20180407

La toga de Franco Tidú



No es don Giggio, quien había construido una motocicleta igual a la que usaban los alemanes durante la segunda guerra mundial. Don Giggio reparaba relojes en Villa el Salvador. Para recordar a su querida Italia había impregnado en su fachada una toma de Venecia. Nota del editor D.M. 





Por Rosa ¨Tijeras¨ Albarrán.


Es mi Franco Tidú, somos inseparables, como uña y mugre. Llegó hace treinta años a Ámsterdam y nunca se fue, pero siempre recuerda la tierra que lo vio nacer, Cerdeña.

Le dije: sorpréndeme ésta noche. Me esperaba en su casa con su atuendo de Juez. No es juez, es cocinero, pero le gusta disfrazarse de vez en cuando. 

Luce una gorrita con cuatro moros y una cruz medieval, que representan en su conjunto al escudo de Cagliari. La ciudad de DODO, nombre que usa en el campo de batalla culinario, entre cáscaras de cebolla y restos de mozzarella di bufala.

La toga es negra pero no peluda, cuello fucsia y lleva como adorno una flor cempazuchitl, que en Nahuatl significa flor de veinte pétalos.
Las cucharas bravas simbolizan su apetito voraz, traídos de Indonesia, como instrumento musical.
El traje entero lo diseñé yo, Rosa ¨Tijeras¨ Albarrán, México-Ámsterdam.

Franco Tidú es un mago en la cocina, no se le quema ni el agua. Es un hombre polifacético. Actor amateur nato. Dibuja con tinta y crayón, creando líneas de norte a sur y de este a oeste. Pero siempre termina en el sur, en Ámsterdam Sur. Además es kinesiólogo por inercia, hace unos masajes de pie con caléndula, como ninguno, aunque sus manos sean ásperas como lija gruesa.

Es italiano, pero por mi influencia, es también medio mexicano además de holandés.
Y cantamos juntos, apriori inserta su cassettera bucal...
¨Calavera para Franco, cuida la sopa que si te quema gritará la chema, bomberos vengan que don Franco que es vegano se quedó dormido, a causa de tomar tanto comprimido, tralalala¨.

Le doy un abrazo y me despido de mi gran amigo Franco, sardo, sordo y zurdo. D.M. Moda. CíRCULO D.M.