20180422

Ríoseco, un tesoro escondido







La encomienda llegó si retraso. Un nuevo libro del escritor franco peruano Miguel Rodríguez Liñán, Ríoseco, publicado por el Fondo Editorial de Nuevo Chimbote, y de taquito nos enteramos que es un distrito ecológico. Además del auspicio de Centre Nacional du Livre de Paris sin aguacero, porque el autor está ¨vivito y coleando¨, tomando tinto en cantidades industriales, mariscos sureños y buscando siempre inspiración en su nuevo entorno y en la redes de su impresionante memoria, paseando por las pampas peladas hirvientes, cazando lagartijas y escorpiones, para después decapitarlos, con cariño. Pero hay más para contar del libro....ab imo pectore, Rómulo Meléndez.




Por Jorge Nájar. Playa Fanals, marzo, 2018.


Si para José María Arguedas el Chimbote de El zorro de arriba y el zorro de abajo fue el infierno, para Miguel Rodríguez Liñán es el paraíso, el paraíso perdido de la infancia, de los momentos felices idealizados en la escritura.Rioseco (Fondo editorial de Nuevo Chimbote, 2017) es en realidad el tercer volumen de un conjunto llamado “Trilogía del puerto”, cuya primera parteLeyenda del Padre también apareció en Chimbote en el año 2001, e incluso existe una edición en francés; la segunda parte es Cartografía de Ítaca, hasta donde sé todavía inédita. En Rioseco estamos en un mundo lleno de seres anómalos y felices en el Chimbote de su memoria. Y ahí, en ese ombligo del mundo, el agitarse de un núcleo de bichos raros. Alcohólicos irredimibles, y aun así felices. Grandes amantes de la culinaria y bebedores de la chicha milenaria. Mujeres plenas de una sabiduría infinita. Niños erotizados y como escapados de alguna tira cómica. El saqueo de huacas y, al mismo tiempo, convertidas en espacios sagrados de la infancia, casi adolescencia. Bandas de perros de todas las características. Perros que luchan contra el infortunio. Perros convertidos en los reyes de casa. Perros. Perros. Y entre ellos el formidable Pirincho. El más feo y asqueroso de los perros. Ese perro astroso es el interlocutor de este narrador salido de ese paraíso para hundirse en la depresión de un París con o sin aguacero. Desde el fondo de esa situación le cuenta a su interlocutor como fue el paraíso. Estamos en la primera parte de esta novela: La urbanización de Buenos Aires. No sé si en la realidad tal urbanización existe. Lo que sí existe en esta ficción es el gozo de la vida en los arenales aledaños. El goce de ser el niño engreído de la familia. Rarezas y anomalías llena de bromas. Y la voz de este narrador que con sus chistes ventila olores, gases y medicinas de una sociedad enferma. Aunque a menudo las historias de familia se escriben con la intención de saldar cuentas, Miguel Rodríguez Liñán se enfrenta a los dominios domésticos sin ánimo de venganza. Busca una luz para escapar del hondón en el que está sumido en una buhardilla de París.


En la segunda parte hay un cambio radical. El interlocutor pasa a ser Dios. Y para ese Dios, el narrador evoca el esplendor de la hacienda Rioseco. Nunca he leído con tanto gozo las historias de las desaparecidas y satanizadas haciendas azucareras, las pesadillas de nuestra historia (la expansión del capitalismo británico, la invasión durante la guerra con Chile, la cooperativización durante la reforma agraria de los militares, sinamos), pesadillas que, de pronto, quedan desactivadas con dos bromas, una buena reunión familiar entre los escombros, una discusión sobre Propercio y otros poetas latinos, una caricia furtiva.


No sé cómo harán para conseguirla los interesados en conocer esta novela llena de humor, llena de gracia y de intensidad lírica, que funciona como un ventilador, como un tubo de escape con una prosa fuera de serie. El ejemplar que me llegó no tiene código de barras y así ninguna librería aceptará colocarla en sus estanterías. Como las autoridades municipales de Nuevo Chimbote no son nada tontas se me ocurre que han escogido deliberadamente esta opción para conservar esta joya solo entre ellos como un tesoro. Un tesoro que no quieren compartir con nadie. Como los propietarios de viejas y cuantiosas fortunas, se la quieren guardar solo para ellos. Lógicamente no se me ocurre ninguna otra explicación. Pero para mis gustos Rioseco es de lectura indispensable, corregidos los defectos de esta primera edición, no sólo para el lector de Chimbote. Todos los lectores tienen el derecho a gozar con sus ocurrencias. Tiene la suficiente fuerza para retratar a una sociedad anómala, para describir a una familia de anómalos como ese abogado siempre poseedor de algún secreto sobre procesos legales entrabados, para presentarnos a esa abuela, la Temible, siempre hablando fuerte y con un chicote en la mano, siempre cocinando las fórmulas más deliciosas de la cocina norteña. Pirincho y el Dios de la infancia: sus interlocutores. La idea de paraíso perdido, exento del menor asomo de culpabilidad, es la idea central de esta novela. En una especie de cristología personal, Pirincho sería el inocente por excelencia.LIBRORUM NOVO. CíRCULO D.M.





Bonus Track...una entrevista al creador Miguel Rodríguez Liñán, año 2014, hablando de un poemario. En todo caso la plática se hizo amena. Lo garantizaba el cerro de ´chelas´, que sirve como fondo para la entrevista. Amanecerá y veremos, Salúd.