20160503

Lectura de una imagen


 Por Ronald Vega.

De todas las imágenes realizadas por Theodor de Bry (1528 – 1598), tomaremos la que con el tiempo se conoció como “El desembarco de Cristóbal Colón”, y que apareció –no sé si hasta ahora siga apareciendo- en la gran mayoría de libros de historia para graficar lo que llamamos “El descubrimiento de América”. Esa imagen recorrió sin problemas varios siglos, pero en su época pudo haber servido como una de las primeras ilustraciones de propaganda, motivando a a muchos otros aventureros y navegantes a hacerse a la mar en busca de las tierras y tesoros hallados por Colón del otro lado del océano.
Días después de haber hablado en clase sobre este dibujo, un profesor de historia, amigo mío, recibió la carta de un estudiante que, con el permiso de ambos, me permito compartir aquí un extracto:
“Lo que me lleva a escribirle es la imagen de Tehodore de Bry, mostrada durante la última sesion, y los comentarios que al respecto hizo usted. Ese mismo día, llegado a casa, descargué la imagen y hasta esta mañana en que le escribo, todos los días le he dado una mirada y cada vez con reflexiones diferentes.
Tal como la escritura del español, en la imagen los españoles avanzan de izquierda a derecha. En el orden de líneas que se ve en esas tres cuartas partes del dibujo, yo veo letras. El bastón, por ejemplo, con el cuerpo del personaje que representa a Colón, forma claramente la letra V, y con esta me vienen a la cabeza palabras como: Vencer, Valentía, Victoria. La letra está al medio de la imagen. La domina.
Del otro lado, en esa cuarta parte del dibujo que representa ese “nuevo mundo”, está el desorden. La posición de los cuerpos no es firme, es más bien temerosa, pero siempre desordenada, no hay líneas, ni letras; lo que hay es un tumulto de cuerpos asustados que acercan tesoros pero huyen del contacto.
¿El encuentro entre escritura y oralidad?
Esa imagen es una mentira destinada a convertirse en verdad.”
Hay que decir de una buena vez, que Tehodor de Bry jamás en su vida puso un pie en América, y que todos sus dibujos fueron fruto de conversaciones que tuvo con navegantes y demás personas que habían estado en el nuevo continente. Sin embargo, su “Desembarco”, se convirtió durante siglos en la imagen oficial del descubrimiento de América.
Es propaganda. Imposible una representación tal de Cirstóbal Colón, después de dos meses de navegar sin saber hacia donde iba ni lo que sucedería, incluso teniendo que sofocar dos días antes una amotinación de los tripulantes, que temerosos de perderse en medio del océano intentaron obligarlo a volver a España; después de vivir todo eso en altamar, es imposible que llegue a las costas así, tal como lo representa el buen Theodor: bien vestido y afeitado como para asistir a una fiesta en el palacio real.
Es propaganda. La dócil actitud de los nativos que se refleja en sus rostros mientras entregan tesoros en cofres y muestran joyas, anillos e incluso una especie de cornucopia; todos elementos que existían más en lo que para la época era el imaginario europeo de riqueza, que en el paradisíaco archipiélago de las Bahamas donde Colón desembarcó en su primer viaje. Ni colón, ni su tripulación sabían que llegarían a ese lugar, pero los nativos ya tenían las riquezas preparadas para entregarlas al recibirlos.
A partir de esta imagen que, como bien dice el estudiante de la carta, “es una mentira destinada a convertirse en verdad”, es posible elaborar una serie de análisis de las relaciones sociales de poder que se han dado y continúan dándose entre occidente y los paises latinoamericanos, relaciones que van desde la economía a la educación, pasando por el turismo y la política hasta llegar a la agricultura y la minería, por ejemplo.

Una imagen vale más que mil palabras, pero para el caso de “El desembarco de Cristóbal Colón” de Theodor de Bry, una imagen puede ser capaz de explicar cinco siglos y veinticuatro años. Dependiendo de la lectura que de ella se haga. SIN VéRTEBRAS. CíRCULO D.M.