IV.
Por Miguel Rodríguez.
Después, las aguas del inconsciente, yo insomne, ella se desliza en la perfección del sueño, suaves ronquiditos intermitentes, parecen silbidos suaves, y yo, debidamente instruído en los rudimentos de magia tecnológica, empiezo a jugar con el smartphone… Google Wikipedia… Esto me informa y yo retranscribo a mi manera… Clico en la entrada Orfeo, músico y poeta hijo de Apolo y la musa Caliope, su hermana por parte de padre, de paso, pues las nueve Musas son hijas del ardiente Zeus con la titánida Mnemosina, la Memoria… Clico en la entrada Titánidas, me levanto despacito, saco una chela Alpha del minifrigider, ella duerme muy profundamente, me siento junto a la mesita y sigo leyendo en la pantallita mágica, ¿las titánidas? ¡Las titánidas! y sigo reescribiendo en mi Moleskine esto que ahora retranscribo… Las titánidas son hijas de dos divinidades primordiales, Urano el Cielo, y Gaia la Tierra… Pero todos somos hijos del cielo estrellado y de la madre Tierra… Las titánidas son hermanas de los titanes, de los cíclopes uranianos y de unos gigantes de cien brazos y cincuenta cabezas, los Hecantókiros… El más célebre de los titanes es Cronos, que derroca a su padre Urano y se convierte en el amo del universo o, al menos, de la Vía Láctea, qué digo, el amo del sistema solar… El joven y audaz Cronos emascula a su padre, o sea lo despoja de su sexo, con una hoz, y para colmo toma por esposa a una hermana suya, ¡Glup! buen sorbo de Alpha, la titánida Rhea… De esta unión primordial nacen los dioses olímpicos, bueno, los cinco primeros, Poseidón, Hades, Demeter, Hestia, Hera… Su mamá Gaia la Tierra le advierte que será destronado por uno de sus hijos, por eso Cronos (aquí, el cuadro de Goya, Saturno devorando a sus hijos) los devora uno tras otro, enteritos, apenas nacen… A todo esto clico y clico… Para preservar al sexto infante, Zeus ni más ni menos, ¡Glup!... Rhea engaña a Cronos, le da un falso bebé envuelto en trapos, y esconde al niño Zeus en Creta, lo confía a dos ninfas llamadas Adrastea e Ida, a una cabra llamada Amaltea, y le dice a unas divinidades protectoras llamadas Kuretas que hagan mucho ruido, mucha bulla, simulacros de danzas guerreras, choques de escudos y espadas, para que el terrible padre no oiga sus berridos de recién nacido, y venga, y lo devore, ¡Glup!... Sigo clicando y apuntando la información esta primera e increíble noche en Atenas, y en nuestro cuarto con aire acondicionado, en esta agradable atmósfera, en esta frescura, estas huelen a un producto a base de alcanfor que se derramó… Boconcita duerme como una estatua bella… Clico en Pan, el dios Pan, de allí viene la palabra pánico, sus bruscas apariciones asustan a las ninfas, ahora veo a Pan con patas de macho cabrío como los sátiros, Pan con el cuerpo velludo, Pan célebre por su apetito sexual insaciable, Pan, dios de la fecundidad, músico inventor de la flauta simple y la flauta múltiple, Pan cuyo nombre significa todo, todos los dioses se alegraron cuando nació… Según otra leyenda, Ulises furioso se separa de Penélope por evidente infidelidad, él sí puede, ella no, el dios Hermes la consuela, de esta unión nace Pan… O de pronto es el hijo múltiple, el hijo de todos, pues todos los pretendientes se unieron con Penélope, esto explica la saña y la furia de Ulises y Telémaco en la espectacular masacre de éstos, ¡Glup! Otro sorbo de Alpha, vuelvo a las aguas del sueño.
¡Cómo y cuánto caminamos al día siguiente, o sea hoy! El trayecto es el mismo, por Tsaldari Peiraios hasta la Plaza Omonia, sector protegido por el dios Hermes, luego el bulevar de Athinas hasta la Plaza Monastiraki, hoy exploramos el Agora Romana, la Agora Antigua, el templo de Hefaistos, volvemos a la calle Adrianou, a la callecita Thisiou, la callecita Astigos, la callecita Agiou Filipou, de nuevo la calle Adrianou, « on dirait que les Grecs mangent pas le basilic » observa Boconcita, así es o parece ser, ya había observado el detalle, la albahaca es decorativa, hay maceteros de albahaca sobre las mesas de ciertos restaurantes, también hay casi arboles de albahaca, pequeños arboles de albahaca, su verde aroma perfora el aire, perfuma y refresca la atmósfera, también hay arbolitos de olivar casi parecidos a bonsais con olivas chiquititas, de nuevo exploramos las boutiques de souvenirs, más tarjetas postales, más llaveros, lapiceros, banderitas, de nuevo en el restaurante más grande del Mediterráneo, Pepsi-Cola, chela griega, de nuevo ensalada griega, de nuevo un ensaladón, hoy láminas de cordero yiros, generosa porción, al final nos ofrecen el postre y una copita de licor… Este momento es hercúleo para el escriba, pese al contexto y al pretexto de las vacaciones y el placer, hay cosas que tengo guardaditas que no quisiera decir pero que siento, en este momento, que debo decir, el oscuro jardín secreto, ella sabe muy bien que durante este tiempo que llevamos juntos, pronto tres años, ta’barato déme dos, este jugador ha debido, episódicamente, torear a las recurrentes y sorpresivas divinidades del abismo, torearlas para entenderlas, para entender su origen y su movimiento, por eso me confieso, por eso de nuevo le agradezco su oportuna y amorosa intervención… « Et comment tu fais pour écrire, chéri? » ¡Ah! ¡Qué pregunta! ¡La pregunta capital! ¿Que cómo he hecho, que cómo hago? « Tu peux tout me raconteur, si tu veux » « Je te suis et te serai toujours reconnaissant, mon joli museau rose » digo… ¡Pero no se lo digas a nadie!... Salto en el tiempo, salto en el espacio, volantín en el no-tiempo, volantín en el no-espacio… Estamos en el castillo de Lambesc, un día cualquiera, un día hermoso, de pronto llegan las erinias, las furias, las gorgonas, las sirenas, las divinidades del abismo, el día sigue siendo hermoso, pero ahora hermoso para morir, el dios Pan, las insoportables ráfagas de pánico, mazazos de lo indescriptible, vivo en un castillo, tengo un gran jardín, soy amigo del bosque, tengo una hembrita francesa que quiero y me quiere, una familia francesa que quiero y me quiere, tengo un gato que quiero y no me quiere sino cuando quiere, pero que me ha enseñado su arte, ¡y hoy de nuevo sudo y tiemblo! ¡Las divinidades del abismo me susurran, me seducen, hay algunas que cantan!... Aunque no te hayas dado cuenta, en esos momentos yo no era yo, yo estaba muerto, muerto de verdad, en vida muerto, por eso me di cuenta… Pero ¡Shhh! ¡No se lo digas a nadie!... La vida sólo es bella porque existe la muerte, como dice el poeta… ¡Shhh!... Estamos en el castillo y en los bosques de Lambesc… Me acuerdo… Una vez un amigo poeta me preguntó, y si estabas realmente tan jodido como dices, aletargado, aniquilado, exangüe, descompuesto, suicidario, insomne o durmiendo hasta quince horas diarias, sin fuerzas, sin ganas de nada que no fuera la muerte, amiba total, protozoario fulminado, ¿cómo hacías para escribir?... ¡Es la misma pregunta que tú me haces!... Doy vueltas y vueltas pensativas en el castillo de Lambesc, bueno, el muerto en vida, el vivo muerto da vueltas y vueltas, hoy me concentro al máximo en cada acto cotidiano, cada cosa que hago, digo o pienso es buen motivo para una observación microscópica, todo esto me distrae pero sigo muy atento, es un ejercicio, se evaporan los emisarios de Tanatos… En este momento, por ejemplo, estoy concentradísimo en la preparación de los alimentos, je pense à toi mon joli museau rose, este día es un diamante del cosmos pero yo tiemblo y tiemblo, no tengo hambre pero como, no tengo ganas de nada, no tengo ganas ni fuerzas para escribir pero escribo de todas maneras, sólo tengo ganas de morir para siempre, la muerte no es ningún problema… Entra mi gato maullando como un niño malcriado, como un niño caprichoso, como un niño tiránico, exigiendo sus croquetas, exigiendo su gelatina de carnes diversas, carne de pollo, carne de conejo, carne de res, que el rey no come, al rey sólo le gusta la gelatina, el jugo semisolidificado, en él me reconozco de niño, esa es la lección de mi gato el día de hoy, uf, administro el ajo, administro la cebolla, administro los tomates, administro la carne molida, el sol de Lambesc enceguece, las tórtolas, los conejos, los faisanes y los jabalíes me esperan en el bosque, y los cedros, y los pinos, y los almendros, yo sigo sudando la inexplicable gota gorda de las divinidades del abismo, quiero una sopa a la minuta, necesito una sopa a la minuta sino muero de nuevo, necesito una sopa a la minuta como la que preparaba mi abuelita, como la que preparaba Julia, como la que preparaba mi tía Edith, como la que preparaba mi tía Irma, como la que preparaba mi mamá… ¡Una sopa a la minuta, gran Zeus!... Necesito una sopa a la minuta como si fuera de noche y como si fuera invierno, para exorcisar a la noche, para exorcizar al invierno, pero no, ya para qué, estamos en las puertas del dios verano, uf, otro día de vida, otro día de muerte, esta sopita con ajicito tailandés, con limoncito y culantro, le da un sonoro cachetadón al viejo Tanatos… Escribo muy rápido, escribo en los intervalos del sudor y del pánico, internet es otra opción del abismo, Pan, Tanatos, Eros, Hypnos, Morfeo, uf, hay días excelentes, hay días buenos, hay días regulares, hay días malos, hay días pésimos, y hay días peores que los más pésimos, pero yo escribo, la escritura es lo mejor que puede lograr un muerto, aunque sean cojudeces… Además escribo utilizando el brillo y el filo de los momentos formidables, entre sol y sombra, escribo muy rápido como ya te dije, trazos, pincelazos, líneas, perfiles, contornos, curvas, brochazos, las neuronas cantan y bailan, muy bien todo esto del intelecto, pero al otro lado está la muerte… ¿Caronte? ¿La Estigia? Aqui está la bella muerte, en el mismo movimiento, el río de la vida, el mar océano, la nube, el vapor, la lluvia, de nuevo el río Santa caudaloso, y sigo escribiendo… Tipo tres, ya medio chicha, llamo a Perú campeón, hablo largo y tendido con mi tía Edith en Trujillo, hablo con Kiupa Kiuper en Chimbote, ji ji ji ja ja ja, de nuevo me duermo, Hypnos, la Noche cuyo nombre griego no recuerdo, despierto tipo cinco, hilo de baba plateada en la comisura izquierda, ¿qué día es hoy? ¿En qué mes estamos? ¿En qué año? Probablemente mayo, año 131 de la nueva era, yo sigo escribiendo, por lo general estimulado por el dios, es otra forma de terapia, ah, los famosos Terapeutas, es otra manera de torear a la muerte, miro y admiro la mesa circular de hierro y las sillas de hierro del jardín, miro y admiro la gran mesa de madera, las sillas de madera y los tronos de plástico del jardín, de las parrilladas, del verano, de la risa, de los árboles frutales, las hierbas mágicas, el laurel, el romero, el tomillo, la salvia, los juncos del Nilo, el manzano solitario, allá, por aquí el cerezo, a la derecha el níspero, la grama salvaje, la pared o muro vegetal que nos separa de los vecinos, o sea de la humanidad, vuelvo a mirar el cerezo, el cielo ahora cubierto por edredones oscuros, es un gran momento, cuando despierto así, zombi, desaparece el señor espacio, desaparece el señor tiempo, de pronto un violento chaparrón, y de pronto…¡Zeus! El rayo cae cerquita del castillo de Lambesc, entre el castillo de Madame Vigier y el nuestro, el eléctrico impacto todo destroza, todo quema, todo calcina, internet, la tele, el teléfono, de nuevo escribo, así, entre respiración y respiración, entre fulgurantes intervalos, y después, en otro momento favorable, redacto la electricidad, pero despacio… Y cuando llega Boconcita del trabajo, sin la menor sospecha de nada, le pregunta al muerto vivo, al vivo muerto… « Et cet été, ça te dit la Grèce, chéri ? » SIN VéRTEBRAS. CíRCULO D.M.
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