20070507

sin vértebras




LA SERPIENTE CON PIEL DE COCODRILO

Esta es la singular historia de una serpiente que cubría su cuerpo con piel de cocodrilo. Dicen que una malvada bruja le había quitado su piel y sus colmillos para completar un hechizo que nunca pudo realizar. La pobre serpiente andaba sola por los campos y montañas evitando ser vista. Una vez que estaba tomando el sol cerca de una roca, se le acercó un puerco espino y la confundió con una nueva especie de serpiente.

___¿De qué planetas vienes?
___Del planeta de más allá del sol.
___¿Planeta más allá del sol? ___repitió el puerco espino__. Nunca he escuchado ese nombre en ninguna parte.
___Es un nuevo planeta __prosiguió la serpiente, __donde están las más feroces serpientes del universo.

El puerco espino se apartó con desconfianza de la serpiente.
___¿Qué me haces si te ataco?__ le preguntó el puerco espino.
___Te mataré sin contemplación.
___¿Así de fuerte eres?
___Así de fuerte soy ___dijo la serpiente con absoluta convicción.

El puerco espino, alarmado por tan segura afirmación, huyó del lugar antes que la feroz serpiente lo atacara. La serpiente, una vez se cansó de tomar el sol, emprendió el camino de regreso a casa y antes de que cayera la noche llegó a su refugio: un gran árbol de cedro donde dormía y se guarnecía de los aguaceros. Pero la serpiente no vivía sola, ella compartía el árbol con una pareja de canarios llamados Cucalón y Cucalona. Eran tan buenos amigos que la serpiente nunca los atacaba y compartían todo lo que poseían. Pero la serpiente no era feliz porque no tenía su piel original y por eso sufría mucho. La serpiente se llamaba Biborona y era muy astuta y lista y cuando se veía en peligro porque la confundían con un malformado cocodrilo decía: “Soy una serpiente del planeta mas allá del sol, donde están las más feroces serpientes nunca antes vistas.” Y así ahuyentaba a los enemigos, como lo hizo con el puerco espino. Pero como les decía, la pobre Biborona sufría mucho y evitaba reunirse con las demás serpientes por temor a ser discriminada. Sólo tenía la amistad de los canarios, pero ella lo que más añoraba era conseguir un amor, sin embargo, sabía que sin tener su propia piel era muy difícil que algún pretendiente se le acercara... y así seguía su vida.

Una hermosa mañana de octubre, cuando el campo estaba lleno de mariposas con un sinfín de colores y todos los árboles y arbustos estaban vestidos de verde, la serpiente desde su árbol de cedro descubrió un hermoso ejemplar de cascabel macho. Su corazón empezó a latir muy fuerte, tanto que pensó: “Dios mío, ¿será taquicardia?”. Pero no era taquicardia: era que su corazón se sentía inclinado por semejante belleza masculina. El macho cascabel tenía un corbatín negro con un punto rojo natural en el cuello y su cola terminaba en un fuerte color verde. Los anillos que conformaban su larga y elegante figura eran negros, rojos y plateados. ¡Vaya si era apuesto el condenado! Nuestra amiga, incapaz de acercársele debido a su postiza piel, sólo lo miraba desde el árbol sin atreverse a coquetearle por temor al rechazo. ¡Pero qué hacer! ¡Uno así le había recomendado el doctor Chucutrú en su última visita! El atractivo cascabel se llamaba Casbel, quien en los momentos en que lo descubrió Biborona, daba un paseo por el campo para estirar un poco su cuerpo.

Biborona se quedó extasiada contemplando a Casbel y no notó que la rama del árbol en la que estaba apoyada tenía una hendidura por un lado. De repente, sintió el golpe de su cuerpo al estrellarse contra la dura tierra. Aturdida, no sabía qué decir y el sorprendido Casbel apenas abrió la boca por el susto recibido.

___¿Quién eres? __preguntó Casbel, una vez superado el susto.
___Soy Biborona, digo, su alteza Biborona, porque soy la reina de mi planeta.
___¿Reina?! ¿De qué planeta? ¿Y por qué estás vestida así?
___Porque esta piel es la que me distingue de las demás, por mi alcurnia de reina.

¡Con las que había salido la astuta Biborona! Pero Casbel no era tan tonto y quiso saber más acerca de la serpiente. Así que le preguntó un poco intrigado:

___Vienes de un planeta diferente a éste... ¿queda cerca de aquí?
___No señor, mi planeta queda del otro lado del sol.
___¿Entonces cómo hiciste para venir desde tan lejos?
___En mi nave espacial, pero me accidenté y caí en este planeta tan triste.
___Este planeta no es triste.
___Bueno, para mí sí lo es ya que en el mío todos somos amigos y reímos constantemente de la felicidad.

La astuta Biborona lo único que quería era llamar la atención de Casbel.

___¿Me puedes hablar más de tu planeta?
___Por supuesto, somos tan felices que allá nadie ataca a nadie, ¡mira!
Y diciendo estas palabras, la serpiente mostró sus encías sin colmillos a Casbel.
___¿Ves? no necesitamos colmillos porque no nos atacamos y respetamos la vida de los demás; así que tan pronto nacemos nos quitan los colmillos para no tener la tentación de atacar por instinto.

Casbel se mostraba sorprendido. El no podía creer que una serpiente no tuviera con qué atacar y defenderse en caso de ser agredida. ¡Así que la astuta Biborona estaba consiguiendo lo que quería: llamar la atención del apuesto galán! Los canarios habían llegado al árbol y desde lo alto eran testigos de la escena que se desarrollaba abajo. Apenas podían contener la risa porque ellos sí sabían la verdadera historia de la serpiente y también sabían lo sola que se sentía Biborona al no tener un novio a quien brindarle todo el amor que ella poseía. Mientras los canarios reían, Biborona había logrado entablar una pequeña amistad con Casbel.

___Si de pronto llegamos a entendernos como amigos te llevaré a mi planeta para que conozcas todo lo que allí poseemos.

La verdad, Casbel se veía muy convencido y hasta se le notaba ansioso de poder cultivar la amistad con Biborona.

___No tenemos que correr; yo tengo tiempo para permanecer en tu planeta mientras arreglan mi nave ___dijo Biborona, dándose un aire de gran señora.
¡Vaya mentirosa que había resultado! Pero hay un adagio popular que dice “Que en la guerra y el amor todo se vale” y como lo que realmente buscaba Biborona era lograr el amor de Casbel... tenemos que dejar a ver hasta dónde logra llegar.

___Yo, como reina de mi planeta, por necesidad, tengo que conseguir un rey; y ahora que por accidente caí en este planeta, voy a tratar de lograr que algunos interesados se anoten en mi ya larga lista de pretendientes.

¡Pero por supuesto que Casbel estaba interesado en anotarse en tan apetecida lista! ¡Ni más faltaba!

___Yo quiero anotarme, si su alteza me lo permite ___dijo Casbel.
¡Su alteza! ¡Ya hasta le llamaba con trato de reina!
___No, no tienes que tratarme con tanto protocolo. Yo, a pesar de ser reina, soy muy, pero muy modesta y prefiero que fuera de mi reino me traten lo más normal posible.

¡Ja! ¡Lo que faltaba: qué modestia la de Biborona! Así que ese día
Biborona dejó convencido al bueno de Casbel de ser una serpiente reina. También le dijo que los canarios eran sus guardaespaldas y que por eso estaban atentos a todo lo que tuviera que ver con ella.. Luego, Biborona les contó a sus amigos todo lo que había tramado allá abajo. Aunque los canarios no estaban de acuerdo con ella por las mentiras utilizadas, aceptaron a ver si por fin encontraba un compañero a quien brindarle todo el amor que llevaba dentro.

Bueno, días van y vienen y la amistad de Biborona con Casbel iba creciendo y fortaleciéndose hasta el punto que ya andaban paseando por el bosque. El se sentía muy orgulloso de mostrarse con Biborona, y cuando intrigados los otros animales querían saber por qué Biborona, en vez de piel de serpiente se envolvía en una de cocodrilo, orgulloso decía: “porque es una reina, ¿no lo notan?”. ¡Y Biborona feliz!; ella sí que no se cambiaba por nadie.

Siempre he respetado a las serpientes, pero ahora no sólo les tendría respeto sino también mucha admiración ya que Biborona era tan ágil de pensamiento e invención, que me asombraba.

El día anhelado había llegado. Casbel le pediría a Biborona que fuera su novia formal, pero él tenía temor que ella lo rechazara por no pertenecer a su nivel social. Pero como dicen por ahí: “la peor diligencia es la que no se hace”... ¡y él era un cascabel macho muy decidido! Biborona estaba sentada tejiendo unas medias para los canarios ya que en las noches sentían mucho frío en las patas. “Este obsequio es para agradecerles lo buenos que son conmigo”, les decía Biborona. Los canarios estaban felices porque pronto alejarían el frío de sus patitas. Cuando Biborona descubrió la presencia de Casbel se turbó toda y escondió el tejido. Pero era muy tarde: Casbel la había visto.

___Yo no sabía que las reinas tejían.
___En mi reino, una reina debe saber de todo para estar preparada para la hora del casamiento.
___Entonces quiere esto decir que ¿te podrías casar con uno que no sea rey?
___No creo que me lo permitan; sólo si realmente llego a estar enamorada del susodicho. Pero para esto, me tendría que cortejar como Dios manda.
___¿Y cómo es que Dios manda? ___preguntó el azorado Casbel.
___Bueno, los detalles son muy dicientes, además de la galantería y otras cosas que hay que sentirlas para expresarlas.
___Yo simplemente quiero que me permitas visitarte como novio.

¡Pero qué palabras mágicas había dicho Casbel! A Biborona el corazón le daba vueltas como manecillas de reloj y todo el cuerpo le temblaba. ¡Ella no podía creer que semejante elegancia de macho le estuviera pidiendo que fuera su novia! Pero como toda dama que se respete, no podía aceptar de buenas a primera, así que ella daría los titubeos adecuados a las circunstancias.

___¿Qué dotes tienes para ofrecerme?
___Primero, mi corazón, y después todo mi trabajo para el sostén de nuestra familia __respondió Casbel.
___Como reina, comprenderás que debo exigir dote del pretendiente, pues mi riqueza es inmensa.

¡Se estaba pasando mucho Biborona! Tal vez era que estaba tomando muy en serio su fingido papel de reina. Pero el ingenuo de Casbel no dudaba de ella.

___Yo podría ahorrar desde ya para cuando me lleves a tu planeta tener algo que mostrar ante tu familia.
___Bueno, eso lo pensaré. Me tienes que dar tiempo para dar el sí a tu propuesta.

La astuta Biborona solo quería impresionar al tonto pretendiente, quien sin darse cuenta había caído en su juego. Después que Casbel se marchó convencido que Biborona iba a pensar en su oferta, la serpiente daba brincos de la alegría. ¡Ella, una serpiente sin piel había logrado que un hermoso cascabel macho la cortejara y hasta esperaría que ella tomara una decisión! ¡No lo podía creer!

___Todo lo has logrado con mentiras __le reprocharon los canarios ___. ¿No te das cuenta? ¿Te has preguntado que ocurrirá si Casbel descubre que eres una pobre serpiente sin piel y nada más; Que el tal planeta no existe y que no eres rica?

No, la verdad, Biborona solo pensó en conquistar a Casbel, pero en ningún momento se detuvo a pensar en las consecuencias si él descubría la verdad. Se quedó pensando un rato y después repuso:

___Ya sé. Diré que mi nave nunca se arregló, y que me tengo que quedar aquí con ustedes por el resto de mi vida.
___¿Tú crees que él no se dará cuenta?
___Creo poder convencerlo __les respondió Biborona.

Pero muy dentro de ella temía perder a su conquista; así que tendría que pensar en qué inventar más tarde o estaría por siempre sola, muy sola. En la noche se quedó mirando la luna que se vislumbraba entre las ramas del árbol y le preguntó:

___Lunita, ¿te has enamorado alguna vez en tu vida de luna nueva?

Pero la luna estaba muy lejos y no la escuchaba, por lo tanto no le podía responder. “¿Qué hacer?, ¿Qué hacer?” Era la pregunta que le daba vueltas en la cabeza. ¡Ya! Iría donde la hechicera de las serpientes, una boa muy vieja que vivía en un lago cercano al sitio donde estaba Biborona. Pero eso sería el día siguiente porque ya era muy tarde y le daba miedo andar sola por esos parajes.

Al día siguiente le contó a los buenos canarios que tendría que buscar un hechizo para no perder a Casbel tan pronto éste se enterara de la verdad. Los canarios esta vez tampoco estuvieron de acuerdo con su amiga, pero nada le dijeron. Biborona partió en la mañana muy temprano a buscar la ayuda de la vieja bruja boa. Se metió por caminos pantanosos, impregnados de cuanto animal existía sobre la tierra. Orgullosa avanzaba entre ellos, quienes se miraban extrañados al ver una serpiente con piel de cocodrilo; algunos le preguntaban: “¿quién eres?”, y ella respondía: “Una reina”. Algunos se burlaban de ella; otros respetuosos, se inclinaban a su paso, y así anduvo hasta que llegó al refugio de la gran boa hechicera. Cuando entró, la boa estaba engullendo un ratón, rápidamente terminó y al ver la rara especie que tenía frente a ella le preguntó:

___¿Y tú, quién eres?
Biborona la miró con ojos suplicantes y le respondió:
___A tí no te puedo mentir. Soy una pobre serpiente con piel de cocodrilo, quien se encuentra a punto de perder a su amor por una mentira.
___Vamos por partes__dijo la boa, irguiéndose intrigada.

Biborona le contó su historia y lo que tuvo que inventar para conquistar a Casbel.
___Las mentiras sólo traen más mentiras ___dijo la boa.
___¿Pero qué podía hacer? ¡Si lo vieras! Es tan apuesto... tan galante...
___Tienes que ser muy sincera con él y contarle la verdad. De nada te valdrán los hechizos que te ofrezca porque contra la mentira sólo reina la verdad; así que si él te quiere como eres, no tendrá en cuenta cómo luces, ni tu pobreza. Cuando se ama de verdad no cuenta nada, sólo el amor; y si te deja una vez se entere de todo, entonces no te quería por ti, sino por quien fingiste ser. ¡Y eso, mi querida amiga, no es amor: se llama interés!

Biborona entendió lo que le dijo la boa, y pensativa, regresó donde sus amigos los canarios. Les contó todo, y ellos también estuvieron de acuerdo en que le dijera la verdad a Casbel. Pero ella se preguntaba cómo contársela sin perderlo. Al día siguiente cuando llego Casbel a visitarla, la encontró llorando y muy triste.
___¿Qué tienes? __le preguntó.
___Nada, sólo lloro por la desgracia de la que me he enterado hoy. Mi planeta ha desaparecido porque lo acabaron nuestros enemigos del planeta vecino y me he quedado muy sola.
___Pero... ¿cómo te enteraste?
___Un emisor pudo escapar y me lo contó por medio de una boa hechicera.

Casbel, compungido, la abrazó y le dijo que no llorara, que podía contar con él.

___Pero ahora ya no soy una reina; sólo soy una pobre serpiente, sin más nada que la piel de cocodrilo que tengo.
___Pero a mí no me importa que ya no seas reina. Sólo quiero tener una buena compañera a mi lado. Claro que tendrías que vivir con un pobre sin ningún abolengo. Si tú aceptas eso, yo te lo podría brindar.

La emoción que embargaba a Biborona la tenía atónita. El la quería por lo que era y nada más. Felices se abrazaron y se prodigaron besos y caricias. Los canarios, desde arriba, la miraban complacidos. Biborona había inventado una mentira más para justificar la verdad.

Casbel le propuso matrimonio a Biborona, y ella, feliz aceptó. Se casaron una soleada tarde de abril; para ser exactos, el tres. Biborona quiso retirar la piel de cocodrilo para lavarla, y los amigos canarios le ayudaron con sus picos. Pero, ¡oh sorpresa! debajo de la piel de cocodrilo había nacido una nueva y hermosa piel que Biborona ignoraba que existía. ¡Se veía espléndida con su propia piel nueva y brillante! Era el día más feliz de Biborona. Los canarios fueron los padrinos de la boda y le cantaron una hermosa serenata. La pareja vivió muy feliz y tuvieron tres hijitos, a los que Biborona les enseñó a nunca mentir y siempre decir la verdad; mientras ella en lo profundo, guardaba una mentira que le ayudó a conseguir su felicidad.

©2007, Amanda Barrera Manga