Escapándonos de vicio histórico, como la fecha de su nacimiento o el día cuando, aún siendo niño lo profetizaban como un futuro ídolo del pueblo, Lorenzo Palacios Quispe “Chacalon” fue un ser humano como cualquiera, que nació y creció en uno de los barrios mas bravos y peligrosos de la Victoria, El Cerro San Come. Lugar donde vive mucha gente de clase humilde, pobre y trabajadora pero además es un lugar donde la vida no vale nada y tienes como vecinos nada mas y nada menos que a prostitutas, avezados delincuentes, cafichos y traficantes de drogas. Un lugar donde para hacerte respetar tienes que ser un faite.
Observo en Internet mucho acerca de este ídolo, y muchos lo describen como una persona buena gente y hasta hay algunos que lo ponen como santo, pero eso es lo último que Chacalón podría ser. El era un bohemio,un achorado, un bronquero, un faite, material de cárcel, choro, ladrón; pero también fue cosmetólogo, voleybolista, un palomilla de barrio. No tenía otra opción.
En mi época de escolar me la pasaba con mis compañeros de estudios de un colegio particular de clase media alta y escuchábamos rock, pero todos los veranos, iba al Mercado Mayorista no 1 de Lima, donde mi padre tenía un puesto. Mi padre, mas conocido como Chachi siempre estaba rodeado de amigos y pseudo-amigos que al final eran mis amigos también.
Gran mayoría de ellos vivían en la victoria o en el cerro San Cosme y el negro Lumba era uno se sus mejores amigos y él era mi amigo también, mi causa, mi yunta. A veces de puro curioso le pedía que me acompañara a dar una vuelta por el cerro San Cosme ya que él era de allí.
Me cuenta Lumba, quien además es tío directo del tristemente celebre delincuente “Canebo”, que conoció a Chacalón: “Cuando Chacalón era chibolo (niño) fue “pájaro frutero”, “un piraña” y luego ya de grandecito quería ingresar a las ligas mayores, en cosas grandes, pero se fue en cana (preso) y ya no quiso más”. El pecho y sus brazos de Chacalón estaban llenos de cortes y tatuajes y no eran por buena gente ni porque estaba de moda. En esos tiempos los tatuajes solo se ponían los faites para ocultar los chuzos.
Pero surge entonces una curiosa pregunta:
¿Cómo destacó Chacalón, un serrano, en un barrio más bien de negros pendencieros como es La Victoria?
Una de las razones es que el era “uno de ellos”, no por el color, si no mas bien en las maneras y en algunos casos en las malas costumbres. La otra razón es muy simple é importante ya que a diferencia de lo que muchos no saben, Chacalón y su grupo no sólo tocaban cumbia y chicha. En sus conciertos tocaban mucho la llamada “salsa dura”, que interpretaba con un estilo muy propio, para beneplácito de todos. Chacalón era también un fanático de Hector Lavoe é Ismael Rivera.
Otro dato importante era que Chacalón era muy querido en los penales, ahí lo idolatraban. No era para nadie un secreto en San Cosme que Chacalón estuvo preso por un buen tiempo, por cortarle la cara a un ex-policía y que durante esa época se sintió el recluso más feliz del mundo, porque todos los adoraban.
Otro dato importante era que Chacalón era muy querido en los penales, ahí lo idolatraban. No era para nadie un secreto en San Cosme que Chacalón estuvo preso por un buen tiempo, por cortarle la cara a un ex-policía y que durante esa época se sintió el recluso más feliz del mundo, porque todos los adoraban.
Muchas veces, cada vez que se presentaba a dar conciertos en diferentes cárceles, yo le pedía que llevara algunos “regalitos” para familiares o amigos internos. Chacalón los ingresaba camuflados entre sus instrumentos ”, Comenta el Negro Lumba.
Pero también existe el otro Chacalón. Mi Primo “Puchungo” que vivío su infancia y también parte de su adolescencia en San Cosme me comentaba que a veces lo podías encontrar jugando voley por las tardes, con el torso desnudo y en sandalias, en la pista de su cuadra. En algún momento de su vida y preocupado por su futuro, Chacalón estudió cosmetología y costura, habilidad que lo ayudo a coser sus propias vistosas y colorinches camisas que llamaban la atención de todo el mundo.
Pero también existe el otro Chacalón. Mi Primo “Puchungo” que vivío su infancia y también parte de su adolescencia en San Cosme me comentaba que a veces lo podías encontrar jugando voley por las tardes, con el torso desnudo y en sandalias, en la pista de su cuadra. En algún momento de su vida y preocupado por su futuro, Chacalón estudió cosmetología y costura, habilidad que lo ayudo a coser sus propias vistosas y colorinches camisas que llamaban la atención de todo el mundo.
Hay una característica muy especial a la vez importante en la personalidad de Chacalón y que además los que lo conocieron bien coinciden en resaltar : “El tenía un inmenso amor por su familia”.
De sus 15 o 20 hermanos, él es el único que ha logrado, hasta después de muerto, sacar adelante a su familia. Les ha dado estudios a todos sus hijos y siempre se preocupó por ellos, siempre los puso por delante de su bohemia y de su vida desarreglada.
Así fue Chacalón,el músico predestinado para la fama, la misma que logró gracias a su humildad y carisma. El se sentía uno más del barrio, tal era así que fue uno de los pocos artistas que se aparecía por el estadio del Alianza Lima vistiendo su camiseta blanquiazul y nunca se negaba a cantar a capella y así mostrar su arte cuando alguien se lo pedía.
Según la pagina chichaweb, Chacalón se hizo amigo de Augusto Ferrando y fue el quien le puso el apelativo de “Faraón de la cumbia” ya que por esa época Oscar de León, el “faraón de la salsa” estaba tambien en Lima.
Lorenzo Palacios era simpático y marginal. Pero Chacalón era mucho más.
Lógicamente Chacalón tenía su lado negativo y fue fundamentalmente en lo musical ya que nunca dejó de ser un músico amateur , un “pichiruchi”. A diferencia de otros grupos de su época como el grupo Guinda, El Grupo Maravilla, Los Destellos, Los Ilusionistas, Vico y su grupo Karicia o Los Shapis, por mencionar algunos, El nunca capitalizó lo ganado. Chacalón ni siquiera aportó nada musicalmente. No tuvo afán de trascendencia y mas allá de haber tenido miles de seguidores –la gran mayoría con nivel económico y cultural paupérrimo— Chacalón nunca fue mejor musicalmente hablando que los otros grupos con los que compartió escenarios en el mundo de la Chica Peruana”.
Contra todo eso, Chacalón se ganó el cariño del pueblo, se convirtió en un ídolo popular sin precedentes.
Contra todo eso, Chacalón se ganó el cariño del pueblo, se convirtió en un ídolo popular sin precedentes.
La música de Chacalón es aún motivo de juergas cheleras donde se reunen un grupo de faites y construyen muros de cajas de cervezas y empiezan a libar hasta embriagarse para luego bailar con el dedo índice en alto, que significa que el que baila es un achorado , uno que carga una chaveta hecho con una hoja de sierra afilada consigo.
Chacalón sigue bajando los cerros y es considerado por muchos un santo milagroso. Su tumba está siempre con flores frescas y velas encendidas, eso ya dice mucho. CAVILACIONES. CíRCULO D. M.
J. L. Ramos
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