20110505

EL GUANO DE LA TíA MARIE-TOTTA


Por: Rómulo Meléndez

En los años setenta no había servicios de agua y desagüe en La Tablada de Lurín. La Tía Marie-Totta hacía sus necesidades en una bandeja galvanizada (latón). Usaba este gran recipiente por que otro no soportaría el volumen. 


Había llegado con su familia de Chulucanas y se instaló en una choza en la avenida Sucre. En el amplio patio derramaba sus necesidades afirmando que serviría de guano para sus frijoles negros. En verdad, no crecía nada. Sólo las moscas eran las que acudían a éste gran cementerio escatológico. En aquel tiempo hubo una epidemia de fiebre tifoidea. 


La Tía Marie-Totta decidió hacer un silo que con el tiempo se convirtió en una especie de pantano. Dónde sapos y cucarachas, además de las moscas, se divertían y se alimentaban. Un buen día su hijo mayor Monón llegó borracho a su casa y entrando por el patio cayó en el silo y se hundió en el excremento. Felizmente Monón gritó hasta mas no poder y gracias a su gran cabellera (al estilo Chacalón) fue arrancado del silo por el vecino Don Carlos.


Tres años más tarde SEDAPAL empezó a destruir las pistas de asfalto que recién acababan de hacer, para instalar las grandes tuberías para el desagüe. Las pistas de asfalto jamás se repararon por lo que gran parte de las calles siguen siendo de arena, muerta.


La Tía Marie-Totta tiene, ahora, un baño como todo el mundo, pero se sigue limpiando el trasero con papel de periódicos(diarios) pasados. Es más barato que papel higiénico. CAVILACIONES. CíRCULO D.M.