20210221

DIONYSOS PATER LIBER (Treintinueveava vértebra)




XXXIX.





Lo que ahora me intriga es saber cómo se organizaron los primeros santones. Obispos por aquí, obispos por allá, obispos en Alejandría, obispos en Hierápolis, obispos en Roma. Obispo es una palabra griega, episkopos, epi (arriba) skopos (observador, como en la palabra telescopio). Un obispo episkopos es alguien que observa desde arriba, ex cathedra, desde una alta silla. Cabe preguntarse, por ejemplo en Roma, dónde operan los santones, pues el poder central sigue siendo el imperio. Veamos. Vamos a imaginar a Roma después del emperador julioclaudiano Vespasiano, que reinó del 69 al 79 después del viejo Jechu. Sigue su hijo, el emperador Tito, que reina del 79 al 81, luego Domiciano, que reina del 81 al 96. Después, la dinastía de los Antoninos: Nerva (del 96 al 98), Trajano (del 98 al 117), Adriano (del 117 al 138), Antonino (del 138 al 161), Lucio Aurelio Vero (del 161 al 169), Marco Aurelio (del 169 al 180), Cómodo (del 180 al 192), luego la dinastía de los Severos con Séptimo Severo (del 193 al 211), Caracalla, Geta, Macrino, Heliogábalo, Severo Alejandro y tantos otros, Gordino, Máximo Pupiano, Felipe el Arabe, Decio, Herenio Etrusco, Emiliano, Valeriano, Quintilio, Aureliano, Tácito, Floriano, Dioclesiano, Severo, hasta Constantino el Grande (del 306 al 337), el primer emperador converso. La historia, o mejor dicho la tradición cristiana, propone un reinado papal en Roma totalmente imposible: Pedro (del 64 al 67), Lino (del 67 al 79), Anacleto (del 79 al 92), Clemente (del 92 al 97), Evaristo (del 97 al 105), Alejandro (del 105 al 116), Sixto (del 116 al 125), Telésforo (del 125 al 138), Higinio (del 138 al 142), Pío (del 142 al 155), Aniceto (del 155 al 166), Soter (del 166 al 175), Eleuterio (del 175 al 189), Víctor Primero (del 189 al 199), Zefirino (del 199 al 217), Calixto (del 217 al 222), Urbano (del 222 al 230), y tantos otros, Ponciano, Antonio, Fabiano, Cornelio, Esteban, Sixto, Denis, Félix, Eutiquino, Marcelino, Marcelo, Eusebio, Miltíades, Silvestre. ¿Dónde se reúnen o ejercen funciones clericales estos obispos, mientras gobiernan los emperadores romanos que arriba mencionamos, tío Robert? ¿Cuándo empiezan los santones a tener poder o a ejercer funciones del cristianismo por venir? ¿En Roma durante los emperadores romanos? Imposible. Eso es literatura católica, la mejor de las literaturas después de la griega, en la tribuna de Occidente. Me resulta evidente que los santones episkopos operan, principalmente, en Asia Menor En Hierápolis,en  Esmirna, en Antioquía, en Pérgamo, en Capadocia, en Laodicea, en Cesarea… Sospecho que el principal centro de operaciones, era Alejandría… La acción de los santones en Roma puede ser considerada mítica… Las persecuciones de cristianos comienzan con Nerón (del 54 al 68), y terminan con la última y más encarnizada de todas, la persecución durante el reino de Dioclesiano (del 284 al 305)… Serán suprimidas cuando el edicto de Milán (el 313) promulgado por Constantino, que instaura la libertad de cultos… Es muy probable que los santones surjan, dotados de poder político y eclesiástico a partir de Teodosio, el necio.

      Como su padre el judaísmo y, siglos después, su hermano menor el islam, el cristianismo es un virus psíquico, sé de lo que hablo pues hablo de mí. No pretendo probar ni demostrar nada. Tampoco nada tengo contra los creyentes de cualquier pelaje, tío Robert, el dios tiene nuestra mente y nuestro cuerpo, de modo que en la época de los dinosaurios, el dios era dinosaurio… « Moi je te parle d’un truc complètement hallucinant »… Es algo que concierne a la conciencia colectiva de Occidente, a patas como tú y yo, es un nuevo estrato psíquico, bueno, nuevo de dos mil años atrás, esa nueva conciencia forjada a golpe de leyes inapelables y prohibiciones, de peso tradicional, del rechazo del cuerpo, de la flagelación moral subsiguiente, de culpabilidad, el invento básico, como si la belleza entre bellezas, como si el placer entre placeres de esta vida pasajera fuera algo malo y sucio. El rechazo del sexo, de la mujer, del placer, de la vida, del origen de todo, gracias al sexo estamos hablando. De una manera secreta e insidiosa, el cristianismo, o mejor dicho el paulismo, hasta el día de hoy, promueve y solventa la enfermedad, la tristeza y la muerte, como si estas fueran contrarias a la vida o diferentes de ella, pero no, simplemente forman parte y lo más probable es que tengan una belleza propia, que ignoramos, que no podemos ver, que somos incapaces de apreciar debido a nuestro acondicionamiento. El cristianismo es una mutación en la psiquis. Se inventa el cuerpo nuevo, el alma nueva, ambos deudores y sufrientes, « la vallée de larmes, tonton Robert »

      Desde niño, desde que fui iniciado en esto, siempre fui un gran admirador del viejo Jechu, de Jesucristo Superstar, porque estaba dentro de mí, sólo por eso. Es el Christos que nos hace gozar del milagro por excelencia, el único milagro por cierto, el milagro de estar vivos, es preciso celebrar lo que en nosotros hay de vital, hay que celebrar la maravilla, no a ese pobre joven torturado, coronado de espinas, crucificado, si existió al margen de la divina literatura, aunque ya no importa, existe en la película de nuestras mentes. Comparto y muestro el producto de mis investigaciones y estudios, de mis análisis, pero también el producto destilado de mi capacidad de imaginación y delirio. No sé cuántas sectas herejes existen, es decir consideradas herejes por los santones. Por simple coherencia con mi ateología, simpatizo con la tesis mítica, que niega la existencia histórica del viejo Jechu, que elucubra un personaje conceptual, básicamente literario, aunque ya para qué. La existencia histórica es una majadería que no tiene la menor importancia. Puesto que viven dentro de nosotros y en ninguna otra parte, somos cómplices y parte integrantes de los dioses, así como ellos de nosotros. Esto que digo aquí lo descubrí por mis propios medios. La primera vez que perdí la razón (el 2004), estaba convencido de ser un avatar del Anticristo; la segunda (el 2016), un avatar del mismo Jesucristo Superstar, es el mismo movimiento, así es el virus de fuerte, y en el manicomio me encontré con varios colegas semejantes, tío Robert, puedes creerme. He frecuentado, por esas cosas de la vida, tres manicomios en Marsella, en cada uno encontré a un Cristo por lo menos, palabra del Anticristo… El escritor a quien más admiro, aún más que a Nietzsche, es a Giordano Bruno (del 1548 al 1600), el primero en denunciar el engaño. El gran Giordano estaba contra el dogmatismo, contra la superstición, contra la idolatría, contra la ignorancia sobre todo, costra o mugre mental, contra la credulidad, contra la ceguera, es decir, contra el miedo a la muerte. El inquisidor que lo pidió a las autoridades de Venecia, lo presenta no sólo como un hereje, también como heresiarca. El gran Giordano, teólogo, filósofo, científico y mago, era conocido y tenía gran audiencia en toda la Europa letrada. El gran Giordano es declarado hereje, heresiarca y apóstata, pues reniega de su fe primera. El gran Giordano, autor de una obra inmensa, afirmaba la preeminencia de la vida en el reino de este mundo, y también en el universo. La idea de un creador con características antropomórficas le parecía, con razón, totalmente absurda. El dios no es trascendente, exterior, sino inmanente, interno, y relacionado con el cosmos, del cual procede. Además, es una fuerza o energía perceptible, no sólo en la naturaleza y su casi infinita variedad, sino también en el interior de cada quien. En astronomía, lógicamente adhiere al sistema de Copérnico, el de Ptolomeo, vigente desde Aristóteles, es falso, es el geocentrismo según el cual la Tierra, ese grano de arena, es el centro del universo. Contrariamente al dogma de la trascendencia absoluta del dios creador, el gran Giordano pensaba que el dios, la energía, la entropía, la vida, era esencialmente algo interior. A los inquisidores que lo torturaron, les citaba el verso de Virgilio « mens agitat molem », el espíritu mueve a la materia (La Eneida VI, 727). Obviamente, la iglesia prefiere un dios todopoderoso, pantocrator y, sobre todo, exterior. Para el gran Giordano, el dios es el ser sensible, la magia de la vida, eso que los científicos llaman la energía, en el interior de cada quien, pues no somos diferentes del universo. Ya lo evoqué pero lo repito por el interés inherente a esta obra. Si el Reino está dentro de nosotros, la iglesia resulta innecesaria, y también el poder establecido de la época. Los santones adeptos del terrible suplicio por el fuego lo hicieron quemar vivo el 17 de febrero del 1600, en el Campo de’ Fiori, en Roma, donde una estatua de bronce lo conmemora.

      Como bien comprenderás, era vital que arreglase mis cuentas con el cristianismo dualista y separador, es decir conmigo mismo. La verdad, yo no estoy contra nada, ni siquiera contra el dogmatismo, ni contra la credulidad. Sólo anoto y observo. Y comento. La credulidad puede ser un residuo de la infancia, cuando éramos capaces de creer en el Papá Noel, cuando éramos capaces de maravillarnos de todo y de nada, cuando descubríamos el mundo, cuando éramos poetas. Bendito y maldito cristianismo. Maldito y bendito yo con ese virus inyectado desde el nacimiento. SIN VéRTEBRAS. CíRCULO D.M.

 


Bonus, para leer como cangrejo, la XXXVIII vértebra.