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Los pantalones de Carlos Trafic
Se dice que la gente que vale la pena se puede encontrar en un museo ó en un buen restaurante.
Encontramos a Carlos Trafic castigándose con unas tapas en el Pata Negra, en Ámsterdam, donde más podría ser?, no lo sé!...
Carlos Trafic es un señor alto, delgado y flexible o mejor idea sería quizás decir sus virtudes en forma alfabética…
Carlos Trafic es actor y escritor de Octavio, buen hombre, director teatral-pedagogo pero no gogó sino serio, muy serio, cuando trabaja pero no serio con la realidad que se vive, además de TRAFICante de cultura.
Viste para mí, unos pantalones estilo pachuco, popular en los años cuarenta o mejor aún de los años veinte del siglo pasado, podría ser un bailarín de Lindy hop o tango. Con esos pantalones largos, que le llegan casi hasta las axilas, puede mover sus extremidades inferiores, sin ninguna limitación. El color es gris, mocasines negros estilo diplomático, una camisa de algodón egipcio y suéter de color verde de lana de oveja, joven.
Carlos Trafic será nuestro guía teatral en el taller denominado Teatro Limón y Sal, ingredientes básicos para un buen ceviche. Pronto más detalles.
Carlos además de vestirse bien, huele a pieza de museo, por su sabiduría y por su calidad de ser coleccionado.
Sabe escuchar. Te deja hablar. Escucha terapéuticamente a su interlocutor.
Es un hombre que observa su entorno. Que se rie de la realidad y trata de hacer bromas en éste mundo demasiado serio. Sabe que la vida es pasajera y hay que disfrutar de ella y bailar y hacer ejercicios matutinos y, sobre todas las cosas, estar agradecido. Cuando al día siguiente de cada día puedes abrir los ojos y pelliscarte y darte cuenta que estás vivo.
Camina con pasos largos pero seguros. Hace bulla, emite sonidos, onomatopeyas como boom, pam, toc, bing, clic, pum y otras cosas un poco más indescifrables. Todo lo que está a su alcance lo usa. Y algo muy importante, acude siempre a donde le invitan y siempre tiene algo para declamar o improvisar. Es un comando urbano que está apto para cualquier intervención.
Y cuando termina sigue patrullando, con su melena sistemáticamente desordenada, las calles de Ámsterdam. La ciudad más hermosa del mundo. Nuestra ciudad. D.M. Moda. CíRCULO D.M.
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