[Por: Silvia Titus]
Conocemos a los holandeses como personas individualistas. Son fríos, calculadores, tienen todo planeado, son ambiciosos, quieren siempre demostrar que son mejores que los vecinos. Casi nunca demuestran sus emociones, no son como nosotros los latinos de emocionales y apasionados.
Pero si les pones deportes y cervezas, esa combinación letal saca el mounstro que llevan dentro. Les fascina ver la vuelta ciclista de Francia, los deportes de invierno en Utah, la Fórmula Uno en Mónaco, pero lo que más les gusta ver es el fútbol.
Cuando su equipo juega, tienen que verlo en el televisor más grande disponible. Se visten de color naranja si es el equipo holandés o sino los colores de sus respectivos equipos (Ajax, Feyenoord, etc.). Mejor si lo ven con un grupo de amigos. Si es verano hasta hacen barbacoas y fiestas en alguna casa. Les encanta ir a los bares deportivos.
Los bares o restaurantes, aunque no sean deportivos, saben que es un gran negocio asi que colocan pantallas planas por todos lados y promueven ver el partido en ese lugar.
Al momento del partido es una excitación total. La cerveza corre más rápido que el correcaminos cuando huye del coyote. Todos hablan al mismo tiempo, gritan cuando a un jugador se le fue la pelota o hubo una falta de su equipo. Cuando fallan un gol, maldicen al pobre jugador que la falló. Cuando su equipo mete gol, gritan, saltan, se abrazan, la cerveza termina bañándolos a todos, es una algarabía total como cuando un gallo entra al gallinero lleno de gallinas.
Cuando el otro equipo mete gol, gritan o se quedan en silencio, se cogen el cabello como queriéndolo arrancar, se tapan la boca, se sirven otra cerveza y se la toman de un solo; o se enojan y empiezan a decir que eso no fue gol, que era un fuera de lugar, etc.
Lo que acabo de describir creo que es el comportamiento normal de cualquier fan del fútbol en cualquier país. Pero cuando algo grande sucede que no pueden controlar, entonces su comportamiento es diferente.
Tuve la oportunidad de estar con holandeses en casi todos los partidos que Holanda jugó en el Mundial del 2010. Poco a poco mientras su equipo avanzaba también notaba que el orgullo nacionalista se acrecentaba hasta llegar al punto de que se creían invencibles. Yo, muy discreta, los escuchaba mientras criticaban a los demás equipos en especial cuando Holanda ganaba los partidos.
Cuando llegó Holanda a la final contra España, los holandeses estaban que no cabían en el pequeño país en el que viven. Por las calles se veía a toda la gente en ropa color naranja, incluyéndome a mí, dirigirse al lugar donde iban a ver el partido. Todos muy entusiasmados, haciendo planes para los siguientes días. Recuerdo que en el lugar donde fui a ver el partido, habían no menos que diez pantallas de televisión y tres de ellas eran pantallas de cine.
Conforme el partido se iba desarrollando los holandeses estuvieron gritando, cantaban canciones, las cervezas ya no se compraban por vaso sino que por barril que se acababa en menos de cinco minutos.
Recuerdo haber visto sólo a una persona vestida con la camiseta de España. Él muy callado y discreto ni se movía de su lugar. Los holandeses se burlaban de él y le decían cosas en holandés y él, muy respetuoso, les sonreía sin decir nada de regreso.
Hubieron varios intentos de meter gol de los dos equipos pero ninguno lograba meter el tan añorado gol. Se fueron a los minutos extras y seguían en las mismas. Los holandeses estaban muy confiados ya que decían que eran muy buenos para los penales en comparación con España, que no eran muy famosos por ello. Cuando ya faltaban pocos minutos para el final del tiempo extra, yo veía que los holandeses ya ni estaban prestando atención al partido. Estaban borrachos, hablando, gritando, cantando y planeando el resto de los días, de como iban a celebrar la victoria que no había llegado aún. De repente, España metió el ansiado gol y fue tan rápido e increiblemente limpio y acertado que el español que estaba en el lugar empezó a saltar y gritar: “ ¡Victoria! ¡Victoria!”.
Los holandeses que estaban cerca del español se dieron cuenta por su reacción de lo que había sucedido. Casi al unísono todo el lugar se quedó en silencio, con excepción del español. El gol se repitió por las diez pantallas una y otra vez para que no hubiera duda que había sido realmente un golazo español.
De repente todos empezaron en masa a abandonar el lugar. Algunos lloraban, otros estaban tan enojados que no podían ni hablar. Mis amigos se esparcieron con el resto y quedé sola junto con el Español en el lugar vacío. Ni las cervezas se llevaron. Se había acabado el Mundial para Holanda. Yo creo que los únicos agradecidos de que Holanda perdiera fueron todas las empresas e industrias ya que todos sus trabajadores se presentaron puntual al día siguiente.
No obstante de la derrota, recibieron a los jugadores como héroes. Esto fue porque llegaron a la final y los respetaban por ello. Habían hecho muy buen trabajo de quedar como segundo equipo del mundo.
Lamentablemente no podemos decir lo mismo de la Euro Copa de este año. El equipo holandés jugó tres juegos de los cuáles no ganó ninguno. Jugaron pésimo, sin energía, sin entusiasmo. Parecía que toda la energía y motivación con la que jugaron en el Mundial del 2010 se había acabado. Es más, parecía que fuera otro equipo a pesar de tener casi a todos los jugadores que jugaron hace dos años.
Asi que como la motivación del equipo era casi nula, así fue también la de sus seguidores y fans. En el primero juego los bares y las barbacoas eran lo más popular. En el segundo juego todavía se veían fans fieles a su equipo. Pero en el tercero ya no se le veía casi a nadie en ningún sitio.
Nosotros los latinos somos camaleones. Empezamos a ver el Mundial, la Euro Copa o cualquier otra copa con un equipo. Si nuestro equipo pierde, nos cambiamos la camisola y apoyamos a otro. Y así sucesivamente hasta que a la final apoyamos a uno de los dos que haya quedado. Los holandes no. Ellos le van a Holanda y a nadie más.
Ayer le pregunté a un amigo si lo podía acompañar a él y a sus amigos a ver la final de la Euro Copa, ya que son unos holandeses muy entusiastas. Se me quedó viendo con una cara de interrogación y me dijo: “¿Acaso no te enteraste que Holanda ya no está jugando?” Y le dije: “Si, pero no importa ¿no?” A lo que él me contestó: “Si Holanda no está jugando para los holandeses no hay más. Se acabó la Euro Copa para nosotros. Murió. Fin”. CAVILACIONES. CíRCULO D.M.
Asi es, el futbol es el opio para el pueblo, pero para los fanaticos nacionalistas holandeses no es suficiente.