leer tus libros! ¡Ibis! ¡Aura o las violetas! ¡Flor de fango! ¡Ars-Verba! ¡La conquista de Bizancio! ¡Los divinos y los humanos! ¡Huerto agnóstico! « Lo siento, Julia, la cagué por borrachín, de verdad lo siento… Yo salí de esta casa para ser Premio Nobel, lo siento, mi querido viejo, lo siento, tía Edith, lo siento, tía Irma, lo siento, padrino Horacio… ¡Gracias por la confianza de todas maneras! ¡Ahora vuelvo aquí como el perro arrepentido! ¡Con el hocico partido y el rabo entre las piernas! ¡Al menos realicé mi sueño de ser poeta! »… Ross muy animada y con ganas de fiesta propone una actividad nocturna, ya reservé una mesa en el Ruta 99, se presenta Rudy Palomino, dice, es una gran cantante que canta lo tradicional a ritmo de rock. Y yo sigo sumergido en la piscina de mis recuerdos, nado, buceo, toco suelo, tomo impulso, luego emerjo… Lo más increíble, pienso, es que Julia, el ser antípoda por excelencia, esté tan intrínsecamente ligada a mí, por el amor que me dio, por la confianza que tenía en mí… En la superficie de la piscina o del mar de los recuerdos, los seres actuales conversan y almuerzan… En esta vida pasajera hay que tocar fondo, todos tocamos fondo en verdad, después hay que levantarse, no hemos muerto, seguimos nadando en el agua original, en el agua indescriptible, dulce, tibia, fría, glacial, espesa, de záfiro y de moco, en ese caldo químico del gran mar de los inicios cuando éramos bacterias… Microscópicos organismos unicelulares… Luego bacterias de dos sexos, se rompe el microorganismo de los grandes orígenes, salen dos, el macho y la hembra, bacterias vanidosas como dice el poeta… Mientras tanto, creemos que no hemos muerto, eso creemos repletos de vanidad… ¡No hemos muerto! ¡En realidad morimos cada segundo que pasa! ¡Y qué! ¿Te das cuenta, querida Julia? En estas profundidades, el anfibio recuerda y recuerda… Acostado en el cuarto que compartía con mi madre putativa, mi yo aquel leía y leía tremendos libros tan o más gordos que la biblia… « Tú vas a ser abogado, y un gran abogado, como tu papá, papachito » dice Julia « ¡Yo seré un poeta, Julia! ¡Yo seré un escritor! ¡Y no cualquiera! ¡Yo seré un Premio Nobel! ¡Desde ya te lo garantizo! » « Estoy segura de que Rudy Palomino les va a gustar » dice Ross « Me da un tremendo gustazo verte, Curry » dice Curry « ¡Yo también estoy muy contento, Curry… ¡Muchas gracias por todo!... Qué increíble… ¿Te acuerdas? ¡Esta parte antes era el patio! ¡Ahora una parte de tu patio es el cuarto del fondo, donde venía nuestra bisabuelita mamá Julia! ¡Y la otra parte es el jardín donde estaba el corral con el gallito chileno! » « Ya empecé mis estudios en la universidad de Trujillo, lo que verdaderamente me interesa como especialidad es la psiquiatría » dice Benja (del Antiguo Testamento, el treceavo y último hijo del tío Jacob y de la tía Raquel) « Mañana viene el padre Bueno para que conversen » dice Julia escandalizada por el súbito brote de ateísmo, bueno, del ateísmo de mi estuche de doce años « Y mañana viene el padre Bertino Otárola » Y mi yo aquel, todo vanidoso, ensoberbecido por Vargas Vila… ¿Curas oscurantistas contra un futuro Premio Nobel? ¡Cada pueblo originario con su cultura y con sus dioses, padre Bueno! ¡La cultura milenaria de la India tiene más de mil dioses en el panteón hinduísta, padre Otárola, ¡Y cero dioses en el panteón budista! ¿Qué? ¿Que el dios es uno? ¿Y hebreo? ¿Y los dioses lituanos? ¿Y los dioses africanos? ¿Y los dioses incaicos? ¿Y los dioses aztecas? ¿Y los dioses de los indios de Norteamérica? ¿Y los dioses celtas? ¿Y los dioses escandinavos? ¿Y los dioses germánicos? ¿Y los dioses asiáticos ? ¿Y los dioses griegos sobre todo? ¡Masacre de dioses es el fundamento del cristianismo, padre Otárola! ¡Masacre simplemente! ¡A los únicos que no pudieron masacrar es a los dioses griegos! Si usted acepta que el Cristo es el último dios griego, estoy de acuerdo, padre Otárola… Pero si usted me dice que el dios hebreo del Antiguo Testamento es el único verdadero, con todo respeto, usted está muy (cojudo) equivocado, padre Bueno… « Tú antes no eras así, no sé qué te ha pasado, papacito » dice Julia consternada… Esto que aquí refiero exagerando un poquito, pasó en el paleolítico de esta casa… Antes del duchazo, antes de cambiarnos de ropa y perfumarnos para ir a la discoteca donde Ross ha dado cita a un par de amigas, Julia dice « Tú también serás un Premio Nobel si tienes fe, papachito, pídeselo a Dios » « Según el maestro Eckart, el dios no es una vaca lechera, de modo que no hay que pedirle nada, igual gracias por el consejo, Julia » respondo desde la era cibernética.
He leído con aplicación y esmero, a varios Premios Nobel, aquí adonde ahora me encuentro después de mil plagas y de mil éxodos, después de haber toreado al amor, después de haber toreado a la locura, después de haber toreado a la muerte, en nuestra segunda casa primigenia, de modo que puedes creerme, futuro candidato nacional. Si uno quiere alzar la Copa Nobel, para empezar, hay que ser futbolista. Esta receta que te doy, futuro candidato, es para los poetas como tú, de tu estirpe o de tu calaña, de tus zonas intermedias, de tu mediocridad o de tu genio… Eso sí, te advierto que puedes dejar el pellejo y la razón en el intento… En primer lugar, la suprema confianza… Ahora, en este instante de escritura, sigo en nuestra casa fundacional de la urbanización Buenos Aires… Recién, con suave y resignada tristeza, me doy cuenta y lo acepto, yo salí de aquí para ser conocido hasta por los lectores extraterrestres y al final no pasó naranjas, puta madre, el puto Nobel para mí no será, lo siento, Julia, lo siento… ¡Eso me pasa por copión! ¡Knut Hamsun, Faulkner, Heminway y otros fueron tremendos borrachos! De modo que jamás te compares, fututo candidato, la no comparación es la clave del éxito… « Yo también voy a leer El mundo como voluntad y representación, tío » dice Benja… Lo más increíble, futuro candidato, es que esto que cuento pasaba antes de comenzar a escribir, de modo que vendí la piel del oso antes de haberlo matado, como dicen los franceses… ¡Peor! ¡Antes de haber visto al oso! ¡Antes de haberle apuntado! ¡O sea antes de tener una escopeta de calibre mata osos! ¡La escopeta de balines que me prestaba Manuel sólo servía para matar pajaritos y lagartijas! Empieza por no leer a José Echegaray, futuro candidato nacional, yo lo leí por las huevas… ¡José Echegaray! ¡Los tíos del Nobel sí que se pasan! ¡Aunque tiene apellido de mediocampista vasco, el tío Echegaray nunca fue futbolista! « Ya llegó el taxi » dice Ross… Y vamos al encuentro de la cantante Rudy Palomino en la discoteca Ruta 99 de la urbanización Buenos Aires.
He aquí la lista imprescindible donde se incluyen nobeles y no nobeles.
Bjørnsterne Bjørnson, el noruego maravilloso, la sublime frescur a de su novela Un muchacho de buen temple.
Henryk Sienkiewicz, el polaco maravilloso autor de Quo Vadis, ningún postulante occidental que no haya leído esta obra, podrá alzar la Copa Nobel… Y ya que de autores polacos hablamos, el futuro candidato nacional deberá leer a Wittold Gombrowicz, a Bruno Schulz… También puedes leer, pero sólo para ganarte con el pase, a Stanislaw Ignacy Witkiewicz, también conocido como Witkacy… No he leído a Wladyslaw Reymont ni a Wislawa Szymborska, léelos tú como garantía de éxito… también leerás a Isaac Bashevis Singer y a Czeslaw Milosz, consulta con Wikipedia y verás que no miento.
Rabindranath Tagore es totalmente imprescindible para tus aspiraciones. Es más. Si un aplicado postulante como tú, futuro candidato del Reino, se concentra sólo en la obra de este indio o hindú maravilloso, seguro que tus posibilidades aumentan.
William Butler Yeats. Ojo aquí, futuro candidato. Si uno habla de Irlanda en el tema que nos concierne, son palabras mayores…
Cost a cold eye
On life, on death
Horseman, pass by!
Ireland forever! Increíblemente, Irlanda sólo tuvo tres Nobel Prize, en verdad pienso que todo es una cuestión de amarre, como todo premio por lo demás, claro que el amarre no merma la calidad, pero hay amarre, ideológico político y hasta religioso allá en Suecia… Cada país es tierra de inmensos talentos, cada país o mejor dicho cada cultura tiene todo lo que pide el pueblo en materia de arte, recuérdalo, y aunque esto no importa ten presente el detalle… Ahora gánate si no lo hiciste ya… ¡Irlanda! ¡Irlanda forever!... Jonathan Swift, Oscar Wilde, James Joyce, Samuel Beckett, George Bernard Shaw… De este autor me permito recomendarte tres obras, Hombre y Super hombre, Pigmalión y Santa Juana (de Arco), estas dos últimas leídas aquí, en esta casa… Ojo aquí. Como ya dije, jamás te compares con nadie, y mucho menos con estos genios. Si excluyes cualquier forma de comparación, tus posibilidades aumentan. A mi entender, necesitas leer con aplicación y lupa a estos autores espléndidos.
Thoma Mann. Léete por lo menos tres libros-ladrillos del germánico maravilloso, La Montaña Mágica, José y sus hermanos, Doctor Faustus… Si te concentras en esta última obra y la estudias al revés y al derecho, seguro que te ganas la Copa Nobel.
A estas alturas del partido, ya sabes el francés, el inglés, el alemán y el italiano como mínimo, por eso lees a Luigi Prandello, a Salvatore Quasimodo, a Cesare Pavese, los italianos maravillosos, lee también a Carlo Emilo Gadda, yo no lo he leído pero tengo muy buenas mentas… Leerás también a Italo Svevo, a Alberto Moravia, y sobre todo a Eugenio Montale, de refilón vuelves a Dante, a Petrarca, a Bocaccio, luego saltas a Tomasi de Lampedusa, a Umberto Ecco… Seis Nobel Prize tiene Italia, si tienes tiempo, léelos dictionario en mano… ¡Y no te olvides de Pier Paolo Passolini! Aprende italiano por siaca, futuro candidato nacional, pero un italiano vero que te permita leer a estos maestros.
¡Hermann Hesse! ¡La maravilla interminable de Germán el germánico! ¡Sidarta! ¡Narciso y Goldmundo! ¡Peter Camenzid! ¡Bajo la rueda! ¡Knulp! ¡Demian! ¡El lobo estepario! ¡El viaje a Oriente! ¡El juego de los abalorios! ¡El último verano de Klingsor! ¡El poeta chino! ¡El arte del ocio!... En este orden, no preguntes por qué, respeta el orden del mago y ya verás. Ojo con Demian. Aquí se desarrolla el tema de Abraxás, ese dios que concilia el bien y el mal. Si logras ganarte con el pase, tus opciones se agrandan y aumentan, futuro candidato nacional.
Thomas Stearn Eliot, también conocido –economía de la poesía– como T. S. Eliot. Yo le tengo un gran camote a Thomas Stearn, o mejor dicho a su obra. He aquí otro detalle tan importante como un secreto de Estado… Desinterésate de la política y de la religión, futuro candidato. Que nunca se te ocurra decir, como Borges, « soy conservador » siendo sudaca, por ejemplo. Cuando leí, aquí en esta casa, el famoso poema de T. S., The Waste Land en su traducción hispanish, quedé como aniquilado, una sensación de poder se metió en mi mente y en mi cuerpo, Julia llegaba en ese momento para llamar al lonche, mi púber estuche le dijo no, gracias, estoy ocupado. Deberás obviar la pululación de sectas crísticas, todas de vena protestante, si quieres alzar la Copa Nobel. T. S. Eliot es una excepción de excepciones, en el peor de los casos sigue diciendo que eres católico. No sigas el mal ejemplo de T. S. Eliot, a menos que tengas su genio. Si lo tienes, declárate ovnílogo, o ufólogo, es lo mejor por estos tiempos. He aquí el detalle. Si analizas todo en su relatividad, necesariamente te das cuenta. Entonces te quedas callado, chitón boca, porque cojudo ya eres. Sólo entonces te ganas con el pase. Ahora, bruscamente sabio, sólo miras y observas. Si quieres progresar, nunca más juzgarás a nadie, como se dice en los traficados evangelios, futuro candidato, no hagas como yo, no juzgues a ningún autor y mucho menos a Thomas Stearn por haberse convertido a la iglesia anglicana, qué ridículo, pero en fin, cada loco con su tema, tal es la gran divisa de los tiempos antiguos y modernos. A T. S. Eliot sólo lo estudias, lo analizas, lo degustas, lo disfrutas, lo tragas y digieres. Lee su ópera máxima, Four Quartets.
¡William Faulkner made in Mississippi! ¡Río Grande! ¡Interminable serpiente de agua en la tierra de los otros ancestros! Para una óptima lectura de Faulkner, deberás tener en cuenta este detalle de Río Grande. Leerás a Guillermo el Halconero por iniciativa propia, no porque te lo haya dicho don Mario, no porque te lo haya dicho don Gabriel, no porque te lo haya dicho don Carlos, o don José, o don Juan Carlos, yo lo hice por este motivo, y ya ves, ¡cero Nobel! Lee mejor la obra completa de don Julio, estoy seguro de que tus posibilidades aumentan… Pero volviendo al Río Grande, ahora mejor ganas tiempo y lees a ese otro Mississipi, ahora transformado en Amazonas, Roberto Bolaño, pero sin copiarlo. Pienso que los vejetes jurados del Nobel, aunque conservaduristas, son bien pendejos… Pero no pienses, ni digas, ni escribas esto que que pienso, digo y escribo, futuro candidato nacional, sino la Copa Nobel se convertirá en paloma y volará, volará y volará, y tus vanidosas y necias manos jamás lograrán atraparla, te lo digo por experiencia.
Pär Lagerkvist, el sueco maravilloso, es otro autor totalmente imprescindible. Leerás Barrabás de este prolífico autor. Pero si vives en Suecia desde niño, y sobre todo si tu nivel del idioma sueco es óptimo, pues te lees la obra completa del viejo Pär. Al saber que has leído a Pär Lagerkvist de cuerpo entero, y de que además eres sueco-peruano, sueco de padres peruanos pero como tienes la doble nacionalidad escoges la perucha, los vejetes del jurado Nobel se ablandarán. Obviamente, tu lengua literaria es esa jugosa variedad del jugoso castellano que practicamos en Perú campeón, con su respectiva jeringa.
Ernest Hemingway. Antes de leer todas la novelas del viejo Ernest, te sugiero que leas la novela Adiós Hemingway, de Leonardo Padura, el cubano maravilloso. Pero, como ya dijimos, de preferencia nada de política, a menos que sea nacionalista, nada de religión, a menos que sea la católica. No te preguntes por qué ningún autor cubano, o mejor dicho por qué ningún genio literario made in Cuba, jamás alzó la Copa Nobel. Sólo Alejo Carpentier casi se la gana, casi la alza, pero casi no vale. Te lo voy a decir pero no se lo digas a nadie. Por la famosa política. Por ser zurda la isla, entre otras, los criterios de los vejetes suecos son demócratas, como se dice. La vieja Europa descubre por segunda vez América Latina, pero esta vez se interesa en su existencia a otro nivel, gracias a la Revolución Cubana. Ten presente esto que te digo, futuro candidato nacional, pero como te repito no se lo digas a nadie. Antes de la Revolución Cubana, América Latina no existe para Europa. Tal como va la cosa, me permito aconsejarte, pero sólo si es ineludible, que te declares demócrata y neoliberal. Ya leíste a todo Hemingway. Ya leíste a todo Padura. Espera y sé paciente nomás, la justicia tarda pero llega.
Haldor Laxness, el islandés maravilloso. Es imposible aspirar al Nobel Prize si no has leído La campana de Islandia. Aquí, ganas tiempo y reflexionas. Si no he leído La campana de Islandia, es imposible que me gane la Copa Nobel, en consecuencia renuncias. Y te dedicas a otras actividades, lucrativas de preferencia.
¡Me salté a Knut Hamsun, el otro noruego maravilloso! Knut, en estado de ebriedad como Faulkner cuando le tocó el turno, alza la Copa Nobel el año 1920 del pasado siglo. Knut ha sido docker, albañil, cargador, repartidor de mercancías, obrero agrícola, cobrador de tramway, peón, vigilante, vagabundo etc. etc. Ya viejito, se reivindica del nazismo, en realidad es una reivindicación de los dioses escandinavos, de los dioses germánicos, no lo juzgues por eso, lee El Hambre, lee Victoria. De paso, te lees de cuerpo entero la obra del maestro Henry Miller, uno de sus admiradores más dilectos. A propósito, no escribas mucho de sexo, oblitera el sexo de preferencia, sé respetable. En este mundo pasajero, la hipocresía es fundamental. Pero no lo digas, por favor. Los tíos vejetes del jurado Nobel deben ser, como tanto cura, tremendos mañosos, tremendos perversos. Que el sexo no sea algo primordial en tu obra es una garantía de éxito.
Albert Camus el futbolista, obra completa, Yasunari Kawabata, Boris Pasternak, Saint-John Perse, pero aquí paras el carro y piensas. Piensas en Aimé Césaire. Piensas en Léopold Sédar Senghor, los negros maravillosos. Piensas en el famoso soplo épico. No le dieron el premio supremo a Aimé, tampoco se lo dieron a Léopold made in Senegal. Otra vez, me parece que es un asunto de política. Saint-John Perse es tan indispensable como ellos. Como eres mosca, te preguntas, ¿dónde aprendieron este franchute diplomático y estos maravillosos negros? ¡Pues en los griegos! ¡Y en la Biblia! ¡De allí viene el soplo épico! ¡Como Faulkner! Si ya leíste a Píndaro, reléelo, por esto del aliento épico. Llegado el gran momento, al alzar la Copa Nobel, puedes mencionarme para nutrir al chancho tragaldabas de mi ego. Dices que, gracias a mí, un oscuro poeta del Reino, te ganaste con el pase, futuro candidato. Leíste a Whitman, leíste a su buen alumno Neruda, pero fue leyendo a Píndaro que te ganaste con el pase, y porque yo te pasé la bocina.
El gran día de la atribución del Super Premio, allá en Estocolmo, durante la conferencia de prensa, dirás: « He leído a Carducci, a Rudyard Kipling, a Romain Rolland, a Sigrid Undset, a Selma Lagerlöf, a Frédéric Mistral en provenzal », y todos te aplaudirán… Te parece increíble… Increíble es, pero cierto… ¿Soy Nobel Prize? ¿No estaré soñando despierto?... Como eres sudaca, te preguntan por Pablo Neruda « Es una voz muy impresionante, muy épica, muy lírica, muy todo » « ¿Y cómo hizo usted, maestro, para llegar aquí, hasta Suecia, hasta Estocolmo, hasta el Nobel Prize? » « Precisamente » dices « estoy dando la receta. En lo concerniente a Neruda, lo leí de puro mono, pero no soy malagradecido, gocé mucho leyéndolo. En esas épocas, yo creía en la poesía, en la literatura con mayúsculas. Así acondicionado, tuve que leer a Neruda, porque era lo máximo. Nada tengo contra su genio, al contrario; pero yo soy fanático de los orígenes y de las fuentes, de modo que leí a Whitman. Salté a los poetas latinos. Me di cuenta que Canto General se parece mucho a La Eneida. De alguna manera, y saltando los siglos y los acontecimientos, esta epopeya sudaca viene de lejos, es como una fotocopia modernizada de La Eneida » En la sala, revientan estruendosos aplausos de los pingüinos con corbata michi… « ¿Y doña Gabriela Mistral? » « Seguimos en la literatura, en el aliento maternal, en el elogio de la natalidad en sí misma, en el conservadurismo, en la exaltación de la sagrada concepción por encima de todo, el erotismo y el sexo sólo asoman la cabeza como la cabeza brillante del recién nacido, además esos pincelazos de paz, de sosiego, de éxtasis de la mujer con la cocina llena de humo me rompen las bolas como dicen los argentinos no, no, gracias » «¿Qué otros autores recomienda, Monsieur Nobel Prize? » « Recomiendo a Saul Bellow, el judío maravilloso, recomiendo a Isaac Bashevis Singer, el otro judío maravilloso, a Vicente Aleixandre no puedo recomendarlo porque no lo he leído, pero he tenido mentas favorables, también recomiendo leer a todos los Nobel Prize franchutes, empezando por Sully Prudhome, Anatole France, Henri Bergson, André Gide, un sólo libro, escoje el que quieras, Roger Martin du Gard, un solo libro, escoje el que quieras, de Jean-Paul Sartre sólo leerás Les Mots, de Claude Simon sólo leerás La Route de Flandres y Les Géorgiques, con eso basta y sobra, pero es mejor no leer a Jacinto Benavente, escucha mis consejos, futuro candidato del Reino, evita a los españoles, pero sobre todo a José Echegaray, tampoco pierdas tu tiempo con Juan Ramón Jiménez, en cambio sí puedes leer a Camilo José Cela, eso sí, un solo libro, La familia de Pascual Duarte, échale un ojo a Miguel Angel Asturias, y ya. Como debe ser, el futuro candidato debe leer a Joyce, a Proust, a Kafka, a Céline, a Robert Musil, a Herman Broch, a Borges, a Sábato. El futuro candidato nacional no debe perder su tiempo con autores como Patrick White el pionero australiano, con autores como P. S. Buck y, con autores como Eugene O’Neil… Lee a Czeslaw Milosz y a Elías Canetti, leélos, yo no tuve tiempo… Lee a William Golding, The Lord of the Flies con lupa… Hablo, por supuesto, de los futuros candidatos más o menos de mi edad, los más chibolos pueden alargar la lista… ¡Buena suerte, futuro candidato nacional! ¡Perú campeón! SIN VéRTEBRAS. CíRCULO D.M.
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