Cuando me vaya no me dejes ir sin mi colchón
sin música ni los escritos que me estorbaron siempre
y me sirvieron de escudo para olvidar la distancia.
Cuando sobre el papel y tinta
Mis ganas se extienden en la banalidad de mis días
y no sepa dónde parar, qué hacer, a dónde ir.
Cuando esté sano y salte sin saber
de qué manera llegar al otro extremo
allá dónde todos duermen, mientras que yo no quiero despertar.
Cuando nadie escuche y compren por llevar algo
sentados esperando dormidos
y consumir sin anestesia.
Cuando todo sea en vano, cuando respire sin darme cuenta
y vea la gente que no escucho
y crea que ellos me esperan
Cuando las letras que me rodean se humedezcan
y las telas de araña sean parte de la coreografía
de un museo ambulante de arena.
Cuando quiera a todos que me amaron y amé
finalmente de verdad
a todos a quienes se apartaron y se quedaron conmigo.
Cuando el dolor se haya disipado
y continúe buscando otros cuerpos
sin luchar con furia.
Cuando ya no esté listo para hablar
sino de decúbito dorsal
tieso, sin aliento ni deseos.
Rómulo Meléndez
[escrito el 18.08.2015 en Ámsterdam] SIN VéRTEBRAS. CíRCULO D.M
Por qué será que la buena poesía, la genuina, nos llega como si nos pasara en primera persona? A veces uno quiere ser el poeta y vive los sentimientos como propios. Gracias por tu humanidad, Rómulo Meléndez.