I
Esta canción que ahora canto empieza en Chimbote, en la biblioteca de mi querido viejo, estoy adentro, armado con trapo y una escobilla especial, de esas para zapatos, nuevecita, cerdas suavísimas, de qué animal serán, especialmente destinada, limpio libros, limpio los lomos con la escobilla, el polvo parece o es invencible, de pronto, entre asqueado, fascinado y horrorizado, veo que las inmortales polillas se están comiendo viva a la editorial Losada, túneles y laberintos, miles de volúmenes, estoy corporal y literalmente metido en la biblioteca privada José Carlos Mariátegui, yo llegué a repertoriar cerca de dos mil o tres mil obras incluyendo revistas y folletos, tengo entre siete y nueve años, no más, después crezco y ya no entro, el duende que soy esta tarde bota diez libros carcomidos, veinte libros carcomidos, treinta libros carcomidos, hay cientos o miles de amarillentas y grasosas polillas, el libro que tengo entre manos salvado de la hecatombe es una antología de la poesía griega clásica, donde leo algo parecido a esto en el prólogo (palabra griega), « literatura de los pueblos grecos a finales del segundo milenario antes del Christos. Primero fueron las civilizaciones egea y miceana, cuya literatura oral evoca las guerras, la gloria de los héroes, pero también los ritos funerarios y las recoltas. Esta literatura oral es recuperada por los helenos continentales, de Hélade, nombre de la Grecia antigua, islas y colonias, las hordas helénicas, helena de Troya, una chela bien helena. Cantautores anónimos o aedas cantan principalmente las guerras y la gloria de los héroes. Esto es la esencia de la poesía épica (palabra griega), que llega a su cúspide y esplendor con La Ilíada y La Odisea. Su cantante compositor, Homero, es el último y el más ilustre aeda de una serie interminable de aedas itinerantes, sus predecesores, cuya existencia está ligada a una tradición antiquísima que remonta a muchos siglos, no sabríamos decir cuántos y no importa, antes del Christos, el último dios griego.
Al escribir esto, de nuevo caigo en la tentación de construir literatura, de nuevo estoy construyendo literatura, o sea exagerando, inventando y mintiendo, la verdad es que el duende del que hablo tiene entre manos su libro favorito, el Libro de los dioses y los héroes, hermosas ilustraciones, quién fuera pintor, quién fuera dibujante, que cuenta las historias de Pandora, de Jasón, de Hércules, de Orfeo, de Ulises, de Teseo, de Europa, « La caja de Pandora », « Jasón y los Argonautas », « Los doce trabajos de Hércules », « Orfeo y Eurídice », « El caballo de Troya », « Teseo y el Minotauro », « El rapto de Europa », y en homenaje al duende que fui, y que gracias a los dioses sigo siendo en mis mejores momentos, he modernizado mi repertorio gracias a una Anthologie de la poésie grecque, de Robert Brasillach, por un lado, también gracias al poeta erudito Jacques Lacarrière con su bello libro titulado Au cœur des mythologies : en suivant les dieux, consagrado a todos los dioses del mundo, eso en lo personal, aunque para este trabajo escogí la magia de esta nueva diosa, Internet, y la sapiencia erudicional del gran poeta, a quien tuve el honor de conocer allá, en París con aguacero… El Libro de los dioses y los héroes es uno de los primeros libros que leí, gracias a los dibujos, las ilustraciones y las letras bien grandes, sueños de niño, desde entonces mi sueño es ir a Grecia, bonne nuit, ma chérie.
Hasta hoy me persigue esta pregunta, por eso le pregunto a mi gato, él ha vivido hace miles de años en el Egipto de Ramsés II, por ejemplo, por lo tanto sabe, y aunque no hable las lenguas latinas que yo mastico y entiendo, me puede trasmitir su saber telepáticamente (prefijo griego), ¿de dónde viene ese genio magnífico, vigente hasta el día de hoy, mi gato? Poesía épica, poesía lírica, tragedia y comedia, historia, oratoria, filosofía, matemáticas, política y otros fundamentos, de modo que aquí, en la tribuna de Occidente, de alguna manera, todos somos griegos… Aquí les canta Michalis, MΙΧΑΛΗΣ, ya llegamos, estamos en Grecia, en Atenas, en el hotel Vienna, 20 Pireos (Tsaldari) str., donde tenemos la suerte y el privilegio de conocer a uno de los seres más amables y afectuosos del planeta Tierra, Tiberio de Rumania, el empleado de noche, Tiberio que nos recepciona, que habla sonriente con nosotros, feliz de vernos como si nos conociera desde siempre, y que al enterarse que soy perucho proclama, emocionado retrospectivamente, su admiración por la selección de Perú campeón del 70, « eran jugadores jovenes y geniales », dice… Mientras tanto, buceando en la biblioteca de Chimbote, el duende se da cuenta que es imposible luchar contra las polillas… ¡Que se coman viva, en carne y hueso, a toda la editorial Losada!... Hasta hoy me pregunto, ¿porqué esos libros de preferencia, o de pronto exclusivamente? Será la calidad o mejor dicho el sabor del papel, para ellas manjar, ¡tienen buen gusto las polillas! Y el duende sigue curioseando… Siglos después todavía estudio y observo… De la letra alpha surgen, entre otros nombres, los de Aristófanes, Arquíloco, Anacreonte, Apolonios de Rodas … Homero, Hesíodo, el primero en establecer la genealogía de los dioses, me pellizco, lo constato y no lo creo… ¡Estoy en Atenas! ¿Estoy en Atenas? A ver, maestro Píndaro, cante por favor, cante en hispanish, para los amigos que leen y se vacilan con mis cojudeces, ¡cante por favor! « Oh tú, la brillante, tú cuya frente está cernida de violetas, tú la celebrada por los poetas, muralla de Grecia… ¡Ilustre Atenas! ¡Divina ciudad! »… ¡Estoy en Atenas! ¡Pero no tan rápido, mi gato ! ¡Ya pareces un felino pegaso! ¡Por el momento estamos en el castillo de Lambesc, todavía no te hemos abandonado, no jodas!... Llega Cristo, al parecer anoche se pegó una trancaza, está maleteado, pero tal como prometido viene, otra vez, para llevarnos al aeropuerto, tremenda canícula en el sur de las Galias, 40, 42, hasta cuarenta y seis grados centígrados, el mundo fenomenal suda y suda, se derrite, se evapora, se disuelve, mi gato golpeado por el calor volcánico anoche no jodió, no maulló, no habló, no me utilizó como abrepuertas ni como su sirviente, apenas masticó y tragó de mal humor sus croquetas a base de harina de pescado, ah, mi gato, si supieras de dónde viene ese producto mágico, se acostó medio piteando, son las doce, son la una, nosotros frente a la majestad del carpaccio, frente a la majestad de los tomates a la mozzarella, Cristo está de verdad maleteado, agua y agua, agua mineral Perrier, papas al vapor, luego chelas y rosé, bueno, dice, ustedes dirán, ¿a qué hora nos vamos? Tipo cuatro digo, c’est mieux à trois heures et demi, dice ella, l’avion décolle à 17h45, chéri! Pas de problème digo, y divertido le cuento a Cristo que ayer nomás, en el bus, el chofer francomoro, un pata alegre y simpático con quien a veces hablo de fútbol, a quien le comenté nuestro inminente viaje a Grecia, medio preocupado me dijo que allá, en el sistema de islas, hay una exclusivamente para homos másculos… Y de pronto otra isla para homos féminas, digo riendo… ¡Lesbos! ¡La divina Safo!... Y en lo concerniente a los homosexuales de ambos bandos, ¿cuál es el problema? ¡Cuando hay amor el sexo no importa! ¡Cuando hay deseo el sexo no importa! ¡Viva la vida divina en su totalidad!… Ja ja ja se ríe Cristo de Cali, ya llegamos al aeropuerto, ya estamos alzando vuelo. SIN VéRTEBRAS. CíRCULO D.M.
siempre un placer leer a Miguel, saludos por este espacio de creaciOn.
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