por Romulo Melendez.
A la madre patria llevé un diario del sábado y estando ya en el hotel se me ocurrió escribir algo. Como no había papel en blanco lo escribí en los lugares vacíos del suplemento.
No lo pasé a limpio aún. Una amiga que llegó a casa, ya estando en Holanda, empezó a leer el suplemento. Le dije que tenga cuidado que allí había algo mío. Ella pensó que yo escribía para el suplemento. No, le dije. Lo escribí a mano. Sentí una leve desilusión en su mirada.
El mar
Conocí el mar
la playa
antes de la arena y la lluvia
con temor
aprendí a odiar el agua
cuando escuché los ahogados que se multiplicaban cada fin de semana
sin falta
antes o después de haber comido un ceviche casero o sopa en bolsa de plástico
viví hasta los ventidós frente a una playa maldita
el mar no es mío
no me inspira
ni necesito
dénme la tierra sin ruido
o mejor arena quemante con cachitos y garrapatas de perros sarnosos
prefiero un tanque de agua
donde pueda pararme cuando me canse
y matar cucarachas como cada domingo, después del desayuno. SIN VéRTEBRAS. CíRCULO D.M.
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