20160307

NOSTALGIA VIRTUAL


autor: Cucuyo Farfán.

Pertenezco a la generación que creció sin internet, ni correo electrónico, sin chat, sin celular  y completamente sin amigos virtuales.

Recorriendo hoy con mi bici oxidada por callejuelas de esta ciudad que me hospeda mas de veinte años, pasé  por el antiguo edificio, de la ahora, moribunda oficina de correos.
Definitivamente pertenezco a aquella generación que después de mucho tiempo volvía a su tierra para encontrarse con familiares, amigos, a sentirlos y gozarlos  en vivo y en directo.
Era allí cuando nos golpeaba el correr de los años, viendo tantas caras irreconocibles de aquellos niños que dejaron de serlo y otros curtidos y ajados por el tiempo.

Llegábamos como un ekeko, cargados de regalos, novedades y los últimos accesorios que causaban tanta alegria y curiosidad. Contábamos relatos y anécdotas  de otro mundo lejano, sólo imaginable para algunos románticos y extraño e inverosímil para otros.

Recuerdo aquellas cartas, tan esperadas y ansiadas que aumentaban nuestra exasperación cuando se perdian en el laberinto postal. A menudo venían acompañadas de fotos borrosas, muy claras o muy obscuras,  y siempre mal tomadas. Todos esos recuerdos guardados y atesorados en una caja que con el correr de los años se empolvaban o se perdían.

Aún recuerdo la emoción que me inundaba al entrar a una cabina telefónica dónde expendería una pequena fortuna a cambio de unos minutos de felicidad.

En cambio si ahora extraño algo ó alguien?  pues una llamadita o video chat y gratis.
Ya no grito 'vengan almorzar', envío un app.  Veo seguido tv en mi canal de sabor nacional.
osea, el mundo al alcance de mis dedos señores,  pero extraño.

Si, extraño gritar en un teléfono de bakelita  para que me escuchen mal, con interferencia y también escucharles tan lejos, inalcanzables, si, extraño esas horribles fotos, asi como extraño el olor de un guiso que escapa por alguna ventana seguido de un vociferante  ‘vengan a almorzar’.

Extraño a la madrugada  oir una fiesta bullanguera y una sirena que se pierde en la lejanía.
Si, extraño mi país que lentamente se volvío extraño pero no lejano, extraño mis amigos reales y tocables, 


Empezaré nuevamente a recordar, pero con una memoria nueva con megagigas y luego alojaré mis recuerdos no en una caja de zapatos sino en una nube digital. SIN VéRTEBRAS. CíRCULO D.M.