Todos los días son perfectos, en la gracia, en la desgracia, en las zonas intermedias, son elementos únicos en el teorema de la luz, en el logaritmo de la luz, cargados de algo muy especial por ser irrepetibles, optimistamente pienso… El día de hoy, tres de agosto del año 132 de la nueva era, por ejemplo, pues hoy subimos hacia la tumba del poeta Nikos Kazantzakis, nacido en la isla del Minotauro, ¡la divina Creta! No conozco el ceremonial griego cuando entierran a sus muertos, tampoco sé si hay cementerios, palabra griega que quiere decir lugar para dormir, o sea dormitorio, hasta hoy no he visto ninguno, aunque supongo que no tienen esa fea costumbre de meterlos en nichos, altas paredes, nichos superpuestos… 35 grados centígrados en el cielo de Icaro, el inmenso día de hoy… Nikos Kazantzakis es autor de Alexis Zorba, opus también conocido como Zorba el griego, genialmente interpretada por Anthony Quinn bajo la dirección de Michael Cacoyannis, donde aparece un sexagenario exhuberante con el que ahora me identifico. Nikos nació aquí, en Heraklión, ciudad así llamada en honor al divino Hércules o Herakles. Fascinado por el protagonista neotestamentario, Nikos lo celebra en El Cristo recrucificado y, sobre todo, en La última tentación de Jesucristo, llevada al cine gracias al arte de Martin Scorcese.
Subimos, sudamos, subimos, hay veredas concéntricas, laureles, pinos, cipreses, sitios escondidos, bancos entre los árboles, uf, qué calor… En subiendo y subiendo, vemos a una rubia al pomo sentada en un banco, que de manera evidente está allí para proponer sus servicios, qué increíble, es una trabajadora peripatética que utiliza como centro de operaciones la tumba del poeta y alrededores… Subimos, sudamos, subimos… La obra titulada El Cristo recrucificado tiene, en francés, como subtítulo, La pasión griega, anoto el detalle, siempre gracias a Wikipedia… Hay otra obra titulada El pobre de Asís, consagrada al poeta que le cantaba a los divinos animales, al sol, a la luna y a las estrellas, detalle que no escapará a Dante Alighieri… Hay una obra de teatro titulada Alejandro Magno… Hay otras dos obras de teatro tituladas « Christos », hasta el día de hoy un nombre muy común en Grecia… Hay otra obra titulada Ulises… Hay otra obra titulada Herakles… Hay otra obra titulada Julián el Apóstata… Gracias al detalle, me doy cuenta que comparto el honor con el gran Nikos de tener los mismos héroes literarios de la antigüedad… Pero lo que más me interesa es su gran opus titulado La Odisea, vasto poema épico de 33 mil trescientos treinta y tres versos, ojo al detalle de los treinta y tres… ΟΔΥΣΣΕΙΑ… No se trata de una traducción ni de una adaptación de la Odisea, pero consta de veinticuatro cantos, como la del aeda ciego… La Odisea de Nikos comienza exactamente donde termina el opus homérico… Luego de consumar la gran venganza y de confirmar el gran amor, Ulises decide partir para siempre, para explorar los mares, los océanos, los ríos, los caminos y los amores del mundo… El maestro Lacarrière supone, en su análisis de la obra, que se trata de la invención de un nuevo mundo y, sobre todo, de la invención de un nuevo tipo de anthropos, mente y cuerpo, al margen del terrible monoteísmo… Intervienen un Christos no pauliano, Buda y el Quijote en la vasta operación… En tanto que loco consciente y ex loco delirante, estoy, gracias a Nikos, en mi terreno predilecto… Lacarrière dice que el poeta siempre conversaba con Homero y con Dante, también con Buda, seguramente con el Christos no pauliano, y por las tardes con Friedrich Nietzsche y hasta con Lenin, así como lo cuenta en su opus titulado Carta al Greco… Aparte de estos interludios creacionales, el gran Kazantzakis ha traducido al griego moderno la Ilíada y la Odisea, de un tal Homero… Subimos, sudamos, subimos… Gracias a Boconcita hemos venido en bus, si por mi fuera, taxi por aquí, taxi por allá, donde siempre escucho maravillado la música del idioma griego, se ha transformado porque todo es mutación y transformación, pero es, básicamente, el idioma griego que nos llega desde Homero… Subimos, sudamos, subimos, llegamos… Como no soy adepto ni propenso al culto mortuorio y cadáverico, saludo al poeta en carne y hueso, apretón de mano y abrazote bajo la luz de Creta… La tumba que lo conmemora es un simple rectángulo de piedra, ornamentada con la cruz más simple del mundo, dos ramas de árbol atadas con una soguilla central… Hay una inscripción en griego… Eso es todo… Luz solar, cielo de Dionysos Pater Liber, piedra especial confeccionada con los átomos de Demócrito, buganvilias, eucaliptos, laureles, pinos y cedros, y allá, en el horizonte del día de hoy y de nunca jamás, flamea la bandera griega… La magia y la paz que ahora siento son muy fáciles de contar. Magia. Luz. Silencio. Paz. Y ya. Arboles moreros, laureles blancos, laureles rosados, luz de Creta y de Grecia, el metal de las cigarras estalla frenético, y yo por fin entiendo, qué digo, el entendimiento y el intelecto poco importan, importa lo arriba enumerado, la magia, la luz, la paz, el silencio y un sentimiento de felicidad total, frente a la tumba de Nikos Kazantzaki, palabra de Zorba el griego, quien aparece en este momento.
Como lo propio del dios de dioses, Zeus, es la sensualidad y la superabundancia, me doy cuenta de que estamos en contacto directo el día de hoy, y él con nosotros, obviamente, somos el mismo material atómico y energético. Para empezar, los dioses nos regalan un super sándwich helénico, una Coca-Cola y una chela que Epicuro, sin la menor duda, aceptaría, y que sin la menor duda rechazaría ese terrible santón, Pablo de Tarso… A las 15 y 23 de la tarde de la era común, entramos sudorosos y salados al palacio de Knossos, siempre bajo la tutela de los cipreses, siempre bajo la tutela de los pinos, siempre bajo la tutela de los olivares, siempre bajo la tutela de los viñedos y de este Mediterráneo de Katzanzakis, fulminados por el teorema de la luz, mientras las cigarras enloquecidas enloquecen al aire y a los átomos de Demócrito… Esto pasa y yo, como buen cristiano, sigo echandole la culpa a Pablo de Tarso, a mi entender el inventor del del masoquismo, perdón, el masoquista también goza, tal como lo muestra en sus obras Leopold Von Sacher Masoch, digamos el inventor del dolorismo en el cristianismo… Yo medio le hago la cara larga a Boconcita porque no quiso entrar a un restaurante llamado El Minotauro, que anduvo por aquí, en los subsuelos del palacio de Knossos, esperando a su redentor, Teseo. Aquí está lo mejor del paraíso de la infancia, lo mejor del paraíso de la memoria, la biblioteca paterna de Chimbote, pero a ella no le interesa el Minotauro, que es barman, además, y originario de Macedonia, como Alejandro Magno… Salimos… Yo decepcionado y caprichoso como el niño que sigo siendo… Refunfuñando… « Il y a trop de touristes, chéri, je suis désolée! » dice « Mais nous aussi nous sommes des touristes! Des touristes de la vie! Des touristes de la planète Terre, merde! »
Trozos de Knossos bajo el martillo del sol, atletas sobre toros, pájaros azules, columnas, frescos, dinteles, patios, de aquí sale el genio griego, pienso, ahora bajo la sombra de una higuera, croan cuervos en el cielo de cadmio… El mundo o los mundos pre helénicos, las civilizaciones precursoras, precedentes, así como las civilizaciones pre incas en la patria, todas convergen para modelar y edificar el genio griego, la civilización heládica, la civilización cicládica, la civilización minoana aquí en Creta, la civilización miceniana, luego la época arcaica, luego el apogeo de la época clásica, el sonido y la furia de la época helenística, cuando las guerras y conquista de Alejandro Magno… ¿Cómo es posible, gran Zeus, cómo es posible Dionysos Pater Liber que haya ese conjunto maravilloso sucumbido en primera instancia al judeocristianismo inventor de fábulas inadmisibles para el más elemental de los entendimientos, luego al cristianismo paulino, tan fantasista como su progenitor, enemigo del placer y del cuerpo, enemigo del saber, enemigo de la mujer, enemigo de la filosofía, enemigo de la ciencia, cómo?... Hoy, aquí en el palacio de Knossos, de nuevo se me aparece el fantasma del terrible Pablo de Tarso, o del escritor que firma con ese nombre, no del Pablo que yo invento a mi imagen y semejanza…
¿Y qué tal, querido Demócrito, querido Sócrates, querido Epicuro, querido Diógenes, si no se trata de cristianismo sino de una terrible impostura llamada, digamos, paulismo? El Maestro es un pata chévere, es el Jesucristo Superstar de la infancia mágica, es un iluminado, un maestro de espiritualidad, pero es probable que Pablo lo haya utilizado, ma chérie. En ningún momento de la prédica consignada en la literatura neotestamentaria, el Maestro promueve o promociona el dolor o el asco del cuerpo, o el rechazo de la mujer y del placer. Pablo, en cambio, sí… Contrariamente a Pablo, el misógino por excelencia en la incesante entropía del mundo, nada más evidente. Porque, si el viejo Jechu desconoce o desprecia el amor, el sexo, el placer, es decir a la mujer, ¿cómo puede aspirar a la inteligencia de la vida, de la naturaleza, pues no hay otra? A mi entender, Pablo de Tarso, es el inventor del más terrible de los Christos, del Christos Pantocrator, que se propagará en el planeta gracias a la oportuna intervención de Constantino primero, luego Teodosio, luego Justiniano y tantos otros, obviamente en contubernio con el papado. SIN VéRTEBRAS. CíRCULO D.M.
Bonus, para leer como cangrejo, la XIX vértebra.
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