20080519

Herman Brusselmans


fotografía del calzoncillo largo de Herman Brusselmans firmado y; con el texto: todos son únicos excepto yo

Breve reseña biográfica no-autorizada
Herman Brusselmans nació en Hamme, Bélgica, el nueve de octubre de mil novecientos cincuenta y siete. De niño tenía talento para ser futbolista, pero cavilaba mucho, entonces se dio cuenta que ésta no era una cualidad ideal para ser futbolista. Decidió estudiar y escogió Letras. Esto tampoco tuvo resultado, pasaba más tiempo en el bar que en clases. Decidió buscar trabajo, no importaba que tipo. Se presentó para ser bibliotecario. Este fue su primer paso para descubrir escritores y amar a los libros. Empezó a profundizarse en la lectura y de tanto leer le empiezan a picar las manos para escribir y luego, lógicamente, publicar. Este trabajo fue un sueño para él. En mil novecientos ochenta y uno, un año productivo, se casa con Tania y compra una casa en Gantes.
Herman proyecta su visión hacia el mundo exterior: La vida es una montaña de abono. La personas son los escarabajos y el resto, alrededor es mierda. Otra motivación, todo lo que escribe ha jugado de alguna u otra manera un rol en su vida ó en sus sueños. En cada relato, cada libro o cada entrevista Herman habla sobre lo inútil (carente de sentido) que es vivir. Cada día preguntarte que vas a hacer y por qué los hombres son tan egoístas. Herman dice que a veces sus personajes, en la vida real, se molestan por que él, les haya tomado el pelo, en sus relatos. La gente se toma demasiado seria a si misma. Por esta razón Herman es muchas veces encarcelado, enjuiciado o tiene que pagar una multa por haber hecho una descripción demasiado corporal (sexual). Herman empieza sus libros, siempre, escribiendo que no tiene nada para contar terminando trescientas o cuatroscientas hojas mas tarde. Hasta ahora ha escrito más de treinta libros, de prosa, al hilo.
Como todo el mundo, Brusselmans también tiene sus problemas. Lo único que él desea enseñarnos es que tus problemas pueden ser evadidos, de lo contrario tendrás una vida de perro, como él.


Rómulo Meléndez