20101112

HARRY MULISCH (1927-2010)


(in memoriam)

A Harry Mulisch le gustaba tomar vino tinto dulce. Su apariencia no era la de un escritor si no la de un dandy, larguísimo, siempre bien vestido con su pipa y su perro salchicha. El lado artístico lo heredó de su madre y el pesimismo de su padre.

Coincidimos algunas veces cerca del Leidseplein, donde vivía. Otras veces tomando café al costado de Oger en el P.C. Hooftstraat. Le gustaba que la gente le observara. A escondidas y en voz baja se escuchaba su nombre. A veces se paraba detrás del Hard Rock Café para ver a los turistas. Nadie le reconocía. Parado, como una garza, fumaba su pipa mientras que su perro salchicha hacía sus necesidades en medio de la vereda. Nunca lo vi agacharse para recoger el excremento de su perro. Ningún policía se atrevía a llamarle la atención. Era Harry Mulisch.


Harry Mulisch escribió muchos libros pero el más rápido y autobiográfico es DE PUPIL, que escribió al hilo en tan sólo tres semanas. El libro trata la vida de un joven que se prepara para ser un gran escritor.

En el colegio era un alumno mediocre pero estaba completamente seguro que era un genio. Lo único que no sabía era en qué.



A los dieciocho años empezó a escribir y se dio cuenta que su genialidad era esto, escribir. Lo que haría el resto de su vida, sesenticinco años. Le fascinó siempre la idea de crear. De hacer algo que aún no existía.

En una entrevista le sugerieron interpretar un pasaje de uno de sus libros. El se negó rotundamente aduciendo que ésto es labor de los críticos y lectores. En caso de que lo haría se convertiría en un impotente literato.


En el Americain tomaba siempre su primera taza de café, donde también conoció muchas mujeres que levantaba con regularidad.

Harry Mulisch siempre escribió omitiendo cualquier labor paralela. Muchas veces sus mujeres de turno lo mantenían. El sólo escribía. Su frase favorita era: lo haces o no lo haces. Tuvo si una breve experiencia laboral, en sus inicios, con el único fin de ganar un poco de dinero para comer. Trabajó en una oficina postal, de actor y de cantante de ópera. A éstas experiencias llamaba Harry Mulisch incidentes.

La gente me leerá también de aquí a cien años, decía Harry Mulisch, con cierta frecuencia.La idea de ser inmortal le fascinaba. En sus obras el destino y el azar fueron elementos esenciales. Su edad mental se quedaría para siempre en diecisiete años. La edad más creativa del ser humano. SIN VéRTEBRAS. CíRCULO D.M.