20090520

lluvia


Por: María Epelde


Lluvia
Paula Hernández
Argentina, 2008 (110min.)
LAFF 2009

Lluvia cuenta la historia de dos personajes en un momento concreto de sus vidas que se encuentran en unas circunstancias especiales. Y estos personajes buscan el reconocimiento, el apoyo y el afecto en la figura de un desconocido. Alma es una mujer joven que lleva unos días viviendo en su coche. Una noche de lluvia, Roberto entra precipitadamente en el auto y a partir de este encuentro accidentado, comienza una relación de amistad que ser irá desarrollando a lo largo de la película.

Poco a poco el misterio se va aclarando y sabemos que Laura ha decidido dejarlo con su novio y está perdida y desorientada sin saber qué hacer y a dónde ir. Roberto por su parte ha viajado a Argentina para arreglar los asuntos de su padre, que les abandonó a su madre y a él hace años y que ahora está en coma.

La película tiene un buen desarrollo, si bien la presencia machacona de la lluvia crea un ambiente triste y gris que se convierte en reflejo del sentimiento de pérdida y abandono de los dos personajes. Algunos diálogos son muy interesantes y en otras ocasiones, el espectador desespera por la falta de empuje de los protagonistas.

Lentamente, en una relación que comienza con muchas dudas y algunos malentendidos, los personajes encuentran en el otro un interlocutor para sus penas y sus vidas, que es en realidad lo que ambos están buscando de forma consciente o inconsciente en el caso de él. Acentúa su desamparo el hecho de que ninguno de los dos tiene una casa, ya que ella vive en el coche y él en el hotel. Y tembién que ambos sienten un enorme vacío tras la separación del amante y la muerte del padre.

Asistimos por tanto a esta curiosa e improbable relación de dos personajes confundidos y perdidos, que gracias a su encuentro fortuito y su acercamiento, son capaces de tomar algunas resoluciones para continuar con sus vidas. En conclusión, se trata de una buena película que aunque se ve con algo de impaciencia y no nos dejará un recuerdo imborrable, ofrece tristeza y esperanza a partes iguales y algunos rescatables momentos de humor y ternura.CíRCULO D.M.