II.
Por Miguel Rodríguez.
Marsella es una ciudad puerto muy antigua, muy cargada de historia, por aquí pasó Aníbal con sus elefantes rumbo a Roma cuando las guerras púnicas, por aquí pasó Julio César y sus ejércitos, la guerra de las Galias, por aquí pasaron todas las hordas de bárbaros atilas, los godos, los vándalos, los visigodos, los francos, los suevos, los alanios, los burgondos, los ostrogodos… Aquí llegaron los prófugos de la guerra de Roma contra Judea, entre ellos una tal María Magdalena cuyo cráneo azul todavía se exhibe, para los curiosos necrófilos, en la basílica Sainte-Marie-Madeleine de Saint-Maximin-la-Sainte Baume, la tercera tumba más importante de la cristiandad, no lejos de la divina ciudad de Sex-en-Provence, a treinta kilómetros de Marsella, fundada por los griegos foceanos del gran imperio griego de la bella época, hace unos 2600 años más o menos, de esto tomo nota en el avión palomón de aluminio, después consultaré, para cotejar mis datos, con la infinita erudición de Wikipedia… Atenas, mucho más antigua, me atrae doblemente, voy de una antigüedad a otra, de nuevo la máquina del tiempo, de nuevo estoy en la biblioteca de Chimbote, al mismo tiempo recuerdo cierta noche, allá, en París con aguacero, es un homenaje al poeta Adolfo Emilio Westphalen, el poeta José Rosas dice algo parecido a esto, de todos los poetas griegos clásicos… ¿A cuántos recordamos todavía? (¡Y qué será de nosotros, los poetas peruchos! pienso), pero eso no tiene la menor importancia, cada quien sigue produciendo belleza a su ritmo y a su manera, al final sólo se trata de esto, le digo telepáticamente a mi gato, se trata de transmitir vida, amor, belleza, lo demás son cojudeces, el que quiera entender que entienda, esto que aquí digo es muy fácil, no es cálculo diferencial ni mecánica cuántica… Presento mi pasaporte perucho este jueves canicular, aerolíneas egeas, y sigo en la biblioteca de Chimbote, y sigo en París con aguacero, ya volamos, abajo la Costa Azul, abajo el dibujo de la bota italiana, las playas, cumulus nimbus, stratus nimbus en forma de champiñón, otra ilusión que mientras dura no lo es, sobrevolamos el cuerpo geográfico de la bella Italia, de pronto… ¡Abajo Brindisi! ¡Aquí llegó Virgilio agonizante diciendo que destruyeran o quemaran los manuscritos de La Eneida!... Y en este momento me doy cuenta que sigo llegando, con esos manuscritos, una edición aligerada de La Eneida que estoy leyendo, a la casa de mi tía Juana en Zárate, allá en Lima, al mismo tiempo converso con un pata de ochenta años, antes era ingeniero pero ahora los mordiscones de Cronos lo han transformado en filósofo, sólo sé que nada sé, dice, todos los años viene a la divina Grecia, profite de ta jeunesse! me dice, Boconcita bosteza.
Llego a Atenas como Pedro por su casa, entre Marsella y esta ciudad que Zeus le regaló a su hija, la rubia surgida de su cráneo, hachazos en el cráneo del dios de dioses para liberarla, ella da tremendo grito al surgir, Atenea cuya lanza vibra, ningún control excepto el pasaporte,vuelo atrasado, super atrasado, super autopistas en Grecia de nuestros tiempos, la Grecia de la comunidad europea, poca circulación, el taxi vuela, yo me río recordando el minidrama del avión, todavía en Marsella le caigo en gracia a una madame griega o francogriega, ji ji ji ja ja ja, mi hembrita se gana con el pase… ¡Y las aeromozas griegas!... Mis ojitos discretos exploran los contornos, las proeminencias, los rostros, me sonríe una de ellas, ji ji ji ja ja ja, gruñe mi fiera, me hago el cojudo pero mi vanidosa máscara o persona se ríe por dentro, gordito, lunarejo y pelicenizo sigo teniendo mi jale, persona, otra palabra griega, ¿cuántas palabras griegas utilizamos todos los días al hablar?... En fin, vanidad de vanidades, todo es vanidad, tecnología, terapia, terapeuta, oligarquía, democracia, psicología, simpático, antropología, crónica, filosofía, aracnófobo, hipopótamo, hipocampo, dictadura, sarcasmo, ideología, televisión, telepatía, dinosaurio, la lista, si hay, es interminable, cada lengua hija del latín, es decir el español, el francés, el italiano, el portugués, el rumano deben utilizar miles y miles de palabras griegas, tu te rends compte? Y también las lenguas germánicas, el alemán, el holandés, el inglés… « Quoi ? L’anglais est une langue germanique ? » « Mais bien sûr, chérie »… Ya no miro más, me hago el cojudo, si no, Boconcita me capa… ¿De cuántos poetas griegos clásicos nos acordamos todavía?... Sigue preguntando José allá, en París con aguacero, bueno, en lo concerniente a mi persona o máscara, me acuerdo de varios, Homero, Arquíloco, Safo, Hesíodo, Anacreonte, Píndaro, Sófocles, Aristófanes, Esquilo, Teognis de Megara, Eurípides… ¡Pero eso no importa! ¡Sólo importa la transmisión! Por ejemplo, Píndaro describe un banquete que Dionisos preside, allí está Pan, el mejor bailarín de todos los dioses, así es, los dioses ríen y bailan, aman y beben, Pan destila su canto, los corazones se agrandan bajo la tutela de la viña, es una celebración digna de Anacreonte, esto escribe Píndaro, yo me gano con el pase gracias al gran poeta, puede que Rimbaud no haya leído este pasaje, puede que sí, pero Une saison en enfer así empieza… « Jadis, si je me souviens bien, ma vie était un festin où s’ouvraient tous les cœurs, où tous les vins coulaient »… ¿Coincidencia? ¿Casualidad? Sinceramente, no creo, eso es pura transmisión, chérie… Una temporada en el infierno… « Antaño, si mal no recuerdo, mi vida era un festín donde corrían todos los vinos, donde se abrían todos los corazones »… En la Ilíada, para seguir ganándonos con el pase, el divino Aquiles es descrito como un joven corredor de pies incansables… Siglos después, siempre en Francia, Verlaine dirá que Rimbaud era « un jeune homme aux semelles de vent », un joven con suelas de viento, el que quiera entender, que entienda y no siga jodiendo.
¿Estoy en Atenas?... Cada vez que recuerdo esa primera noche, pienso muy cariñosamente en el gran Tiberio, hablamos de esto y de lo otro, sabe algo de francés, su ídolo del cine es Louis de Funes, yo también digo, pero también soy admirador de Coluche, artista capaz de ser trágico y cómico, el gran Tiberio de Rumania no conoce a Coluche, la tragedia, la comedia, estamos hablando en griego, yo trabajo aquí, en el hotel Vienna, hace más de veinte años dice Tiberio, yo de nuevo pienso en mi gran pereza, ¿por qué no estudié griego en la universidad de Provenza, allá, en Sex-en-Provence?... Los perezozos e indecisos estudiábamos letras modernas, cinco horas diarias de estudio, los disciplinados y determinados estudiaban letras clásicas, latín y griego, seis o siete horas de estudio cotidiano, y el viejo Cronos sigue mordiendo, gracias, Tiberio, la primera chela griega es una Alpha Greek Beer, alfa, beta, gama, delta, pi, epsilón, pienso feliz, estoy hablando en griego, taxi en el aeropuerto, todavía algo de mí está en el aeropuerto Elephterios Venizelos, Eleuterio el Venezolano, vuelo super atrasado, se supone que alguien del hotel Vienna nos espera, pero no, nadie viene, qué gusto, Ulises, pienso, hay muchos letreros, muchos hoteles, muchas agencias, me paseo una, dos veces, verifico letrero tras letrero, Boconcita contariada me espera en la farmacia del aeropuerto, no te muevas de aquí digo, taxi… ¡Atenas casi desierta en la noche!... Todavía en el taxi me acuerdo de una conversación con el poeta Jorge Ita Gómez en Aix, poeta en la canícula, poeta con los pies ampollados, me cuenta su bella estadía en Chile, en isla Negra, en la casa de Neruda, para mí es evidente que el exquisito gordo estudió a los griegos clásicos con lupa y microscopio, al Arquíloco por la lírica, al Homero por la épica, y a Píndaro evidentemente, al viejo Anacreonte de paso, no creo que sea el caso del doloroso Vallejo, me parece más cercano a la biblia, al antiguo testamento, y también al nuevo… ¡Es un Job! ¡Es un Cristo! Neruda griego, Vallejo judeo, en fin… Et qui c’est ce poète qui te plaît tellement?... Ya estamos en el cuarto, ya nos despedimos de Tiberio, le pregunto si lo que digo le interesa de verdad, bien sûr que ça m’intéresse dice ella, y yo recito como cuando era niño, ¿será que me he convertido en niño de nuevo ahora, aquí en Grecia?... El poeta Píndaro nació en un barrio medio maleado llamado Cabeza de Perro, Cynocéfalos, cerca de Tebas, el año 518 antes de la era nueva, era un aristócrata (palabra griega) que miraba con mal ojo a la democracia, otra palabra griega, murió feliz durante un banquete en la ciudad llamada Argos, como el perro de Ulises, en el Peloponeso, ah, ¡Píndaro! Según él, las musas tienen trenzas violetas, según él Afrodita tiene pupilas brillantísimas, la humanidad es una vanidosa nada, y el cielo de latón, residencia de los dioses, parece inmóvil pero no lo es, y nuestros acuerdos o relaciones con ellos son pura sublimidad del espíritu, pura sublimidad de nuestros cuerpos, gracias a los dioses mil senderos se ofrecen, y en todos los sentidos, bonne nuit, ma chérie. SIN VéRTEBRAS. CíRCULO D.M.
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