Ultimum remedium. La poesía como alternativa para aliviar, para sanar, para seguir estando vigente, para durar más que las cosas. En la voz en off de Oscar Darío Velásquez Lugo no profundizamos en el hermetismo de Juan C. Tajes. Música de fondo: fragmento de "Claro de Luna" de Beethoven. Luctor et emergo. R.M.
Oscar escribe: no se necesita leer el poema tres veces para sentir incrustarse en la piel. Este poema testifica una de las tantas razones para escribirlas, mella, introspección, reflejo, advertencia, estado, catarsis, integridad...
Cuerpo doliente
Mientras me tortura el cuerpo,
me cuesta concentrarme
en el dolor de otros cuerpos.
Desprecio la injusticia
y abomino de la hipocresía
del “silencio estratégico”.
Ya escribí demasiado sobre guerras
y masacres.
Miro la página en blanco
y se me revuelven las tripas.
No me quedan palabras,
ni lamentos,
ni quejidos, ni lágrimas.
Me repugna imaginar
dioses indiferentes,
ciegos, sordos, mudos.
A pesar del dolor físico
mi naturaleza quisiera
levantarse y rebelarse,
de hecho ya lo hace,
pero la divina morfina
me ha roto la voz.
Si apenas con el esfuerzo
de levantar un dedo
pudiera eliminar la violencia
y si con un pestañear
pudiera hacer desaparecer
a los beligerantes,
eso no bastaría
para conjurar la paz.
Ni siquiera así
podríamos dormir
con la conciencia tranquila.
El fantasma de la guerra
cambia de máscaras
para confundirnos en esta pesadilla desdentada y cínica.
Y los reyes siempre lo supieron,
y los profetas siempre nos mintieron
y los sacerdotes siguieron cantando inútiles alabanzas
ante altares carentes de sentido
e ídolos huecos de significado.
Mientras tanto me duele el cuerpo.
J.C.T.
16-10-2023
CáMARA FRIGORíFICA. CíRCULO D.M.
Muy bien
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