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Me ofreciste el ajo en la mano
por Luigi Muccitelli.
(Para un chico andino de Boconó, 1959)
En tu descarnada y transparente mano
el ajo me atrajo como una bola de oro
rodada de la cumbre andina
que te escondía el azul del cielo
en la tiniebla de la madrugada.
Tus ojos profundos
reflejaban el miedo en tu alma
y tu desangrado corazón
pintaba una fantasma vagabundo
solitario en tu olvidado valle.
“¡Cómprese un aajo, señor! Mi madre
Está muy enferma!..”
Me ofreciste el único tesoro poseído
de tu árido precipicio mientras
caía en el abismo mi alma
y tu dolor golpeaba en mi pecho.
ۈVaya con Dios, muchacho!
Mi esperanza es la tuya.
(memoria de Venezuela 1957-62)
SIN VéRTEBRAS. CíRCULO D.M.
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