20110910

MéXICO LINDO Y QUé HERIDO

El siguiente escrito enviado por Raisa Eunice fue rescatado del portafolio de un alumno de secundaria, de once años de edad, de la comunidad Catzin de Yucatán. Se hizo con motivo de la independencia de México. Sus iniciales podrían ser C.R.C.P. 
Rómulo Meléndez (editor)


Hace ya varios septiembres que nuestro país ha festejado un año más de su independencia. Hacemos algunas fiestas en casa o en la calle, con tacos, salsas, mariachi, tequila, música viva; me gusta porque todos bailan, cantan y llevan sus banderas tricolores. De vez en cuando esas fiestas terminaban hasta el amanecer, cuando ya todos se sabían las letras de la música ranchera, Vicente Fernández o  Chavela Vargas. Al día siguiente siempre iba tempranito al desfile, en donde miles de niños y jóvenes, desde temprano caminaban bajo el sol rajante, los profesores decían que era una muestra de agradecimiento a nuestros héroes de la independencia, a decir verdad, no recuerdo bien sus nombres, pero el desfile era calificación, no podía faltar.
He visto las noticias y los periódicos últimamente, aunque, ya rara vez me interesa. Quisiera a veces ser un desmemoriado, un sordo, para hacer como que no escucho las balas fuera de la casa, las patrullas derrapar por las esquinas oscuras del fraccionamiento “Carrillo Puerto”. Ayer asaltaron al de la tiendita, le llevaron dinero y también refrescos, el pobre señor estaba desolado. Otros días quisiera ser un dios, para mover las piezas de este juego maligno que desata injusticias, violencia y miedo entre quienes vivimos aquí. A mi hermana menor ya no la dejan salir al parque sola después de las cuatro de la tarde, mamá tiene miedo de los “robachicos”, aún así, a veces vamos, los sábados, con papá o con la nana. Debo confesar que andar solo cuando está oscureciendo sí me da un poquito de miedo.
A mí me gusta el lugar donde vivo, voy a la secundaria todos los días muy contento. Los libros me enseñan fotografías de lugares que me gustaría visitar. Quisiera ir a Cancun, la arena se ve muy blanca, y la playa azul, azul; las montañas también me gustan, pero sé que hace frío allá y la verdad cuando hace frío no me dan ganas de ducharme. Mi abuelo decía que la Península de Yucatán tiene comida riquísima, por eso quisiera ir, la tía Josefa baila en un ballet folclórico y dice que su estampa favorita es Veracruz, por alegre, rítmica y entusiasta, a mí me gustan todas, pero mi favorita es la Danza de los Viejitos, de Michoacán, esas máscaras están padrísimas.
En realidad, cuando pienso en los lugares que me gustaría visitar olvido un poco eso de los carteles de narcotráfico, robos, asaltos y las noticias tristes de la TV y el periódico.  En la escuela dicen que hay que hacer las cosas bien y con corazón para que nuestro país mejore, ser buenos, honestos y respetar a nuestros semejantes.  La verdad es que… yo sí quiero a mi país. Es decir, México. SIN VéRTEBRAS. CíRCULO D.M.