En Barcelona las mafias han provocado una epidemia permanente de robos a turistas que las autoridades no saben o no quieren solucionar.
España está a la cabeza de los países que reciben más turistas al año, unos cincuenta millones, más de los habitantes del país. Andalucía, Madrid y Cataluña son tres de las comunidades autónomas más exitosas en esta materia, por eso sorprende que el Ayuntamiento de Barcelona o el Gobierno de la Generalidad de Cataluña no ponga sumo interés en erradicar la epidemia de robos que impera en las calles de la ciudad modernista.
Barcelona merece una y diez visitas, así mismo, el turista, sea español o extranjero, también merece regresar a su casa con el mejor recuerdo de la ciudad condal.
El interior y la boca del metro, las famosas Ramblas y cualquier terraza son puntos clave donde las mafias de ladrones ejercen impunemente. Puedo sentir desde aquí la rabia del político o el policía catalán que lea esto pero señores: ustedes no están protegiendo suficientemente al turista de las mafias especializadas en sus bolsillos y mochilas.
No hay casi vigilancia en el metro, solo a la entrada para garantizar que nadie se cuela, pero una vez bajo tierra o en el vagón, no importa si el turista sufre un saqueo. Así que deducimos que al Ayuntamiento de Barcelona le interesa más que todos paguen su billete que los delitos de las mafias.
¡Es tan frecuente escuchar que a un recién llegado le han robado en el metro sin percatarse si quiera! Es que estos maleantes, también llamados chorizos, se disuelven en la multitud y van bien vestidos, además se comunican con walky talky, actúan en grupo según su país de origen, y lo peor de todo, saben que sus delitos quedan impunes, pues no hay calabozos suficientes para todos ellos, ni dinero para encerrarlos unos meses, ni leyes para expulsarlos.
Fuera de Barcelona, sin remilgos, una banda de rumanos paga su entrada al parque de atracciones Port Aventura, unos 44 euros por adulto, pero saben sobradamente que al acabar el día, habrán echado mano a cientos de carteras de inocentes turistas que se pensaban a salvo en el recinto cerrado. ¿Hay algún policía encubierto dentro del parque? Probablemente no, o no los suficientes.
Es una epidemia esto de los robos a los turistas en Barcelona. Es que no puede bañarse en las playas de la ciudad con tranquilidad y el que lo hace, lo paga; siempre hay alguien al acecho del descuido. Una conocida mía trabaja en la Embajada de Lituania en Madrid y me contaba que la mayoría de las llamadas son de lituanos que han sido víctimas de robo y necesitan algún tipo de identificación, ¿dónde ha ocurrido? Por supuesto en Barcelona.
El turismo es la primera fuente de ingresos en España, que bien pocos tiene en la actualidad. Es un sector fértil y en crecimiento constante. Ciudades tan turísticas como Barcelona merecen mejor reputación y cuidado, y sobre todo, que el visitante vuelva feliz a su hogar y quiera repetir en sus siguientes vacaciones. DISTORSIONES. CíRCULO D.M.
España está a la cabeza de los países que reciben más turistas al año, unos cincuenta millones, más de los habitantes del país. Andalucía, Madrid y Cataluña son tres de las comunidades autónomas más exitosas en esta materia, por eso sorprende que el Ayuntamiento de Barcelona o el Gobierno de la Generalidad de Cataluña no ponga sumo interés en erradicar la epidemia de robos que impera en las calles de la ciudad modernista.
Barcelona merece una y diez visitas, así mismo, el turista, sea español o extranjero, también merece regresar a su casa con el mejor recuerdo de la ciudad condal.
El interior y la boca del metro, las famosas Ramblas y cualquier terraza son puntos clave donde las mafias de ladrones ejercen impunemente. Puedo sentir desde aquí la rabia del político o el policía catalán que lea esto pero señores: ustedes no están protegiendo suficientemente al turista de las mafias especializadas en sus bolsillos y mochilas.
No hay casi vigilancia en el metro, solo a la entrada para garantizar que nadie se cuela, pero una vez bajo tierra o en el vagón, no importa si el turista sufre un saqueo. Así que deducimos que al Ayuntamiento de Barcelona le interesa más que todos paguen su billete que los delitos de las mafias.
¡Es tan frecuente escuchar que a un recién llegado le han robado en el metro sin percatarse si quiera! Es que estos maleantes, también llamados chorizos, se disuelven en la multitud y van bien vestidos, además se comunican con walky talky, actúan en grupo según su país de origen, y lo peor de todo, saben que sus delitos quedan impunes, pues no hay calabozos suficientes para todos ellos, ni dinero para encerrarlos unos meses, ni leyes para expulsarlos.
Fuera de Barcelona, sin remilgos, una banda de rumanos paga su entrada al parque de atracciones Port Aventura, unos 44 euros por adulto, pero saben sobradamente que al acabar el día, habrán echado mano a cientos de carteras de inocentes turistas que se pensaban a salvo en el recinto cerrado. ¿Hay algún policía encubierto dentro del parque? Probablemente no, o no los suficientes.
Es una epidemia esto de los robos a los turistas en Barcelona. Es que no puede bañarse en las playas de la ciudad con tranquilidad y el que lo hace, lo paga; siempre hay alguien al acecho del descuido. Una conocida mía trabaja en la Embajada de Lituania en Madrid y me contaba que la mayoría de las llamadas son de lituanos que han sido víctimas de robo y necesitan algún tipo de identificación, ¿dónde ha ocurrido? Por supuesto en Barcelona.
El turismo es la primera fuente de ingresos en España, que bien pocos tiene en la actualidad. Es un sector fértil y en crecimiento constante. Ciudades tan turísticas como Barcelona merecen mejor reputación y cuidado, y sobre todo, que el visitante vuelva feliz a su hogar y quiera repetir en sus siguientes vacaciones. DISTORSIONES. CíRCULO D.M.
![círculo d.m.[radio]](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjylPuCPDBdLyl5T1X4YcKxCGTSGlPCHdTh1XMCCjLncxLmv7CPkJaClW5_yu1yjg-uF18FzUjucRAUp8UI8fbFs1kl-rWro_ejvxhyRF1IF8AR4t26x5-_laAvps5za-1rvpLLK5vAyIQ/s180/stadsfm.png){kind=small}
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