20141130

NEGOCIO

A priori.
Luciano Delillo resucita después de algún tiempo de ausencia. Luciano es un reconocido ex-escritor, ex-vendedor de shampoo, ex-policía, ex-vendedor de gas, ex-pensador y filósofo, ex-vendedor de ceviche  y ex-integrante de CíRCULO D.M. Pero vuelve al ataque, esta vez con un intento de ataque prosaico. A partir de hoy, cada semana escribirá uno ó dos párrafos, sobre una historia que él llama NEGOCIO. Se agradece los comentarios y/o sugerencias para continuar con la historia. Los lectores pueden ser los protagonistas anónimos.
Luciado Delillo no mantendrá correspondencia directa con sus lectores, Los interesados pueden mantener correspondencia a través de d.circulo@gmail.com.

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30.11.2014
La vida es dura, como palo de escoba. De alguna manera tengo que salir adelante. Mi trabajo de puta no es algo que anhelé de pequeña. Ahora vivo en Ámsterdam y trabajo de lunes a domingo en una vitrina.
Mi historia no es triste ni patética. Mi historia es mía y quizás no pueda cambiarla aunque  quisiera. Me llamo Elena pero mi nombre de trabajo es Ligia Elena. Todos me conocen con ese nombre.

Cómo llegué a Holanda es un tema largo y difícil de explicar. Muchas veces invento razones. Tantas veces he mentido que no sé más qué es verdad y qué es mentira. Esto no me importa. Me siento bien contando mentiras y aunque adivino en las caras de las personas que no creen mis historias, no me molesta seguir contando cosas inexistentes. Es mi forma de ser y no me duele que otros se den cuenta que miento.
He aprendido a decir mentiras sin dificultad. Lo digo en forma rápida para que la persona que me escucha no tenga tiempo de respirar. Bombardeo con mis palabras y la persona que escucha no tiene tiempo para reaccionar.

04.12.2014
Conocí a mi marido en las vitrinas. Era un hombre atractivo, no guapo. Cuando entró me dijo: "yo no quiero hacer el amor contigo...sólo quiero acostarme un momento y conversar". Qué imbécil, pensé, quizás sólo tenga que masturbarle y se irá igual pagando. El hombre se quedó dormido sin hacer nada y tuve que despertarle después de cinco minutos para no perder clientela.

Él me dijo que quería ayudarme y se despidió dándome el dinero que habíamos pactado. Me quedé pensando en él todo el día. Él no quiere sexo, vino porque quería tener compañia. Quizás tendría pena verme allí parada guiñando para que entrara la clientela. Tendría acaso penas que olvidar? Se le veía contento y muy arreglado. Trabajaría en una oficina? Tenía los zapatos lustrados, como pocas veces se ve en Ámsterdam. Hasta vi los calcetines que llevaba puestos, de color blanco. No logré ver sus piernas. De pronto pensé que sería un hombre casado y quería un momento de placer pero que cuando estaba dentro de mi habitación se arrepentió y no le quedaba otra opción que tirarse a la cama y hacerse el dormido. O peor que esperaba el momento para robarme. Me quedé pensativa.

10.12.2014
La semana siguiente apareció de nuevo. Esta vez a medio día. Traía consigo una bolsa de plástico, como la primera vez. No preguntó el precio. Se limitó a entrar y yo no supe qué hacer. Allí estaba y no sabía si quitarme la ropa o dejar que se acostara. No dijo nada. Se sentó al pie de la cama y abrió la bolsa de plástico. Había llevado comida para mí. Tres platos diferentes, calientitos.

Comimos silenciosamente. De reojo le vi que la tenía dura. Él sentado al pie de la cama y yo sentada en una silla de plástico. Las cortinas permanecieron abiertas. Algunas personas, clientes potenciales se paraban frente a mi ventana. Yo con mi ropa interior y el con su impecable terno color mostaza.

Cuando terminamos de comer se despidió y dejó todo. En la bolsa de plástico encontré unas hojas escritas a máquina. Se podía leer lo siguiente:

Escritor. Hace dos semanas recibí el tercer manuscrito de mi hermano Rogelio, joven escritor de biografías familiares.
Escribió, esta vez, sobre mi persona. Han pasado tantas cosas en mi vida pero mi memoria se ha vuelto selectiva, Sólo recuerdo las cosas buenas. Las experiencias desagradables las he almacenado en algún lugar de mi memoria, donde no tengo acceso.

14.12.2014
Le pregunté algunas veces cuando te podrías llamar escritor. Es peligroso, hasta cierto punto, decir ser escritor. Genera un tipo de reacción y expectativa. Te podrías llamar escritor cuando hayas publicado un libro o cuando escribas más de cinco horas al día, pretendiendo escribir un libro. O quizás sea absurdo llamarse escritor. No lo sé. Este pensamiento fue corroborado por V.S. Naipaul. Él después de haber escrito cinco libros aún no se consideraba escritor, simplemente una persona que tenía como hobby escribir. Como casi todos Naipaul empezó escribiendo sobre su vida, sobre su infancia en Trinidad, tratando de buscar una identidad hindú, perdida en aquella pequeña isla.

Me quedé pensativa luego de haber leído esta carta. El tipo sería escritor, o tenía un hermano escritor. Tendría acaso ambiciones de escribir un libro sobre mí, mi trabajo?
Me comenzó a interesar más lo que había escrito. En las madrugadas, cuando terminaba mi trabajo me ponía a leer las hojas sueltas que había dejado, seguí leyendo.

San Valentin
No olviden que así empezó
ojo a cuerpo
ojo a ojo
voz a voz
mano a mano
mano a hombros
mano a cintura
boca a boca
mano a cabeza
mano a cuerpo
mano a tetas
mano a genitales
genitales a genitales
....ricooooooooooooooooooooo!!....continuará. SIN VéRTEBRAS. CíRCULO D.M.