20140708

SOBRE LA FIEBRE MUNDIALISTA Y EL PATRIOTISMO DIVIDIDO


Llevo 13 años de vivir en Holanda y sé que yo jamás llegaré a ser completamente holandesa y tampoco puedo ser completamente guatemalteca pero saco lo mejor de los dos países y trato de ser feliz con lo que tengo.  

Cuando recién vine a Holanda me entró una depresión que me duró dos años por el cambio de vida de 180 grados que tuve pero con el tiempo he ido apreciando más y más este país.  Todavía no he logrado acostumbrarme al clima, la falta de la amabilidad de la gente, el exceso de individualismo, la falta de cultura culinaria, y algunas cosas de la cultura holandesa en general (nada de espontaneidad, formalismo exagerado, egoísmo, etc.) pero también hay muchas cosas que aprecio:  la estabilidad, la seguridad, la multiculturalidad de Amsterdam, el andar en bicicleta, la organización, las vacaciones, los beneficios, las posibilidades de progreso, etc.

Por eso mismo después de haber pasado ya dos Mundiales de fútbol acá en Holanda en este tercero el patriotismo me ha pegado de una manera inimaginable.  Con esto no quiero decir que no me siento guatemalteca.  Simplemente que mi parte holandesa me ha llamado y se ha impuesto porque su equipo de fútbol está todavía en el Mundial y ha quedado entre los cuartos de final.

Ya todos sabemos como es la fiebre mundialista:  nos tomamos todo a pecho, gritamos, lloramos, maltratamos, somos los grandes expertos en fútbol aunque no nos sabemos bien las reglas, opinamos de que si fue o no penal, si el referí es comprado o no.  Sabemos cuando se equivocaron en darle una tarjeta amarilla a alguien, cuando marcaron un fuera de lugar que no debió de ser, o cuando no marcaron o marcaron un penalti y damos nuestras razones del por qué.

En el Mundial todos se vuelven patriotas, a veces en exceso.  Algunos de nosotros nos volvemos patriotas de los países en los que vivimos.  Otros adoptamos un país cualquiera y lo hacemos nuestro país, solo porque nos gusta o porque tenemos amigos en ese país.  En el último partido Holanda versus Costa Rica, todos los guatemaltecos y mexicanos iban por Costa Rica.  Cada cúal por distinto motivo:  Los guatemaltecos por ser Costa Rica un país centroamericano y los mexicanos porque querían que los costarricenses sacaran a Holanda del Mundial por venganza.

Hay una cosa que me ha llamado la atención en este Mundial y es que la gente espera que como eres latinomericano tienes que ir ya sea por España o por algún país de Latinoamérica.  Cuando dije que iba por Holanda y tuve que defenderme diciendo que tenía el derecho de ir por Holanda porque vivo 13 años acá y tengo el pasaporte holandés me contestaron: “ Pero tu eres de Guatemala.  No olvides tus raíces.“  Una cosa no tiene que ver con la otra.  Para empezar, Guatemala ni está en el Mundial.  Y si estuviera iría por Guatemala y por Holanda.   No tengo por qué ir por países latinoamericanos si mi vida está acá, en Europa. 

Eso no me hace superior a ninguno ni mucho menos.  Simplemente que estoy haciendo la vida en Europa y toda la información que me llega por distintos medios es la de Europa.  Sí leo noticias de Guatemala,  me siento tan guatemalteca como siempre, pero no es lo mismo leer las noticias desde una cafetería en Guatemala a una en Amsterdam.   Estoy a 9,000 kilómetros de distancia.  Es por eso que en cosas del Mundial voy por un país Europeo y le tengo mas fe a los Europeos.  Eso no quiere decir que si la copa se la gana un país latinoamericano no esté contenta por ello. 

Hablando de apoyar a Holanda, cuando Holanda le ganó a México en el Facebook, tanto mexicanos como gente que no tiene absolutamente nada que ver con México, dijeron cosas contra los holandeses insultándolos y llamándolos roba-mundiales y al famoso Robben que era un dramático mentiroso.   A mi me llamaron traidora, vende patrias y me cuestionaban el por qué yo iba por Holanda en lugar de ir por México, que era un país vecino a Guatemala y por ello debería ir por ese país.  Hasta hay una canción que la canta una niña de 15 años que se ha hecho viral en el Youtube llamada "Pinches Holandés”.

Es cierto que el Mundial une a personas y países pero también provoca peleas, amenazas, noticias falsas, crueldad, odio y fanatismo mal encaminado.  Estas son las personas que no tienen nada más que hacer en la vida diaria y encontraron un incentivo para sacar sus frustraciones y culpar a otras personas por ellas.

Ya casi termina el Mundial y con ello terminan los sueños de quién se llevará la Copa, veremos si nuestras predicciones en las quinielas nos harán perder o ganar, exaltaremos al que se lleve la Copa o diremos que no se la merece por… y sacaremos mil ejemplos de juegos anteriores.  Y después del final no nos quedará nada más que esperar por otros 4 años, cuando volvamos a tener esa fiebre mundialista contagiosa que nos hace por unos días olvidarnos de la monotonía y el aburrimiento de nuestras normales vidas. 

Yo en lo particular estoy disfrutando cada partido donde juega Holanda.  Lo vivo como una holandesa total.  Cuando Snijder metió el gol en el minuto 88 a México lloré de la emoción.  Cuando Holanda tenía que ir a penales contra Costa Rica estaba tan nerviosa como cuando tomé el avión que me trajo a este país sin saber cuál iba a ser mi vida en el futuro.  Cada quién tiene derecho de vivir el Mundial como quiere y apoyar a quien quiera.  Yo apoyo al país que me acogió y me ha dado la mejor etapa de mi vida.

Así que antes de que termine el Mundial solo diré:  ¡que gane el mejor y que viva Holanda! CAVILACIONES. CíRCULO D.M.