Añoro ya la tarde de verano
Al rítmico crujir de aquella cama,
En la que fuimos juntos viento y llama,
Cuando bebía el agua de tu mano
Y de tu boca el beso. Y el malsano
Sonido de tu voz que aún me llama
Repitiendo mi nombre. Pobre cama.
En tu colchón de muerte me arrellano.
Nido de sueños, goces, de esas cosas
Pasajeras. Urdimbre de otros sueños
Que tejen de mi vida el entrevero
Al ritmo de tu cuerpo. Son las cosas
Que me atan al recuerdo. Son los sueños
Del viaje por tu cuerpo. Y del viajero.
Setiembre 2019. SIN VéRTEBRAS. CíRCULO D.M.
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