XXVIII.
Al día siguiente, como consecuencia de eso que otro judío maravilloso, Sigmund Freud, llamó « un acto fallido », a Boconcita se le olvida el código de su tarjeta mágica, aunque yo prefiero decir que un dios, no necesariamente griego, con el sentido del ahorro, se lo borró. Por suerte, antes de venir recibí allá en las Galias una tarjeta mágica dorada o de oro, increíble pero cierto... Francia es la maravilla entre maravillas en muchos sentidos… Yo soy misio, con un sueldo inferior al mínimo, razón por la cual no puedo aspirar a la nacionalidad gala, amén del hecho de que nunca he pagado impuestos, pero hoy poseo una golden card, para endeudarme mejor… Después de varios intentos con códigos aproximativos, renunciamos… Una de las cualidades que más admiro de Boconcita, es su generosidad… Yo también tengo ese atributo, pero, como siempre, exagerando, más que generoso soy manirroto, se acaba la virtud y empieza el defecto… Despilfarrar todo lo que tengo me causa un altísimo placer, aunque después, como buen cristiano, me flagelo…Con airecito triunfal le informo que, a partir de este momento, yo me ocupo de todo, yo pago todo. Obviamente, también elijo las actividades y, sobre todo, los buenos restaurantes, « d’accord, chérie? » La verdad, haciendo cuentas mentales, la plata que recibo me cae el seis… Un dios, sin la menor duda Dionysos Pater Liber, que ignora la astucia de los banqueros, me recuerda que, gracias a la tarjeta de oro, tengo derecho a un endeudamiento de mil euros, qué más pide el pueblo… « On va à la plage Elafonisi » decido… Es una de las playas más hermosas de Creta, su particularidad es la arena rosada, como en ese cuadro de Gauguin… En la avenida aorta principal nos decidimos por Thalia Travel… Obstinada en pagar, Boconcita trata, pero su tarjeta mágica no funciona, acto fallido en marcha, el ida y vuelta a la playa de arena rosada cuesta la ridícula suma de cuarenta u ochenta euros, ya no recuerdo y no tiene la menor importancia, intervengo yo, yo, yo y yo, ¿yo? ¿cuál yo? ¡No hay nadie!... Lo importante es la nueva sensación de felicidad, y en lo que me concierne la felicidad de pagar y de gastar, al final todos pal hueco, para qué llorar, la vida es un carnaval, la belleza de la vida es irrepetible incluyendo la posibilidad de reencarnación… Si existe esa belleza, la reencarnación, en este momento preciso, de puro pedigüeño, le pido a Shiva o a Brahma, a Vishnú o a Parvati, que, en mi vida próxima, me reencarne en mujer, quisiera conocer, de puro curiosito, ese suplicio y esa belleza.
Ya es la hora. Ocho y treinta minutos y algunos segundos aquí, en Creta. Salimos del hotel Elida rumbo a la playa mágica. El bus nos espera. En ese breve trayecto que separa al hotel de la arteria aorta, me acuerdo del Minotauro. El pobre Minotauro no tiene vida sexual, ni con vaca ni con hembra humana, es el solitario por excelencia, como el pobre dios hebreo, cada quien en su laberinto monomaníaco… Avanza el bus perfectamente refrigerado hacia el centro de Rethymon, visión del fuerte ocre, la mar azul záfiro, un cargo rojo escoltado por barquitos (ratones entre las botas de los patriarcas, como diría Lawrence Durrell), gente bañándose, playas dilatadas (como diría Jorge Luis Borges), pongo sus palabras y no las mías, son las que convienen a este momento, soy buen alumno, sólo imito, pero con mi estilacho, lo que me parece esencial, eso es todo, pero con eso me basta y sobra, nueva dilatación de las playas, sombrillas rojas, azules, naranjas, verdes, grises, negras, son hongos en la visión, son champiñones alucinógenos.
Nuevos turistas abordan la nave en el puerto, somos los argonautas… ¡Jasón y los argonautas! ¡Los navegantes de Argos! Recuerdo esto, nueva operación de la máquina del tiempo, es decir de la memoria de esta y de nuestras vidas anteriores, y de nuevo estoy limpiando el polvo de los libros en la biblioteca privada José Carlos Mariátegui, de nuevo veo a las industriosas polillas en estado larval forando túneles, arriba a mano derecha está el rostro del doctor Freud, su gran libro se llama Introducción al psicoanálisis que inútilmente trato de leer, es como si fueran caracteres de griego antiguo, de sánscrito, de arameo, desde entonces unos veinte años debí esperar para degustarlo… El bus regresa a la ciudad, ah, es para enrumbar por un camino preciso hacia la playa de arena rosada… Anoto la palabra Atsipopoulo en mi Moleskine, ah, mi Moleskine que compré de puro mono la primera vez, y que después seguí comprando por su calidad y belleza, aunque la verdad es que lo compré porque estaba convencido de que sería un escritor célebre, como mi recordado Luis Sepúlveda, como Italo Calvino, como Alberto Moravia, como Bruce Chatwin y tantos otros, en fin, cojudeces de mis veinte años que a veces vuelven estilo boomerang, son maniobras de ese animal omnívoro que nos habita, el famoso ego…
Nuestro magnífico chofer, que conoce el trayecto de memoria, es el señor Stavros, Kyrios Stavros. Nuestra guía se llama Olga, el inglés oxfordiano que utiliza es completamente perceptible para mi oreja, en fin, no sé por qué digo oxfordiano si yo nunca he estado en Oxford, así es la mente, uno mezcla y mezcla cojudeces… Colinas blancas, ocres, doradas, marrón claro a mano izquierda, a la derecha Poseidón en carne y hueso, su piel esplendente… Hay una fortaleza turca en la cima de una colina, y me salió la falsa rima, luego una playa interminable, es la bahía más larga del Mediterráneo, dice Olga, la primera está en Malta, fotos por aquí, fotos por allá… Yo también tomo fotos, pero con la visión, la memoria y el alfabeto.
Hay una ciudad antiquísima llamada Xania, tiene 4000 años de existencia, qué maravilla. Aquí, en Creta, las distintas culturas y antigüedades de Turquía y Venecia, como en un pastel histórico, también parecen capas superpuest as… « La recolta de aceitunas se hace entre noviembre y enero » nos informa Olga « aunque la región es muy árida, hay agua subterránea que logran absorber las profundas raíces de los olivares. Por este contraste entre la aridez de la superficie y la humedad subterránea se producen las mejores olivas de Grecia »… Como soy maniático curioso de las etimologías, echo mano a mi Moleskine, desenfundo mi super lapicero metálico, gracias Boconcita, es uno de sus regalos, y anoto las dos palabras, « olive » y aceituna, para buscar sus raíces… Un par de clics y la ciencia me revela que « olive » proviene del latín oliva, y aceituna… « la palabra aceite viene del arameo « zayta » a través de la palabra árabe « az-zayt »… Aceituna proviene del árabe hispánico « azzaytuna », derivado del árabe « az-zaytun », derivado de « az-zayt », aceite, y este del arameo « zaytuna »… ¡Ah carajo! ¡Aceituna proviene de la lengua hablada por el Christos! ¡El famoso jardín de los olivos! ¡El jardín de las aceitunas! ¡El último encuentro con un discípulo, no me acuerdo quién, que se duerme! ¡Que gran cojudo ese discípulo! ¡Mal alumno! ¿Y qué tal si el Maestro lo había elegido para transmitirle una enseñanza ultra secreta?... En fin… « Sabemos que la población de corderos (lambs), ovejas (sheeps) y cabras (goats) es de cinco millones. Se fabrican excelentes quesos, se produce excelente miel de montaña, se produce excelete vino, se produce sobre todo excelente aceite de oliva. Larga y saludable vida tienen muchos cretences gracias a estos productos, hay muchos centenarios que nunca han estado enfermos »… Como mi ignorancia en términos de bóvidos no sabe la diferencia entre oveja y cordero, lo anoto… De inmediato la ciencia me revela que los adultos machos (carneros o rams) llegan a pesar hasta 160 kilos… En lo concerniente a los corderos, son los machitos ovejos de menos de un año, la carne es deliciosa. El cordero proviene de la unión de la oveja con el carnero… ¡Yo pensaba que era con el macho cabrío! En fin, ya me perdí entre tanto bóvido, felizmente el bus avanza diestramente conducido por Kyrios Stavros.
Anoto el nombre de otra ciudad antiquísima, una ciudad puerto, Kyssamos. « Los habitantes de este pueblo se dedican a sus cabras, sus machos cabríos, a sus cabritos, a sus ovejas, a sus corderos, a sus carneros, a sus huertas, a sus jardines, a sus árboles, a sus flores, tienen una vida muy tranquila y viven muy contentos » dice Olga pero me parece que idealiza, lo propio del anthropos es precisamente todo lo contrario, siempre querer más y no estar nunca contentos, pero en fin, cada loco con su tema… De cuando en cuando le hago una caricia a Boconcita y sigo fantaseando con la playa de arena rosada.
Cuando pasamos frente a unas impresionantes estrías en la roca de la montaña, Olga la griega, probablemente de religión cristiana ortodoxa, probablemente educada en Oxford, se autodelata con un significativo lapsus linguae… Como no me canso de repetir para autoflagelarme, el inglés que manejo es bajetón, pero todavía puedo darme cuenta… En lug ar de decir « groove », Olga dice « throat » y esa simple palabra de nuevo me hace ingresar en la máquina del tiempo tal como estoy, sin ropaje ni casco, sin guantes y sin botas, y me recuerda a la actriz Linda Lovelace en la película porno Deep Throath, año 1979, cine Bahía allá en el puerto, que la hizo conocer en el mundo entero… Para mí, el puritanismo protestante y la pornografía es la misma cosa, el mismo movimiento al revés… Ya le llegará su turno, si no le ha llegado ya, para producir su pornografía de gran calidad, probablemente superior a la pornografía protestante debido a la peor represión, que revelará a actrices tan o más geniales que Linda Lovelace, la pionera de pioneras, de las actrices católicas culturalmente hablando… Como un niño travieso trato de borrar todo… Linda Lovelace… Deep Throat…¡Pero no puedo! ¡No sé cómo borralo!... Clico y clico… Un nuevo clic me revela que Linda Lovelace terminó adepta de una secta crística y militante antiporno… En fin… Se flageló… Se paulinizó… Qué importa… Si Boconcita me acepta, que me acepte con todo, incluyendo al adolescente pornófilo que todavía patalea en mis adentros… ¡El sexo es bello! ¡Es la belleza por excelencia! ¡Es el chispazo vital primigenio! ¡Y la pornografía, de preferencia practicada en casa, como todo, puede ser propulsada al rango de arte!... Medio cabeceo, después de tan sesuda reflexión, medio me duermo.
Después de curvas y curvas rozando precipicios verdes, medio emerjo de las aguas del semisueño, estamos llegando a Kastanofolia… ¡Ya llegamos! Pausa de media hora para tomar agua, refrescos, ir al baño, visitar una iglesia… Hay un restaurante, una taberna, una iglesia (pronto sabré que hay dos), algunas casas, y ya… ¡Pero es el paraíso de las nueces! ¡De las nueces con miel! ¡De la mermelada de nueces! ¡Del queso derretido con nueces! ¡De los refrescos y licores a base de nueces!... ¿Nueces o castañas? Olga dice « cheastnuts », o sea castañas, pero mi english de Pedro Navaja pensó en las nueces… ¡Es el paraíso de las castañas!... Las nueces son las « nuts », simplemente. SIN VéRTEBRAS. CíRCULO D.M.
Bonus, para leer como cangrejo, la XXVII vértebra.
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