20100710

CONTIGO PERO SOLA


por: Karina Miñano
Echada a su lado,  miraba la espalda desnuda de su marido. Como otras veces reprimió el deseo de tocar y besar sus hombros, de pasar el brazo por debajo de su vientre buscando el calor, la respuesta y la complicidad del hombre con el que había compartido la cama por más de cinco años. Él a su lado echado de costado, dormido o tal vez fingiendo el sueño a la espera de que ella, su mujer, cayera dormida y que la noche pasara tan rápido como el viento. Ella también así lo quería, pero esa noche no podía dormir. Con la luz tenue imaginó que las manos de su marido la tocaban. Con solo pensarlo sus pezones se erectaron y una sensación de frío y calor recorrió su piel haciéndola estremecer. Lo había pensado tantas veces y tantas veces se sintió culpable. Rechazando la idea de masturbarse mientras su marido dormía. Pero esa noche ella no podía soportar el calor, el deseo, la culpa, la desilusión. Se volteó quedando tumbada de espaldas y recorrió su propio cuerpo con sus manos, pasando rápidamente del pecho a los senos, pezones, vientre y finalmente al clítoris en donde estacionó el recorrido y presionó con fuerza sus dedos para iniciar movientos lentos y circulares. En silencio, con miedo de verse descubierta, Carolina sentía los espasmos próximos al orgasmo poniendo atención a los ronquidos y movimientos de su marido con el temor a despertarlo, reprimiendo los gemidos y controlando las convulsiones. Hasta que el orgasmo llegó, pero no llegó solo. Se tapó la boca para ahogar los sonidos y evitar que su marido despertara. Respiró profundamente para controlar los movimientos involuntarios de su cuerpo y cuando la calma volvió, regresó el sentido de culpa, la desilusión y la amargura. Esta vez las lágrimas mezcladas con el sudor y la colera que se iban reflejando en su rostro le decían que ella no era culpable y que por el contrario el único culpable era el hombre que dormía a su lado. Una vez más recordó que ese hombre, su marido, no la tocaba, no la deseaba, no sentía ganas de hacerle el amor y lo que era peor no le daba una explicación clara de lo que le pasaba.
Sofía vive al otro lado del charco, en un país latinoamericano donde el calor puede ser tan insoportable como el frío. Pasó un año en la cárcel por intento de asesinato. La víctima según el fiscal: su marido. Según la defensa: Sofía.
Tenían apenas tres años de casados y hacía uno que él había decidido no tener sexo con ella.
Según él, el deseo se había apagado. Sofía olvidó los recatos y se tomó a pecho el dicho popular que una mujer debe ser una dama en la sociedad y una puta en la cama. Según sus propias palabras hizo de todo para motivar a su marido: bailó, se disfrazó, compró lencería cara, se depiló todo lo que pudo, leía y buscaba tips por internet para atraer la atención y el deseo de su marido. Pero nada funcionó, a cada intento una frustración. Solo tres veces le preguntó qué le pasaba. Y la respuesta fue siempre la misma: no habían ganas y punto, sin discusión. Sofía no lo comentó con nadie y mientras el tiempo pasaba, su autoestima bajaba haciéndola sentir fea, gorda y sin motivación para nada. Cuando el año del forzado celibato pasó no pudo más y fue su madre la primera en enterarse. Para la madre de Sofía el asunto estaba claro. O era gay o tenía una amante. Sofía estaba convencida de que su marido no era gay, pero no podía decir lo mismo respecto a la posibilidad de que tuviera una amante. La duda entró en su corazón y en su cabeza. Desde ese momento empezó a vigilar y analizar cada uno de sus movimientos. Las conversaciones constantes con su madre no hicieron sino incrementar cualquier duda y « la otra » convivía con ellos, él sin saberlo.
Luego de un partido de fútbol, Joaquín se fue a celebrar con los amigos, esa noche habían chicas en el bar, más que de costumbre. Joaquín ya lo había intentado muchas veces con prostitutas y « amigas » pero no podía, no por falta de deseo sino que simplemente no podía conseguir una erección. El macho que llevaba dentro no le permitió comentarlo con sus amigos cercanos, familiares y muchísimo menos con su mujer.
Esa noche, luego de la fiesta, regresó a casa con olor a cerveza y a mujer. Sofía no lo pudo soportar, sacó un cuchillo, las lágimas no le dejaban ver con exactitud en dónde clavar. Quiso hacerlo en el corazón pero tuvo miedo, luego pensó en el estómago pero no tuvo fuerza. Decidió que lo mejor era el cuello. Y cuando estaba cerca, Joaquín medio dormido se dio cuenta de lo que pasaba y empezó a gritar como loco alertando a los vecinos quienes llamaron a la policía mientras Sofía lanzaba cuchillazos amargos y dolidos en todas direcciones haciéndole pequeños cortes a su marido en los brazos, hombros y piernas.
No recuerda cómo pero unos brazos la detuvieron. Le quitaron el cuchillo y la hicieron salir del trance en el que estaba, dejándola en la confusión que la llevaría a pasar un año en la cárcel.
Ella no podía creer que todavía existieran hombres que prefieren esperar a estar casados para tener sexo con sus parejas. Margarita conoció a su marido por internet; cansada de tantas desilusiones y engaños decidió probar suerte con algún extranjero. Así conoció a Maurin, dos años mayor que ella, atractivo con un buen puesto en una empresa, con una familia bien compuesta y con casa y auto propio. Los besos de enamorados y de novios siempre fueron ardientes, apasionados y la dejaban con la miel en los labios porque Maurin le había dicho que la respetaría. Más de una vez Margarita quiso mandar bien lejos al respeto y lanzarse sobre su pareja pero el miedo a perderlo pudo más. Tuvo miedo y prefirió callar a decirle que ella ya no era virgen, que incluso estando con él había aceptado un encuentro casual y fugaz con uno de sus ex solamente para apagar el fuego que Maurin encendía en ella.
Tanto fue el miedo que Margarita se realizó el « punto de oro », una conocida operación que consiste en reconstruir el himen para que la mujer parezca ser aún virgen.
Durante la noche de bodas Maurín bebió demasiado, tanto que se quedó dormido ni bien puso la cabeza sobre la almohada. La luna de miel consistió en actividades en grupos al campo libre por lo que siempre había un pretexto para dormir temprano debido al cansancio. Así pasó el tiempo y Margarita seguía « virgen ». El trabajo, la mudanza, el viaje, la integración, todo era un pretexto para no tener ningún acercamiento más allá de las caricias. La pasión de los primeros besos se apagó. Hasta que ella no soportó más la situación y una noche en la que el calor le había subido la temperatura se propuso « atacar » el problema. Lo que ella no esperaba fue la reacción de Maurin: asco, náuseas, vómito y diarrea.
El diagnóstico: fobia al sexo. Diagnóstico que la sumió en depresión. Pero el amor y la compasión se confundieron y la ayudaron a determinar que seguiría a su lado a pesar de todo.
Carolina ha empezado a dudar del amor, de sus sentimientos. Está segura de que su marido no tiene una amante. Es un hombre maravilloso. Han hablado del problema. Han llorado juntos. Él prometió una y otra vez buscar ayuda. Fueron juntos a un terapeuta sexual que nunca entendió el problema. « Al principio pensé que era yo, que ya no le era más atractiva, que no le gustaba. Se me partía el corazón cuando me daba cuenta que él se había masturbado, que prefería masturbarse a estar conmigo. Me la pasaba de mal humor y tenía depresiones constantes. Delante de la gente todo parecía bien, pero era una tortura cada vez que iba a la cama. Creo que para él también ».
Después de promesas incumplidas, decepciones, inseguridades, el amor se enfrió. Ella ya no reprimía el deseo de abrazar y besar a su marido simplemente éste ya no afloraba. Decidió mudarse. Ahora se siente un poco renovada. Sabe que es lo suficientemente atractiva para gustar a otros hombres, se siente satisfecha consigo misma, ha recuperado su auto-estima.  Su marido ya no está con ella. Pero él se ha prometido reconquistarla. Y ella tal vez le de otra oportunidad.
Su marido reconoció que es impotente y fue una verdad tan dura para él como para ella. A su vez, Sofía reconoció que los celos inducidos por su madre la cegaron. Él retiró toda denuncia pero aún así Sofia tuvo que pasar un año en prisión. En ese tiempo el divorció con causal agravante fue sentenciado rápidamente y ella volvió a la fila de solteras. Acaba de ser liberada y ha decidido aconsejar en lo que pueda a las miles de mujeres latinoamericanas que buscan soporte en los foros, mujeres con el mismo problema que no son capaces de hablar con sus amigas o familiares porque las causas solo serían dos: homosexualidad o infidelidad cuando la verdad puede ser más terrible.
«No quiero que haya otra Sofía en la cárcel. Los hombres latinos no hablan de este problema con facilidad. Sienten vergüenza y mucho menos lo hablan con sus parejas. Y nosotras que los amamos no entendemos qué es lo que les pasa y nos culpamos de la situación, sufrimos y nos resignamos ».
Pasaron ocho años y Margarita seguía « virgen ». Las oportunidades de buscar un amante nunca faltaron pero ella había decidido mantenerse firme y cumplir su promesa. Hasta que Jonas apareció en su vida. No pudo evitarlo. Habían sido años de una vida de amigos, de hermanos pero no de pareja. Se alejó de Jonas, volvió a verlo, se volvió a alejar. Pero al final la pasión contenida despertaba en su cuerpo a cada acercamiento del que ahora es su pareja. « La separación fue muy difícil. Maurin me manipuló. Me amaba realmente pero yo había dejado de amarlo hace mucho y estaba con él por el cariño y por la promesa que le hice. Ahora soy feliz. Jonas es un hombre que me desea y que me hace feliz en cada encuentro »,
Hay hombres que nunca hablan de sexo. Hay hombres que tienen miedo al sexo. Hay hombres que tienen miedo al orgasmo. Otros que sufren de impotencia, fobias o traumas psicológicos. Y hay mujeres que sufren el rechazo, que ven como su auto-estima se va deteriorando e inevitablemente ven morir al amor que los unió. Lo peor es que muchas se sienten culpables y piensan que deberían ser más pacientes y esperar el milagro que nunca va a suceder. Otras apuestan a todo. Y otras, luego de mucho tiempo deciden terminar el suplicio y comenzar una nueva vida. DEBAJO DE LA PLUMA. CíRCULO D.M.