Declinamos las invitaciones y ofertas, incluyendo la del mozo que nos atrae hacia su restaurante Alexis Zorba, de donde, coincidentemente, surge la muy alegre y festiva melodía de la famosa película, ejecutada por un trío de musicantes ayudados por una caja mágica, en la terraza interior, aquí, en la calle Lysious… Seguimos avanzando, damos vuelta por el Agora romana, luz de la calle Pelopida, luego por la luz de la calle Epameinonta, mi oído atento reconoce voces de otros países que tocan al Mediterráneo, al Mare Nostrum, voces italianas, voces españolas, francesas, griegas… De la sombra fresca de una boutique de souvenirs surge un señor vendedor ya veterano, impregnado, como el gran Tiberio, de referencias y de cultura francesa, procede cuando nos invita a entrar a su comercio a esta original enumeración « La France! Ah! La France! Racine, Molière, Catherine Deneuve, Brigitte Bardot! » Boconcita vuelve a pensar, y me lo dice, en la careta de fauno, personaje que tanto le gustaba a su papá, según ella él tenía otro nombre para designarlo… « Le faune est l’équivalent romain du satyre grec » digo « oui mais mon père avait un autre nom pour lui! » repite y se obstina « ou alors un nom pour une autre créature mi-homme mi-animal! » ¡Qué no hay! ¡Es el sátiro! ¡O si hay no conozco! ¿Silvano? « Non » ¿Egipán? « Non » De pronto se refería a los centauros « Non » O al Minotauro « Non » O a los cinocéfalos, hombres con cabeza de perro « Non » Después tenemos a las criaturas mitad mujer, mitad animal, las harpías, las erinias o furias que enloquecieron a Orestes « Non » ¡Las sirenas! « Non » ¡Sólo nos queda la esfinge de Edipo! « Non, non, non! » medio se molesta y yo me río, dos niños en Atenas, pasamos frente a la biblioteca de Adriano, y así hablando ya llegamos, otra vez y siempre, al restaurante más grande del mundo, de los mozos y los gerentes más amables del mundo… « ¡Kalimera! » digo « ¡Kalispera! » responde la sonrisa del mozo, es que ya son las dos pasadas… Esta vez, pido vino, total estamos cansaditos y después nos vamos de siesta antes de salir de nuevo al atardecer, vino griego, pan griego, aceitunas griegas… ¡Las deliciosas aceitunas de botija tiene por patria original a Grecia!... Apunto el detalle, aquí se llaman aceitunas kalamata, pedimos también un ensaladón mixto y un kebab con láminas de cordero que nos traen acompañado de papas fritas, uf, no podemos terminar… Dibujo el nombre del restaurante más grande del Mediterráneo
ΜΠΑΪΡΑΚΤΑΡΗΣ
« Et les nymphes? » pregunta Boconcita cuando el mosaico trae la cuenta, el postre y dos copitas de licor, cortesía de la casa… Ella busca en dos clics y esto encontramos « Las ninfas personifican los diferentes elementos de la naturaleza, los bosques y los bosquecillos, las fuentes y los manantiales, los prados y los riachuelos, los ríos y el mar, elementos a los que están físicamente unidas.»
Tiempo después, el gran poeta me informa que al divino Pan, los dioses olímpicos, afectuosa, admirativa e increíblemente, lo llamaban « el perro innumerable de la Gran Diosa » es decir Cibeles. Apunto el detalle y sigo buscando y tropiezo, en la nueva biblioteca de Wikipedia-Alejandría, con esta belleza extractada de los Himnos órficos. Se trata de una invocación a las ninfas. Y dice.
« ¡Oh, ninfas! ¡Ustedes tienen sus moradas en las profundidades líquidas de la Tierra! ¡Ninfas que vuelan por los aires, divinidades de las fuentes y manantiales, ustedes que derraman el rocío, ninfas rápidas, de trazas liger as, visibles e invisibles, ustedesque habitan los valles, ustedes coronadas de flores y que andan en los bosques, en los prados y en la espesura, vírgenes perfumadas, blancas, de dulce aliento, amigas de los pastores de cabras y ovejas, ricas y abundantes en frutos, ustedes que aman la frescura, amigas de los rebaños, dispensadoras de alimento, vírgenes hamadríadas juguetonas, ustedes caminan y avanzan por los caminos líquidos de la Tierra! »
Por ahora, suave y amorosa siesta, l’Après midi d’un faune, la tarde de un fauno chimbotano en Atenas.
Al salir de las densas aguas del sueño, aún en el limbo, abro la ventana y oigo la voz de la ciudad. Mientras Boconcita se despereza, yo procedo a un minucioso lavado de medias y calzoncillos. La verdad, pronto serán las seis, hoy no iremos hasta Monastikari, la pereza es como recíproca, una chela y una Coca-Cola en el Grand Hotel de la esquina, luego un vueltón por la Plaza Omonia, nos cruzamos con una pareja de compatriotas, el pata turista viste la camiseta de Perú campeón, rápido se zambullen en el metro, no hay manera de saludarlos « Si tu veux on prend le métro nous aussi » dice ella y bajamos de dos trancazos al centro de la Tierra… ¡Sorpresa! ¡Todo en griego! ¡No hay caracteres latinos! Estos últimos nos permiten adivinar los nombres, por ejemplo Heraclión, la capital de Atenas, se escribe en griego HPAKΛΕΙΟ, y en caracteres latinos IRAKLEIO, que sí se entiende, o la chela ΑΛΦΑ, ALPHA… Sólo hay dos colores, verde y rojo, para identificar las líneas de metro, pero no hay ningún letrero indicativo, qué raro, o de pronto por el otro lado, no sabemos si es la roja o la verde… « Viens » le digo « on va faire un tour à pied par ici », y salimos a la superficie… Ahora caminamos despreocupados por Stadiou, luego por una callecita llamada Santaroza hasta la gran avenida Elephteriou Venizelou, Eleuterio el Venezolano, como el aeropuerto, que según Wikipedia es un célebre político griego, ex primer ministro de los tiempos relativamente modernos… « Si on y va tout droit on arrive au Parlement » dice Boconcita, pero yo digo no, mejor volvemos, y volvemos por Panepistimiou, yo anoto los nombres, rumbo a la Plaza Omonia… Ando distraído, tocado por la magia de la antigüedad, por mis referencias, ahora por ejemplo imaginando la isla de Santorín,ojalá que podamos ir, o la batalla de Maratón, Marathon, otra gran batalla contra el gran enemigo de la época, los persas, el gran imperio persa, « est-ce que tu connais la légende de Marathon, chérie? » Un soldado atleta recorre la distancia que separa Marathon de Atenas, 42 kilómetros, y muere de cansancio luego de anunciar la victoria de los griegos… De pronto percibo un leve, casi imperceptible movimiento detrás, rápido me doy vuelta, otro protegido de Hermes, un expertísimo robin o roberto, después me doy cuenta que logró abrir el cierre de la mochila, la parte de abajo donde guardo mi invalorable Moleskine, el pata choro conchudazo, simplemente me ignora, se hace el huevón, es la gran técnica, ni visto ni conocido, yo sin saber cómo reaccionar le muestro un cordial fálico, el choro pardo como yo medio sonríe cachasiento, y se va caminando despacio por la calle 28 Octovirou.
Esta noche, 27 de julio del año 132 de la Nueva era, víspera de la fiesta nacional allá en la patria, después de una infructuosa búsqueda de sánguches de jamón y queso, después de renunciar a una falsa pollería cerca del hotel, pedimos por intermedio del gran Tiberio de Rumania que nos trajeran dos kebabs de cordero con papas fritas, medio litrongo de tinto griego, y ya… Bonne nuit! ¡Kalinikhta, Tiberio!
HAZAÑAS Y FECHORIAS DE HERMES
Hermes, cuyo nombre no tiene etimología, puede tratarse de una divinidad pre helénica, o extranjera, como Cibeles, que era frigia. Es un dios lunar o asociado a Selene, la diosa de la luna. Hijo del ardiente Zeus y de la pléyade Maya, Hermes hereda el divino ardor y es nieto del titán Atlas. Es el inventor de la flauta de Pan y de la lira. Apenas recién nacido, comete su primera fechoría… Le roba cincuenta bueyes a su hermano Apolo, o sea la mitad de una hecatombe, palabra griega que significa el sacrificio religioso de cien bueyes. « Ser ratero es el mejor oficio del mundo » le dice a su madre luego del robo. Y como es apenas un bebé, al ser descubierto esto alega el divino pícaro, « soy un inocente recién nacido », dice. Pero Apolo, que no en vano es el inventor del oráculo, sabe todo. Divertido y admirativo por la precocidad y astucia de su hijito, Zeus ordena la reconciliación. Trato hecho. El pequeño Hermes revela donce están escondidos los bueyes. El pequeño Hermes ha fabricado la primera lira con una caparazón de tortuga, juncos irrompibles y tripas de oveja… Se la regala a Apolo, no hay problema, hermanito, dice éste, ten, te regalo esta varita de oro para que te diviertas.
Ahora vemos a Hermes adolescente. Los dioses descubren in fraganti al Ares y a la Afrodita, amantes, prisioneros en una red de hilos metálicos, sutil fabricación del ofendido esposo, el cojo Hefaistos. Hermes exclama ¡Quién fuera el suertudo de Ares! ¡Que no daría yo por estar en brazos de Afrodita!
En cuanto a su ilustre descendencia, Hermes es el padre de Pan y de los sátiros (de tal palo, tal astilla, como se dice). Como ya dijimos en anterior acápite mitológico, Dionysos Pater Liber coengendra a Príapo con Afrodita, aunque algunos dicen que fue Hermes con una ninfa. Además, hay representaciones en cerámica, grabados y estatuas lamentablemente desaparecidos, que representan al ardiente Hermes itifálico. El sagaz dios también es el padre de Autolicos, otro ratero célebre imposible de atrapar, abuelo materno de Ulises. Hermes es, pues, damas y caballeros ¡el bisabuelo de Ulises!
Hay variadas versiones sobre el nacimiento de Afrodita. En una de ellas, la diosa surge de las aguas al caer al mar, ¡plaf!, el sexo y los testículos de papá Urano, seccionados por mano del hijo, Cronos. En este trabajo, consideramos que Afrodita es hija de Zeus y la ninfa Dioné, como en La Ilíada, en consecuencia, hermana de Hermes. De sus amores nace Hermafrodita. Heredero de la belleza y encantos de sus progenitores, es confiado por estos a las ninfas del Monte Ida. Llegado a la adolescencia, se va de viaje. Se detiene al borde de un lago. La náyade Salmacis se enamora perdidamente del bello adolescente, que la rechaza, pero la divinidad de agua dulce lo sorprende bañándose otra vez en el mismo lago, se arroja sobre él, lo abraza con todas su fuerzas y le pide a los dioses que la unan a él. Resulta un ser de doble sexo que, en el futuro, por así decirlo, estará siempre presente en el cortejo de su tío Dionysos Pater Liber, desnudo o semidesnuda. SIN VéRTEBRAS. CíRCULO D.M.
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