20080528

la crisis mundial alimentaria. el sueño verde





por: Gloria Rodríguez Pinar

Desde hace algunos meses vemos cómo se ha desatado una verdadera tormenta por el precio de los alimentos en todo el mundo. El aumento en espiral del costo del trigo, arroz, aceite, fruta y verduras sin mencionar los lácteos y la carne, ha provocado una oleada de protestas marcadas por la rabia de no poder comprar alimentos, en diferentes partes del mundo.
Hay dirigentes mundiales que reclaman más ayuda alimentaria ante el temor de una agitación política, así como más fondos y tecnología para aumentar la producción agrícola. Mientras, los países exportadores de cereales cierran sus fronteras para proteger sus mercados internos, otros se ven forzados a comprar por el pánico ante la escases.
Pero que es lo que está pasando? Hay una verdadera escases de alimentos? Sequía? O estamos frente a un aumento de la demanda ? Es realmente por los Agrocombustibles y demás explicaciones que se están dando por lo cual se ha desatado esta crisis? . O nos encontramos en medio de un colapso estructural,debido a la lógica perversa de este sistema que ha permitido que los alimentos sean transformados de algo que alimenta y asegura la vida a las personas a una simple mercancía para la especulación y los negocios?
La actual crisis alimentaria es el resultado de la presión ejercida desde la década de los años 60 hacia el modelo agrícola de la Revolución Verde, y de la liberación del comercio y las políticas de ajuste estructural impuestas a los países pobres por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional hasta mediados de los noventa, fecha en la que fueron reforzadas estas recetas políticas con el establecimiento de la Organización Mundial del Comercio, y más recientemente, a través de un fárrago de acuerdos bi-laterales de libre comercio y de inversión.
La Revolución Verde o el Sueño Verde, es el nombre con el que se bautizó en los círculos internacionales al importante incremento de la producción agrícola que se dio en Méjico a partir de 1943, como consecuencia del empleo de técnicas de producción modernas, concretadas en la selección genética y la explotación intensiva permitida por el regadío y basada en la utilización de fertilizantes, pesticidas y herbicidas sin poner nuevas tierras en cultivo, sino aumentando el rendimiento por superficie, es decir consiguiendo mayor producción por cada hectárea cultivada.
Estas técnicas se fueron incorporando con posterioridad a otros países del tercer mundo al tiempo que se diversificó su aplicación a otros cultivos como el arroz o el maíz.
La importancia de esta revolución radicó en que mostraba perspectivas muy optimistas con respecto a la erradicación del hambre y la desnutrición en los países desarrollados.
Pero lo efectos negativos no tardaron en aparecer: problemas de almacenaje desconocidos y perjudiciales, excesivo costo de las semillas , tecnología complementaria , la dependencia tecnológica, la mejor adaptación de los cultivos tradicionales eliminados o la aparición de plagas fueron las causas por la que fue muy criticada desde diversos puntos de vista que van desde el ecológico al económico, pasando por el cultural e incluso nutricional.
En el momento actual el sector agrícola tuvo en todo el mundo una producción record de 2.300 millones de toneladas de granos en el 2007, un 4% más que en el año anterior. Se produce más cantidades de alimentos en el mundo, sin embargo no llegan a los que no necesita.
El problema entonces no es la escases de alimentos, sino la política actual que está actuando en los mercados internacionales, como el desmantelamiento de manera implacable de los aranceles y otros instrumentos que los países en desarrollo tenían para proteger su producción agrícola local y que se vieron forzados a aceptar abrir sus mercados y tierras a los agronegocios mundiales, a los especuladores y a las exportaciones de alimentos subsidiados provenientes de los países ricos.
Resulta parodoxal que hoy aproximadamente el 70 % de los países pobres son los grandes importadores de los alimentos. Y de los 845 millones de personas con hambre en el mundo, el 80% son pequeños agricultores , si a esto se le añade la enorme industria de la deuda creada, sin control sobre los inversionistas, entorno a la readecuación de los créditos concedidos , la gravedad del problema resulta clara.
La política agrícola ha perdido totalmente su objetivo, como es el de alimentar a la gente. El hambre castiga y la gente se desespera. Los gobiernos en tanto buscan cómo defenderse de de este sistema. Esta situación no era nueva pero ahora se ha hecho insostenible.
Nunca hasta ahora ha resultado tan obvia la cruda verdad sobre quien pierde y quien gana en nuestro sistema alimentario mundial. Los inversionistas están en una verdadera época de bonanza controlando más de la mitad de los productos básicos que se comercializan en los grandes mercados mundiales.
Pero el problema no acaba aquí, no sólo tenemos la subida del precio de los alimentos sino que a esto hay que añadir la drogo dependencia de fertilizantes químicos que tiene este sistema alimentario con la subsiguiente erosión de suelo y la destrucción de su potencial de sustentar cultivos aptos para el consumo y el tratamiento escandaloso y especulativo de su producción de otro producto como son : las semillas.
Existe una pequeña camarilla de empresas que controlan el mercado mundial de fertilizantes cobrando lo que les da la gana y que junto con los gigantes del agronegocio de las semillas, tienen una total libertad para penetrar en los mercados de las semillas de los países en desarrollo e introducir semillas genéticamente modificadas inclusive disimuladas en paquetes de ayuda humanitaria, como es el caso de Etiopía, al que le fueron entregadas a los campesinos en medio de una devastadora sequía semillas que se plantaron y se cosecharon pero que al minuto después ,los campesinos se encontraron con que esas semilla no se podían volver a plantar sin pagarle regalías a Monsanto,a Arch Daniel Midland y tutti cuanti, ya que esas semillas no se podían volver a cosechar sino se utilizaban los insumos tales como herbicidas, insecticidas y los fertilizantes que también producen y proveen y distribuyen los mismos de siempre.
Economías campesinas enteras fueron captadas por las redes de los grandes conglomerados del agronegocio y sobrevino la ruptura del ciclo de la agricultura, que permitía a los agricultores guardar sus semillas orgánicas y plantarlas y cosecharlas. Pero este ciclo natural ha sido roto, este patrón destructivo no ha parado de reproducirse de país en país conduciendo sistemáticamente a la extinción de la economía campesina.
El Nuevo Orden Mundial se alimenta de pobreza humana y destrucción del Medio ambiente. Esta crisis se ha producido ,no por las causas derivadas del clima o la reducción de una oferta como se nos está haciendo creer a través de los grandes medios de comunicación. Esta crisis es la consecuencia de la manipulación de los mercados por la ausencia de medidas que frenen y prohiban la especulación de productos básicos de primera necesidad. Si los países pobres introdujeran inmediatamente esta medida, el hambre se paliaría. La medida es fácil y nada impide hacerlo pero no se está haciendo.
La solución del problema está ahora en manos de los gobiernos y de los 450 millones de campesinos minifundistas a los que por todos los medios se les ha intentado quitar del medio. Hoy más nunca la agricultura, debe estar fuera de la Organización Mundial del Comercio para que este genocidio silencioso del hambre se acabe.