Quiero sentarme a una mesa descomunal donde una enorme familia de casi tres generaciones
se dispone a sentar frente a una colorida y abundante cena de Navidad.
Donde abuelos patriarcas bonachones gozosos esbozan una sonrisa del correteo de los nietos bulliciosos y juguetones.
Donde los hijos con
sabias canas reflexivas inician una tertulia agitada con sus
jóvenes hijos emprendedores sobre
proyectos exitosos. A un lado se
sientan las tias solteronas felices por
sus logros que reemplazaron su
maternidad, Por otro lado llegan
las muchachitas aún inseguras de sus belleza pero muy coquetas y
amigueras, cuyos cuerpos aseguran una maternidad exitosa.
Quiero una cena preparada por esas manos habilidosas de
experimentadas cocineras, cuyas recetas exquisitas guardadas con amor
pasaran sucesivamente de generación en generación.
Quiero que la música suene como un himno que todos súbitamente
comienzan a cantar con copa en mano y que
la algarabia derrame toda la habitación
dando comienzo a la tan esperada cena navideña. La cual reforzará aún
más los lazos de ésta familia tan colorida y exquisita como la cena.
Esas son las navidades que quisiera recordar.... navidades de TV, de película norteamericana, con
actores de Hollywood, con final feliz...The End.
Eran películas que siempre miraba mientras esperaba que mi madre me
llamara a la mesa, cenábamos los dos solitos,
una sopita de pavo y arroz. Sin dejar de ver la película cenábamos hasta
que fuera hora de ir a la Misa de Gallo, yo niño aún me aburría y detestaba ir
a misa para oir un sermón largo y
complicado.
Al regreso a casa mi madre me daba mi taza de chocolate y un
trocito de panetón para luego colocar el bebe de yeso en un pesebrito que era
toda nuestra decoración navideña,y
finalmente me acostaba.
Al dia siguiente al despertarme miraba bajo mi cama, habia generalmente un juguetito de plástico y
un cuentito de unas cuantas páginas, Mi madre sorprendida me decía que Niño
Dios me lo había traído, pero de alguna manera yo sabía que no era así, un niño
no podrá hacer eso, Papa Noel sí, aunque después dudaba porque ese señor solo
hablaba inglés.
Muy silencioso ya
no la escuchaba porque estaba compenetrado a la lectura del cuentito
nuevo.
Cuando llegué a este país, las navidades se me hicieron
inexistentes, sólo lo notaba en el decorado de las tiendas y calles, trabajaba mucho y sólo deseaba descansar y
dedicar mis días navideños para lectura y ver películas .
El Año nuevo era algo que no me deprimía tanto como la Navidad, quizá porque el espectáculo de las
luces y los fuegos articiciales es público, y no importaba donde estuviera
podía verlo de cualquier punto del país, el cielo iluminado y la reventazon ensordecedora me hacía sentir vivo y menos
solo. El espectaculo duraba largo tiempo y al terminar el conteo, toda la gente se abrazaba con cualquiera que
estuviera a su lado, había comenzado el nuevo año, todo lo malo quedaba atrás.
He tenido muchas navidades solitarias y año nuevos que pasé
durmiendo, poco a poco formé mi familia
y he tenido las navidades tradicionales, el estrés de comprar regalos, de
preparar la cena, de adornar el arbolito, de organizar las fiestas de fin de
año, comprar los fuegos artificiales y todo lo demás. He tenido años buenos y años malos, han sido
felices y prósperos, pero también tristes y solitarios. He hecho promesas que cumplí y muchas que aún
no cumplo.
Este año compré
panetón y me preparé una sopita con los restos del pavo que sobró de navidad,
prendí la tv y eché una lágrimas algo que no hacía en mucho tiempo. Felíz Navidad y próspero año nuevo. SIN VéRTEBRAS. CíRCULO D.M.
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