20080302

The devil wears Prada




por: Giovanna García Malagón



película de: David Frankel
En español: El diablo se viste de Prada

Es la historia de Andrea, una joven periodista quien recién terminados sus estudios decide irse para Nueva York a buscar trabajo. Es contratada por la revista runaway para ser la asistente personal de Miranda Priestly, editora de esta revista, una leyenda en el mundo de la moda pero muy soberbia y egocéntrica.
Al iniciar su nuevo trabajo, Andrea se encuentra con mujeres obsesionadas por tener ropa de Prada, Versace, Armani, estar perfectamente maquilladas y también muy enteradas de cual es el último grito de la moda, así como de cuales son los diseñadores más renombrados.
También se encuentra con Miranda una jefe extremadamente exigente, caprichosa y difícil de satisfacer, de esas personas demasiado severas que sólo aprueban la perfección llevada al nivel más alto de lo casi humanamente inalcanzable. Miranda no solamente encarga a Andrea de tareas inaccesibles a nivel laboral sino que también le designa misiones imposibles como por ejemplo encontrar el manuscrito de Harry Potter que todavía no ha sido publicado, simplemente porque sus dos hijas gemelas quieren saber cual es la continuación de la historia.
Andrea, frente a todos estos cambios se siente muy extraña e inquieta, sabe muy bien que este nuevo mundo descubierto no tiene nada que ver con su vida, ni con sus ideales como escritora. Sin embargo, piensa que a través de ese trabajo podrá conocer importantes escritores que le ayudarán a cumplir con el sueño de su vida: convertirse en una brillante escritora. Así que se mantiene firme y decidida, cediendo a todos los caprichos de su jefe, al punto que un día al verse amenazada de perder su trabajo decide cambiar su apariencia física y convertirse entonces en una eficiente mujer de la moda. Andrea parece en momentos deslumbrada por el lujo de su nuevo trabajo, y también por artistas y escritores del jet-set.
Todos estos cambios afectaron la vida personal de Andrea, su novio le reprocha su falta de tiempo y su nuevo look, sus amigos ven que la Andrea amable y dulce se estaba convirtiendo en alguien más frío, simplemente diferente.
Un día Andrea va a París a un encuentro con la moda y descubre que su jefe le juega una mala pasada a su mejor amigo dándole el puesto que ella le había prometido a otra persona. Esto sacude a Andrea que ya estaba cansada de tanta hipocresía y superficialidad y entonces decide abandonarlo todo y regresar a su vida anterior, junto con su novio y amigos.
Bueno, si damos una mirada general a la película pareciera que se intentó concentrar gran parte de la atención en Miranda, la jefe. En mi opinión Meryl Streep, ha hecho un papel extraordinario, seduciendo al espectador con su sutileza pero generando al mismo tiempo esa reticencia que uno siente ante la arrogancia. Miranda es el reflejo viviente de la moda... representa los pecados de la soberbia y la frivolidad.
Y cuando el diablo se viste de Prada. Hasta donde nos dejamos tentar?

Yo realmente no comprendo como las industrias del fashion invierten millones de euros para confeccionar exuberantes vestidos que finalmente nadie se va a poner. Me pregunto que mueve a la gente a comprar un par de zapatos de dos mil euros solamente porque son marca Prada?
Estoy segura que si quiero darme el gusto de comprar ropa que me vaya bien puedo ir a un sitio normal, donde seguramente encontraré accesorios idénticos a los de Versace o Armani pero mucho menos costosos.
Estamos de acuerdo en que verse linda forma parte de sentirse bien, pero cualquier exceso es malo. También es importante mirar hacia adentro y descubrir nuestra belleza interior, que es lo que finalmente nos identifica y que si la cultivamos, nos durará para toda la vida. Por otro lado, y lo que considero lo más interesante de la película es la repercusión que tuvo la nueva faceta laboral de Andrea en su vida personal.
Muchos de nosotros nos sentimos identificados con el hecho de ir a otra ciudad a buscar un mejor futuro y encontrarse con retos que aunque no estén acordes con nuestros principios y valores son un trampolín para cumplir nuestros sueños. Entonces aparece el interrogante de si se deben aceptar o no estos retos. Y si se aceptan hasta que punto se logra mantener lo que uno es sin dejarse llevar por la nueva alternativa? o... como conciliar estas dos formas de ver la vida?

Después de todo este mar de tentaciones, concluyo que si Andrea no hubiera aceptado este trabajo en runaway no hubiera tenido la oportunidad de sopesar mejor lo que realmente quería hacer en la vida y lo que no.También de reafirmar unos principios que tambalearon en un momento dado.
Como vimos Andrea retornó a su antigua vida, y estoy convencida de que mucho más fortalecida y enriquecida de experiencias, además con un trabajo en una revista que ella misma eligió.