20090429

máxima, de argentijnse jaren



por: Luciano Delillo


Máxima, de Argentijnse jaren
Gonzalo Álvarez Guerrero / Soledad Ferrari
Editado por Carrera

Normalmente damos a conocer literatura ó libros que nos parecen interesantes. No pensé en esto cuando cayó en mis manos Máxima, de Argentijnse jaren, que fue criticado en algunos diarios holandeses porque algunos datos no son correctos, datos sobre todo de la época en que Máxima estaba en Holanda.
El libro se lee como una historia en forma cronológica con diminutos saltos al pasado.
Carmenza, la abuela de Máxima es la persona que más anhela un status social acorde a sus ilusiones. Estas ilusiones se desvanecen al convivir una de sus hijas con un hombre casado (oficialmente), llamado Jorge, el futuro padre de Máxima.
El enfásis de vivir como gente aristocrática sin tener los recursos económicos es un tema que Máxima limita y a veces pone triste, sobre todo en la pubertad de Máxima, dónde con frecuencia van a Bariloche, una casita de madera es el reino de sus vacaciones, donde esquía con indumentaria heredada de primas y otros familiares cercanos.
En el prestigios colegio inglés, Máxima come, en las pausas, sus panes y sánguches preparados por su madre. Los otros colegiales comen en la cantina del colegio.

La aceptación de la abuela Carmenza para con el padre de Máxima empieza paradoxalmente cuando éste ocupa un cargo en el gobierno de Videla. Éste cargo sería la razón más tarde para no poder estar presente en el matrimonio de su hija, en Ámsterdam.

Máxima, la muchacha gordita que era muchas veces criticada por su madre es ahora princesa y las amigas de ayer siguen siendo sus amigas...