En la despedida al gran autor de 100 años de
soledad, el colombiano premio Nóbel de literatura 1982, quiero destacar para
Círculo Dilecto, su programa de radio y su Blog algunas curiosidades de este
gran escritor.
La historia de sus comienzos nos muestra a un
hombre muy esforzado, de pocos recursos y que con su esposa pasaron momentos
muy difíciles cuando se fueron desde Colombia a vivir a México. Su trabajo como
periodista reportero y sus primeros libros no daba para una vida cómoda. Su
gran novela 100 años de soledad fue rechazada en varias editoriales e incluso
una Editorial importante de Barcelona la catalogó de mala y le recomendó al
escritor olvidarse de ella, que no servía. Tuvo su recompensa este gran
escritor cuando por fin un editor en Buenos Aires, Editorial Sudamericana,
valoró su obra y la publicó llegando a vender en un comienzo 8000 ejemplares y
fue un boom tan impresionante que a la fecha es uno de los libros más vendidos
de la historia, se ha traducido a 35 idiomas y lleva más de 30 millones de
ejemplares. Entonces Gabriel García Márquez se transformó en el más importante
novelista del siglo XX, comparada su
obra con la de Cervantes y su Don Quijote de la mancha.
Tres son los libros fundamentales para Gabriel
García Márquez, según se desprende de su autobiografía “Vivir para contarla”;
el primero fue Las mil y una noches, libro con el que aprendió a leer en la
escuela montessoriana de Cataca, y que prevaleció como una influencia durante
su posterior obra; el segundo, La Metamorfosis de Franz Kafka, que lo animó en gran medida a publicar su primer
cuento en el diario El Espectador, y el
tercero: “Pedro Páramo” de Juan Rulfo.
García Márquez se refiere así a la influencia
de dichos libros:
“La metamorfosis” de Franz Kafka, que definió un camino nuevo para mi vida desde la primera línea, y que
hoy es una de las divisas grandes de la literatura universal: “Al despertar Gregorio Samsa una mañana, tras un sueño
intranquilo, encontróse en su cama convertido en un monstruoso insecto”. Era un libro misterioso, cuyos
desfiladeros no eran sólo distintos sino muchas veces contrarios a todo lo que
conocía hasta entonces. No era necesario demostrar los hechos: bastaba con que
el autor lo hubiera escrito para que fuera verdad, sin más pruebas que el poder
de su talento y la autoridad de su voz. Era de nuevo Scherezada, pero no en su
mundo milenario en el que ya todo era posible, sino en otro mundo irreparable
en el que ya todo se había perdido.
“Pedro Páramo” de Juan Rulfo. Mi problema grande de novelista era que después de mis primeros libros me sentía metido en un callejón sin
salida y estaba buscando por todos lados una brecha para escapar. Conocí bien a
los autores buenos y malos que hubieran podido enseñarme el camino y, sin
embargo, me sentía girando en círculos concéntricos, no me consideraba agotado;
al contrario, sentía que aún me quedaban muchos libros pendientes pero no
concebía un modo convincente y poético de escribirlos. En ésas estaba, cuando
Álvaro Mutis subió a grandes zancadas los siete pisos de mi casa con un paquete
de libros, separó del montón el más pequeño y corto, y me dijo muerto de risa:”
Lea esa vaina, carajo, para que aprenda”; era Pedro Páramo.
Aquella noche no pude dormir mientras no terminé la segunda lectura;
nunca, desde la noche tremenda en que leí “La metamorfosis” de Kafka, en una
lúgubre pensión de estudiantes de Bogotá, casi 10 años atrás, había sufrido una
conmoción semejante. Al día siguiente leí “El llano en llamas” y el asombro
permaneció intacto; mucho después, en la antesala de un consultorio, encontré
una revista médica con otra obra maestra desbalagada: “La herencia de Matilde
Arcángel”; el resto de aquel año no pude leer a ningún otro autor, porque todos
me parecían menores.
Una memoria genial.
El autor y uno de los creadores del
Realismo Mágico, tenía una memoria genial.
Cuenta Márquez. No había acabado de escapar al
deslumbramiento, cuando alguien le dijo a Carlos Velo que yo era capaz de
recitar de memoria párrafos completos de Pedro Páramo. La verdad iba más lejos,
podía recitar el libro completo al derecho y al revés sin una falla apreciable,
y podía decir en qué página de mi edición se encontraba cada episodio, y no
había un solo rasgo del carácter de un personaje que no conociera a fondo.
Una profecía
certera:
Si Usted entra a youtube y pone la siguiente conexión http://youtu.be/1520QZIclmI encontrará un video con una entrevista que
realiza García Márquez a Pablo Neruda tres días después que este último
recibiera el Premio Nóbel de Literatura 1971.
En dicho
video ambos escritores hablan de la poesía y la narración y en una de sus
partes García Márquez como en broma profetiza que él también recibirá el Premio
Nóbel, cosa que lo consiguió 11 años después (1982).
Dice
Márquez. Nos pongamos tan contentos como estoy yo
ahora por tu premio nóbel. Nos pongamos tan contentos los novelistas de que le
den el Premio Nóbel a un poeta, como espero que te pondrás tú contento cuando
me lo den a mi, porque tengo la impresión de que como van las cosas y con todo
lo que andas diciendo de mi, estás influyendo demasiado sospechosamente sobre
la Academia Sueca…
Responde
Neruda: ¡Sospechosamente, para nadie! y para mi
tampoco, porque te merecerías todo.
Adios Gabo,
tu realismo mágico te deja por siempre entre nosotros. AL FONDO HAY SITIO. CíRCULO D.M.
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