Hace unos meses escribí un artículo para la revista Nabij (Cercano) de la asociación de padres de un hijo fallecido sobre una obra de arte, que según mi opinión, representa la tristeza por la pérdida de un hijo.
Para mí no podía ser otra que la madre del emigrante, una escultura de bronce de 4 metros de altura del escultor Ramón Muriedas. Es una escultura muy expresiva que representa la despedida de una madre a un hijo. La obra está situada en El Rinconín, una zona de viviendas, playas de piedras y restaurantes en el bonito Paseo Marítimo de Gijón en España.
La obra fue encargada por el ayuntamiento e instalada en 1970. Es un homenaje a la emigración asturiana de finales de siglo XIX y principios del XX y a todas esas madres que tuvieron que despedir a sus hijos que emigraban a países desconocidos y que con toda seguridad, no volverían a ver nunca más.
La escultura de la madre del emigrante fue criticada, despreciada y mal entendida, puesto que en aquel momento se valoraban esculturas con otros valores artísticos mucho más tradicionales.
La consideraban horrenda, cabezuda, grande y nada maternal. Para la crítica era una figura que expresaba depresión y horror. Para los habitantes de la zona pasó a ser la Lloca del Rinconín.
La escultura también tuvo su propio proceso de duelo. Padeció abandono, insultos e incomprensión de los habitantes. Físicamente fue maltratada ya que sufrió diversos actos vandálicos como un atentado con bomba que le mutiló parte de los pies o una tormenta que casi se la lleva al mar. Lo peor de todo fue su destierro, sin sitio fijo, como una escultura trashumante.
En 1995 después de su restauración volvió al Rinconín porque sus habitantes la añoraban. Se le quitó el pedestal, se la limpió de oxidación y la colocaron en el centro de la actual plazoleta, sobre una plataforma casi a ras del suelo. Ahora es un símbolo de la ciudad y apreciada por todos los gijonenses.
Aun después de tantos años la madre sigue mirando al mar. De pie, con la mirada perdida y el pelo alborotado por la brisa, vestida con ropa andrajosa, de complexión famélica y desgarrada.
Alza débilmente una mano al horizonte, derrotada y sin fuerzas, desvalida y rendida por esa despedida inevitable. Esta madre está a punto de desfallecer, de caer al mar oscuro y profundo que deja la ausencia del hijo. SIN VéRTEBRAS. CíRCULO D.M.
Bonus:
Entrevista audiovisual de Irene Dammers.
Programa radial Círculo Dilecto 19.11.2021.
En buena hora la máquina del talentoso quehacer del `poeta y gestor cultural Romulo Melendes no se amilana por pandemia la de la Manarini tampoco, en buena hora publique en Amazon tres ensambles de cuentos o relatos breves como nombran los españoles. Un abrazo y recuerda que espero tu novela voy tanto a augurarla que por ahi la escribes.