De todas las imágenes
realizadas por Theodor de Bry (1528 – 1598), tomaremos la que con el tiempo se
conoció como “El desembarco de Cristóbal Colón”, y que apareció –no sé si hasta
ahora siga apareciendo- en la gran mayoría de libros de historia para graficar
lo que llamamos “El descubrimiento de América”. Esa imagen recorrió sin
problemas varios siglos, pero en su época pudo haber servido como una de las
primeras ilustraciones de propaganda, motivando a a muchos otros aventureros y
navegantes a hacerse a la mar en busca de las tierras y tesoros hallados por
Colón del otro lado del océano.
Días después de haber hablado
en clase sobre este dibujo, un profesor de historia, amigo mío, recibió la
carta de un estudiante que, con el permiso de ambos, me permito compartir aquí
un extracto:
“Lo que me lleva a escribirle es la imagen de Tehodore de Bry, mostrada
durante la última sesion, y los comentarios que al respecto hizo usted. Ese
mismo día, llegado a casa, descargué la imagen y hasta esta mañana en que le escribo,
todos los días le he dado una mirada y cada vez con reflexiones diferentes.
Tal como la escritura del español, en la imagen los españoles avanzan de
izquierda a derecha. En el orden de líneas que se ve en esas tres cuartas
partes del dibujo, yo veo letras. El bastón, por ejemplo, con el cuerpo del
personaje que representa a Colón, forma claramente la letra V, y con esta me
vienen a la cabeza palabras como: Vencer, Valentía, Victoria. La letra está al
medio de la imagen. La domina.
Del otro lado, en esa cuarta parte del dibujo que representa ese “nuevo
mundo”, está el desorden. La posición de los cuerpos no es firme, es más bien
temerosa, pero siempre desordenada, no hay líneas, ni letras; lo que hay es un
tumulto de cuerpos asustados que acercan tesoros pero huyen del contacto.
¿El encuentro entre escritura y oralidad?
Esa imagen es una mentira destinada a convertirse en verdad.”
Hay que decir de una buena
vez, que Tehodor de Bry jamás en su vida puso un pie en América, y que todos
sus dibujos fueron fruto de conversaciones que tuvo con navegantes y demás
personas que habían estado en el nuevo continente. Sin embargo, su
“Desembarco”, se convirtió durante siglos en la imagen oficial del
descubrimiento de América.
Es propaganda. Imposible una
representación tal de Cirstóbal Colón, después de dos meses de navegar sin
saber hacia donde iba ni lo que sucedería, incluso teniendo que sofocar dos
días antes una amotinación de los tripulantes, que temerosos de perderse en
medio del océano intentaron obligarlo a volver a España; después de vivir todo
eso en altamar, es imposible que llegue a las costas así, tal como lo
representa el buen Theodor: bien vestido y afeitado como para asistir a una
fiesta en el palacio real.
Es propaganda. La dócil
actitud de los nativos que se refleja en sus rostros mientras entregan tesoros
en cofres y muestran joyas, anillos e incluso una especie de cornucopia; todos
elementos que existían más en lo que para la época era el imaginario europeo de
riqueza, que en el paradisíaco archipiélago de las Bahamas donde Colón
desembarcó en su primer viaje. Ni colón, ni su tripulación sabían que llegarían
a ese lugar, pero los nativos ya tenían las riquezas preparadas para
entregarlas al recibirlos.
A partir de esta imagen que,
como bien dice el estudiante de la carta, “es
una mentira destinada a convertirse en verdad”, es posible elaborar una
serie de análisis de las relaciones sociales de poder que se han dado y
continúan dándose entre occidente y los paises latinoamericanos, relaciones que
van desde la economía a la educación, pasando por el turismo y la política
hasta llegar a la agricultura y la minería, por ejemplo.
Una imagen vale más que mil
palabras, pero para el caso de “El desembarco de Cristóbal Colón” de Theodor de
Bry, una imagen puede ser capaz de explicar cinco siglos y veinticuatro años. Dependiendo
de la lectura que de ella se haga. SIN VéRTEBRAS. CíRCULO D.M.
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